domingo, 6 de diciembre de 2015

"FESTIVAL DOCTOR MOZOS" ( HISTORIA DE UN FRACASO)

Estamos de vuelta otra vez y  como viene siendo habitual, el recuerdo vuelve a ser el protagonista principal. Está claro que recordar, a parte de resultar un evidente ejercicio de nostalgia, sirve también  para reactivar la memoria. Siempre es importante que esté lo más activa posible con el fin de que  no se  atrofie por el riesgo que esto conlleva. Por consiguiente, habrá que tratar de activarla lo más posible y ésta  va a ser mi  intención ahora escribiendo el comentario siguiente que está relacionado   con en el recuerdo de un lamentable hecho que ocurrió en Mozos de Cea  allá por  el lejano año  del 2000, concretamente en el mes de agosto. Se trata del  fallido intento de celebrar de forma muy particular  el  "Festival Doctor Mozos". Aunque a simple vista este curioso nombre sugiere la celebración de algo rimbombante, se trataba    simplemente  de una supuesta macro verbena. El intento de llevar a cabo la celebración, como digo acabó  frustrándose  por que el dueño de  la discoteca móvil Edén, nombre de la misma,  a la cual  habían contratado para amenizar ese acontecimiento musical, pasó olímpicamente de ir aquella noche a Mozos de Cea.   ¡Menudo elemento que está hecho este tal Marti, así es como familiarmente se le nombra al dueño de la discoteca móvil  que reside en Velilla de Valderaduey!.  Este individuo,  como los organizadores de aquel evento Ramón y Aitor no tenían firmado  precontrato  alguno con Marti  que le obligara a desplazarse con su discoteca móvil el día señalado a Mozos de Cea, sólo de palabra estaba hecho,    literalmente les dejó tirados. Ese mismo día de autos  llevó su discoteca móvil a Calzadilla de los Hermanillos porque en ese pueblo la habían contratado para varios días, estoy seguro que con contrato firmado,  y no únicamente para una sola noche como era el caso de Mozos de Cea. No es de extrañar el cabreo monumental que se llevaron los dos que organizaron tal evento,  por todo el  tiempo que habían empleado para que estuviera a punto en la hora indicada, e imagino que  también  por    el desembolso económico que de antemano tuvieron que hacer, para que luego  lamentablemente resultara en balde tanto esfuerzo.    Hasta Calzadilla de los Hermanillos se desplazaron con ganas de armarle bronca al Martí  y de paso chafarles la verbena a los del pueblo citado. Pero al final, aunque no faltó la inevitable  acalorada discusión,  se vinieron a razones con   los organizadores de la fiesta  de Calzadilla por  que éstos no tenían por qué pagar los daños y perjuicios que había  ocasionado  el  sinvergüenza de marras.  



 
 
 
(Este fue el espectacular cartel diseñado para la ocasión donde  se anunciaba el día de la celebración del fallido evento)

 
 
El día del infortunio fue el domingo 13 de agosto del 2000. Pésima manera de estrenar el primer verano del  milenio, sin duda. Por cierto,  aquel fue el primer año que regenté el bar del viejo teleclub. Luego estuve otros cuatro más sucesivamente durante los meses de verano siguientes. A propósito del bar,     enorme fue la  barra que para este evento  habían montado en un prado ubicado en el término conocido como "El río",  con su correspondientes bebidas y demás artilugios que se necesitan   para la ocasión, y  creo que hasta tenían contratados varios camareros profesionales.   Por estar ocupado en mis labores de barman, no la pude ver, pero según me contaron estaba montada de forma  espectacular. Y no dudo que así  fuera conociendo a Ramón, todo un "artista" a la hora de  organizar  este tipo de eventos festivos.  Horas antes de la supuesta verbena, en el bar del teleclub ya se percibía ese aire jaranero por el continuo tránsito de personas que entraban y salían y la forma  de correr  de vaso en vaso  la "priva" sin parar.  Sin duda alguna, aquello aparentemente resultaba ser un bullicioso anticipo  de la grandilocuente verbena que se intuía iba a celebrarse. Y no era para menos, después de ese pretencioso título conque Ramón la había nombrado " Festival Doctor Mozos", -ahí es nada- y la había publicitado   con unos sugerentes y coloristas  carteles colocados en infinidad de pueblos y lugares, y más aún, apareció anunciada con cartel incluido  el mismo día del fallido intento en la contraportada del periódico El Diario de León. Estoy seguro que  de haberse celebrado hubiera sido multitudinaria. Nada que envidiar a la fiesta que se organizaba    por entonces en Robledo, famosa por  su masiva  asistencia.  Tengo entendido que hasta jóvenes de Ponferrada se dirigían a la verbena. Pero tanto a estos jóvenes del Bierzo como a todos aquellos otros de diferentes lugares que venía con dirección a Mozos de Cea, fueron avisados de que habían suspendido la fiesta. Hasta el cruce de Almanza se desplazaron algunos jóvenes de Mozos de Cea para dar el correspondiente aviso con el fin de que cesaran de venir. Y así  fue corriendo de boca en boca la notificación.   Una auténtica caravana de coches entrando  y saliendo del pueblo  se pudo presenciar aquella noche en el camino vecinal. Dudo que esto vuelva a repetirse.  Una lástima la verdad el  que   por culpa de un  individuo sin escrúpulo y ética alguna no pudiera celebrarse aquella esperada  y supuestamente exitosa verbena.
 
El primer aviso de que el individuo citado no se iba a presentar con su discoteca móvil esa noche, salió por boca  de  una mujer  natural de Valdescapa, su nombre es Charo. Fue la primera persona  que notificó que la discoteca móvil, aparentemente contratada para este evento festivo, y su dueño se encontraba en Calzadilla de los Hermanillos. En principio, aunque se empezó a temer lo peor, tampoco se hizo mucho caso por  tratarse  de tan conflictiva mujer quien lo notificaba. Pero poco tiempo después al corroborarlo Moisesín  el de Villazanzo esto mismo, el panorama cambio radicalmente. El jolgorio se transformo en confusión y pesadumbre. Los móviles de los organizadores empezaron a echar humo. Y el  cabreo, la decepción, la indignación, etc. fueron infaustas sensaciones  generalizadas que se iban entremezclando aquella tarde dentro del bar. Sensaciones que se fueron intensificando cada vez más   cuando  ya se tenía la certeza de que iba a ocurrir lo inevitable.


 

 
(Como el nombre de Ramón ha salido a colación en este escrito por ser uno de los organizadores del "Festival Doctor Mozos", aquí les dejo una imagen de él, con peluca por supuesto. Ya le hubiera gustado tener una cabellera natural idéntica. Lo que no admite duda alguna es que "Ramoncín" es todo un showman. Fue en su momento organizador incansable año tras año de la fiesta popular de verano, que por cierto, acostumbraba ha haber una asistencia masiva de personas cada vez que las organizaba.)
 

 
Y fue lo que ocurrió, por desgracia para los organizadores. Para mí que como os comenté llevaba el viejo bar del teleclub, a pesar de que faltó la discoteca móvil, un número considerable de jóvenes naturales  del valle, en mayor número de Velilla de Valderaduey, también algún que otro joven, y no tan joven,  de Mozos de Cea, montaron una bulliciosa verbena dentro del bar  que prácticamente acabaron con las subsistencias alcohólicas. De madruga había algunos con una "cogorza" impresionante, no era para menos, porque la noche resultó ser un  sin parar de servir  cubatas y chupitos.  En la memoria se me quedó   grabado aquel tipo de Velilla que bebía sin parar cubatas de coñac. ¡ ¿Os imagináis a que rayos  puede saber la mezcla de Coca-Cola y Veterano (marca del coñac)?  Agradezco que mi cuñado Luis  me ayudará a servir  cubatas  aquella noche, sino seguro que hubiera terminado físicamente destrozado. Fijaros que eran las 9 de la mañana y aún quedaban lo últimos "remolones", que aunque estaban hartos de priva, no acababan de  decirse de salir del bar. Y nosotros  dos aguantando, yo desde luego con un cansancio y sueño de órdago.  Por cierto, Lupi el de Castrillo con tres  marchosas jovenzuelas de Mozos de Cea, que no voy a rebelar ahora su nombre,  -alguna ya tiene hijos-  fueron los últimos que salieron  del bar. Y por lo visto querían prorrogar la fiesta ya que hablaban de irse a desayunar a Almanza. No se si al final acabaron o no en ese pueblo.  El único interés que yo tenía en aquellos momentos era el de pillar la "piltra" y dormir. No creo equivocarme si digo que entre un día y el otro, sumaron alrededor de veinte horas seguidas las que pasé dentro de aquel bar. La mayoría de las horas en un constante sin parar. Pero bueno,  por entonces uno era joven y el cuerpo acostumbraba a aguantar todo lo que le echaban.
 
Bueno, pues he tratado de sintetizar lo más posible, digamos la "Historia de un fracaso",  que verdaderamente si la contara  con más  detalles daría  para mucho todo cuanto sucedió de bueno y malo aquella tarde y noche, y por supuesto madrugada. Pero creo que cuanto aquí dejo narrado es suficiente  para que hagáis  una idea de lo que pudo haber sido y no fue.
 
 
Saludos a todas y a todos.

sábado, 7 de noviembre de 2015

PAGAR LOS CUPONES

Prosigo  con  esta "tarea virtual" de citarme con el recuerdo.  Por consiguiente, otra vez me "encomiendo" a la memoria con el fin de escribiros     un nuevo texto   que guarda estrecha relación  con el pasado de Mozos de Cea, tal  como viene siendo costumbre. En esta ocasión  voy a  tratar de hablaros  de un hecho que estuvo muy vinculado a las personas trabajadoras por cuenta propia en el campo por aquellos remotos años en el pueblo. Me estoy refiriendo a lo de "Pagar los cupones" a la Mutualidad Nacional Agraria de la Seguridad Social. Supongo que la mayoría de los seguidores del blog se harán una idea de lo que se trata esto del  pago de cupones. Para quienes no lo conozca les diré que  consistía en que cada persona inscrita en el régimen agrario debía abonar mensualmente  una determinada cantidad de dinero, la que estaba establecida oficialmente por entonces,   a la Mutualidad Nacional Agraria de la Seguridad Social  con el fin de tener cobertura médica y  poder cobrar su  pensión de jubilación cuando llegara a la edad correspondiente. Más o menos,  es la misma situación  en que se encuentra  cualquier persona que actualmente está inscrita como autónoma en la Seguridad Social y que pertenece  al régimen agrario. Lo que sucede es que ahora los labradores residentes en el pueblo y que  están inscritos  como autónomos en este régimen, viven circunstancias diferentes  por que  no tienen  la necesidad de   desplazarse al Ayuntamiento  para abonar la cantidad que le corresponde cada mes, tal como lo hacían en el pasado los labradores.  Ahora es una determinada gestoría o entidad  bancaria quienes les gestionan todos sus asuntos tributarios, por tanto, comodidad al cien por cien. Como ya indico, tenían que desplazarse hasta el pueblo colindante de Villazanzo donde está ubicado el Ayuntamiento y en un local del mismo, al que si no me equivoco  nombraban  como"la sindical",  tenían que cumplir con sus obligaciones de contribuyentes. Un señor de nombre Germiniano, no recuerdo su apellido, que ostentaba el cargo de  secretario  en el Ayuntamiento, era el encargado de gestionar todos estas cuestiones.  Desde luego que este  señor debido  a la  labor funcionarial que desempeñaba en el municipio, por una u otra razón vinculada a su cargo municipal, su nombre estaba casi a diario en boca de todos los vecinos del pueblo. Supongo que ya habrá fallecido este señor. Hace ya tantísimos  años de todo aquello.
 
 
 
 
 



( En esta imagen se puede ver tres cupones de diferentes años. Son una especie de resguardo que acredita  el pago que correspondía al mismo quedando verificado oficialmente con el sello de la comisión local que consta en el dorso de cada cupón) 
 
 
El pagar los cupones por aquellas fechas en que las personas del pueblo, muchas de ellas se encontraban en condiciones muy precarias en cuanto a la economía familiar,  les suponía un sacrificio enorme para estar al día con su obligación tributaria, máxime si había más de una persona en el hogar que cotizaban cada mes a la citada Mutualidad Agraria.  Por este motivo,   las demoras en los pagos eran habituales   y esto obviamente suponía el ser penalizados en forma de recargo cuando se abonaba el mes siguiente.  Pero a pesar de la precariedad económica  que se vivía en la mayoría de hogares del pueblo, las personas autónomas en el régimen agrario que residían por entonces en Mozos de Cea, estaban al corriente con sus pagos a la Seguridad Social. Aunque bueno, por desgracia había alguna que otra   persona que se encontraba de continuo viviendo por debajo del  umbral de la pobreza, motivo por el que  no  disponía del dinero suficiente  para hacer frente cada mes a estos pagos.  Como la necesidad de disponer de él se le hacía imperiosa por razones obvias,  el último recurso que le  quedaba era vender alguna de sus pertenencias, como por ejemplo las fincas o una parte de la casa que  le venía de perlas  a su vecino. Y  esto fue lo que ocurrió en cierta ocasión: una persona, mujer en este caso, por carecer de recursos necesarios que hicieran frente al pago mensual de sus cupones,  se vio en la necesidad de vender una parte de su casa, concretamente un desván que estaba encima del portal de la entrada  del exterior y  que a su  pudiente vecino le hacía  un gran servicio. Este caso extremo es el único que conozco, pero seguro que habrá más de índole parecida porque la supervivencia de muchos vecinos del pueblo, como ya he indicado,  por desgracia se encontraba al límite. Desde luego que el "ajustarse" de pastor, o de criado para desempeñar durante un tiempo cualquier labor relacionada con  las tareas agrícolas, y   también  el ser contratado como jornalero  para realizar algún trabajo ocasional,  era muy frecuente por entonces. Todo era necesario con el fin de  aportar a la precaria economía familiar un dinero extra que sirviera de ayuda para  hacer  frente a los gastos necesarios, u obligatorios, con el menor sacrificio y  posible. Uno de aquellos  gastos obligados era por imposición municipal. Porque    tal como viene siendo normal en la actualidad, por entonces también existía  ese desmedido afán de recaudar dinero  que tiene el Ayuntamiento a través de la imposición de  los correspondientes gravámenes municipales a los vecinos del municipio. Recaudación que  supuestamente  tiene como destino la  mejora o acondicionamiento del  mobiliario urbano municipal.  Eso es  lo que políticamente correcto debiera ocurrir.   Recuerdo que por entonces el Ayuntamiento había dictaminado el impuesto de "pastos y rastrojeras". Desconozco si aún permanecerá vigente este canon municipal.  Supongo que no. Como ya no quedan vacas u otros animales que pudieran pastar  a lo  largo y ancho del pago de Mozos de Cea, pienso que igual  ha desaparecido. También otra normativa, era el impuesto de circulación de los carros. Vehículo de transporte que en todas las casas de los vecinos del pueblo había uno, o dos dependiendo de los animales de tracción que hubiera en cada casa ¡Ay si alguno de  aquellos antiguos  carros  que se movían a través de la tracción de vacas o mulos, y que aún se conservan, pudieran hablarnos...sería infinidad las emotivas y nostálgicas historias que podían contarnos, la cuales todas ellas  estarían   vinculadas  a su necesario y transcendental pasado !





( Otros dos cupones de años y formato diferentes a los anteriores, pero que cumplían la misma normativa)

Volviendo al tema principal que nos atañe,   normalmente eran las mujeres quienes se encargaban de ir a pagar religiosamente  los  cupones a una comisión local que se encargaba de este cometido en el  Ayuntamiento, cuando aún estaba operativo su antiguo edificio. Acostumbran a ir en grupo.  Supongo  que este hecho sería para ir de cháchara y así resultarles más amena la caminata de ida y vuelta. También quiero comentar el que   por aquellos remotos años, aún no habían construido el actual puente que hoy se encuentra  sobre el río Valderaduey  a la entrada  de  Villazanzo. Recuerdo que aquel antiguo  puente estaba cimentado de forma muy rudimentaria:   con maderos y tablas. De muy poca consistencia, la verdad. Su construcción era casi idéntica a  la de todos los puentes que había en los pueblos colindantes a Mozos de Cea, tanto los que se encontraban sobre el cauce del río Valderaduey como en  el del Cea. Lo normal era que cuando había gran crecida del río a cuenta de las constantes lluvias caídas, la fuerza del agua  derribara los puentes, o parte de ellos. Cuando esto ocurría, impedía  a las personas el ir cumplir  con la obligaciones de contribuyente si este contratiempo coincidía con los días señalados para este fin. Otra circunstancia en parecidos términos,  era que el cauce del río Valderaduey no estaba en las mismas condiciones que está  ahora. Por entonces su cauce tenía muy poca profundidad y a su vez reducida anchura, razón por lo que se desbordaba  con bastante facilidad y los aledaños que había a la entrada del pueblo, compuestos por extensos prados y plantíos,  quedaban prácticamente anegados Para salvar ese  inconveniente la mujeres acostumbraban a llevar unas botas de goma en una bolsa, que obviamente se las calzaban cuando se topaban con este problema. Desde luego que nadie desconocía el echo de encontrarse encharcados los aledaños de Villazanzo. Corría de boca en boca como la pólvora esta circunstancia para que todas quedaran enteradas y fueran preparando sus "katiuskas". Aparte del pagar los impuestos municipales correspondientes y el pago de los citados cupones, también en el  Consistorio , a quienes ya tenían derecho a cobrar su pensión por jubilación, a primeros de mes se les pagaba la cantidad que les correspondía, gestionado todo por el aludido secretario municipal Sr. Germiniano. Por lo tanto, por aquellos remotos años el Ayuntamiento en apariencia  hacía las funciones de una entidad bancaria por el pago de pensiones y el cobro anticipado de las mismas. 




( En esta imagen se puede apreciar la penalización que en forma de recargo sufrían los morosos. Son dos pegatinas colocadas en el dorso de los cupones que indican la cantidad a pagar. Cantidad que obviamente había que sumar a lo que correspondía costear cada mes. Como podéis comprobar, en el dorso de estos cupones se puede apreciar también el sello de la comisión local)

Y así fue como transcurrieron aquellos momentos  que pertenecen al pasado de Mozos de Cea. Tal como los recuerdo y  viví in situ así os lo cuento. El grado de interés que pueda suscitar la forma como aquí quedan narrados, queda a la valoración personal de quienes les apetezca leer el texto. Gracias anticipadas por su lectura.

Saludos a todas y a todos

Rafael

lunes, 12 de octubre de 2015

PACO PACHO TARANILLA (Paquito) IN MEMORIAM

 
 
( Paco Pacho Taranilla, 1944 - 2014)
 

       
 

Por alguna razón en especial tenía pendiente escribirte unas palabras que te sirvieran de  despedida Paco.  A mi juicio, nada más oportuno que  hoy para escribirlas  cuando se cumple exactamente un año que nos dejaste físicamente por que en espíritu y en la memoria sigues estando entre  nosotros,  siempre con tu carácter tan afable, tan dicharachero, tan bromista... Sin duda eras de esa clase de personas  a las que sin dificultad alguna se las tiene una gran estima  debido a  esa encantadora   simpatía que toda su personalidad  rebosa.  Hoy en tu aniversario te acerco hasta este blog donde acostumbro a citarme con  el recuerdo de Mozos de Cea, porque estoy seguro de que si aún vivieras serías fiel lector del mismo.  Y no me cabe duda alguna de que también te resultaría grata su lectura. No creo equivocarme si afirmo que   tú  también llevabas pegada a la piel del corazón esa nostalgia de la que  aquí hablo y que  formó parte intrínseca de aquellos tiempos remotos de Mozos de Cea: nuestro pueblo   el cual  estoy convencido de que esa querencia que  por él sentías en tu interior, o en tu sangre,  se te había arraigado  con una fuerza inmensa.  
 
Ahora a través de la palabra, cargada de  emotividad,   trataré de  rememorar algunos de esos momentos o situaciones relacionadas con tu nombre, o con  tu presencia, y que de alguna manera compartí contigo. Como por ejemplo, el juego de los bolos. ¡Qué gran afición tenías a este tradicional juego!...Me hacia gracia cuando me preguntabas.-  ¿a  dónde se puede ir "a pinar unos bolos"?, es que yo lo conocía como jugar a los bolos. Recuerdo aquel lejano domingo de agosto   cuando en tu coche recorrimos tres pueblos: Villaverde, Canalejas  y Villamartín simplemente por ir a "pinar unos bolos".  En el último pueblo nombrado fue donde acabamos saciando nuestra "ansiedad" de bolos. Eso era amor y afición por este juego que hace unos cuantos años se practicaba de manera constante en Mozos de Cea. Otra cosa que me hacía gracia era el mosqueo que cogías cuando te fincabas, o esas reacciones espontáneas de notoria felicidad    porque habías ahorcado . ¿Y el pique que tenías conmigo cuando te superaba al tirar una bola? Pique sano claro está. Esto lamentablemente se terminó. Pero siempre  recordaré estos momentos, no  con cierta tristeza cuando pase por delante la bolera "Campos de María". Esa elegante bolera construida no hace muchos años en el pueblo y que  la poca utilización que se hace de ella   por desgracia  aparenta ya no tener vida.
 
¿Y el "Parque del poniente"?  Este fue el nombre que pusiste a la ladera de Tomorisco. Ese término donde empieza parte de la cota de Mozos de Cea. Con tus tijeras de podar fuiste talando las ramas sobrantes de las encina y robles nuevos que crecen en esa ladera, y algún que otro matorral,  para darle una sugerente visión    al paisaje natural  que allí se encuentra. Esa labor rehabilitadora  fue lo que una tarde, ya anocheciendo, te vi realizar cuando yo volvía a casa de unos de mis habituales y largos paseos. Y me alegró verte desempeñar con tanta dedicación   aquella "fancedera" a título personal  porque este tipo de  labores  a mi también de vez en cuando me gusta realizar.  Ambos se ve que teníamos parecida   sensibilidad y predisposición por este tipo de tareas, todas ellas en bien de la comunidad.A propósito de las facenderas vecinales, nunca se me olvidará lo animoso y predispuesto que siempre estabas a llevarlas a cabo cuando éstas se convocaban en verano. Ahí estabas tú;  en alguna ocasión avisando con el tradicional toque de campana   a los vecinos para que éstos acudieran a  la facendera.  Desde luego que a la hora de colaborar en cuanto evento se organizará en el pueblo,  acostumbrabas a ser uno de los primeros colaboradores, si escamotear esfuerzo alguno.  Recuerdo también la satisfacción con que vivías las meriendas populares y sus posteriores chuflas. Siempre tan animoso, tan jubiloso...Tratando en lo posible de contagiarnos tu personal alegría  a todos los que estábamos allí presentes Alguien en una ocasión comentó que eras "la alegría de la huerta". Y cuanta razón tenía.

El lobo, el jabalí, el gato montés, el oso... y algún que otro espécimen de la fauna autóctona, o de la que se encontraba de paso,  formaban parte de aquellos animales que decías a ver visto en algún  lugar del término de  Mozos de Cea mientras paseabas . La verdad que  imaginación y guasa al respecto no te faltaban, pero no creo que hubiera ingenuo alguno que  se creyera las típicas historias que nos contabas.  ¿Sabes una cosa? Este año no hubo el anual viaje a Valderas    para ir a comer el suculento y  famoso bacalao. No se si por desgana o porque tú no estabas,  suspendieron la comida. Creo que en aptitud solidaria por tu ausencia fue la suspensión  ya que resultabas  una especie de "alma mater" del grupo que organizaba y asistía a esta comida. Hay que reconocer que este verano pasado se te echó  bastante en falta, sobre todo en ese    "ambientillo" del bar y su partidas de tute, sus discusiones futboleras (tú  siempre   con  el sentimiento merengón defendiendo al  Madrid), y también en esas dos comidas de confraternidad que este año se organizaron en el pueblo: la habitual de todos los años y la  del ayuntamiento.   A mí personalmente a  veces me daba la impresión de que por causas mayores   no habías podido venir este verano al pueblo, pero que el próximo año en agosto  sí que vendrías tan amable como de costumbre  y de nuevo    volverías a "contagiarnos" con tu particular simpatía.  Pero ya no será posible que esto se haga realidad porque el destino en forma de muerte así lo ha querido. Es evidente que la muerte tal como los humanos estamos concebidos resulta inevitable su llegada tarde o temprano, por lo tanto es un hecho que debemos asumir.

Lo mismo que tu familia, quienes de algún modo podemos considerarnos tus amigos, acabaremos acostumbrándonos a vivir con tu ausencia, obviamente desde dos vertientes muy distintas, como son el cariño especial y sin condición de tus seres queridos y el sentimiento que proviene de la amistad. Te has ido definitivamente, pero   la vida para quienes te hemos sobrevivido prosigue con su habitual cotidianidad y,  como es lógico,  suministrándonos sus dosis de penas y alegrías. Seguro que en el futuro podrá surgir  en cualquier momento  alguna situación  que tú viviste en su día y que guarda  relación con el  pueblo y esto será motivo suficiente para recordarte. Siempre resulta  importante que el recuerdo de una persona que muere siga latente porque, mientras alguien le siga nombrando,  nunca morirá  del todo. Estoy convencido de que será posible lograr  con  creces este objetivo  porque contarás con  el favor de tu  familia más cercana: ellos serán quienes   hagan que permanezcas para siempre vivo en su memoria. Y ahí permanecerás fuera del tiempo acompañándoles siempre.

Me despido de ti Paco (Paquito como normalmente en el pueblo se te nombraba) Allá donde estés, espero y deseo que la eternidad te sea lo más leve posible.

Hasta siempre.


Rafael
(18 de octubre de 2015)

 
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(Hermosa canción  cantada con voz angelical que estimo oportuna para este escrito y espero  que sirva como homenaje a   Paco en el aniversario de su muerte.  Sólo es cuestión de escucharla para que lo comprobéis)
 

jueves, 8 de octubre de 2015

RECORDANDO TRADICIONES

Seguimos como de costumbre citándonos con el recuerdo y eso supone rememorar momentos de un pasado que aparentemente nos queda ya lejano en el tiempo, pero que, sirviéndonos de la añoranza, podemos hacer  que éste  vuelva a convertirse en presente. Y es lo que a continuación voy a tratar de hacer con aquellos momentos que forman parte ya del pasado de Mozos de Cea. En esta ocasión voy a rememorar dos  tradiciones que se llevaron a cabo durante bastante  tiempo en el pueblo y que lamentablemente ya han desaparecido. Tal  como han desaparecido la mayoría de otras antiguas tradiciones, las cuales al constituir parte integral del uso y costumbre de Mozos de Cea,   son en esencia la identidad del mismo. De ahí lo importante que resulta tratar de conservarlas y, en lo posible, también recuperar las que se han olvidado o desaparecido. Pero todos conocemos sobradamente lo  harto complicado que resulta, tanto su conservación, como el recuperarlas, porque en la actualidad no se dan las condiciones ni los medios adecuados para poder mantenerlas vigentes. La despoblación y envejecimiento de las personas que residen de forma permanente en el pueblo es un auténtico hándicap para lograr tales objetivos. Por este motivo viene a veces bien recordarlas con la finalidad de  que  aún puedan   permanecer vivas en el recuerdo. Como ya comenté en otra ocasión, el hecho de rememorarlas es una manera de que no desaparezcan del todo las tradiciones, por muy intranscendentes o muy simples que puedan parecernos ahora esa forma antigua de llevarlas a cabo. Posiblemente estas dos tradiciones  de las que os voy a hablar no tenga mucha relevancia por la simpleza a que a priori representan, pero tienen su enjundia, siempre que se analicen  desde un punto de vista un tanto "sui generis". Vayamos al grano directamente sin más rodeos. Las dos antiguas tradiciones a las que me refiero, son la del   "fumaque" y la de los "senderos", ambas digamos que bien podrían formar parte de la broma costumbrista.  


EL FUMAQUE


La tradición  del fumaque se llevó a cabo en Mozos de Cea durante una época en la que yo aún no había nacido, y seguro que prácticamente   la mayoría de todos los que leéis este blog tampoco. Según me han contado quienes la vivieron in situ,  creo que consta de mediados del siglo pasado. Desconozco  en que año fue su desaparición. Y ahora vayamos al quid de la cuestión que no es otro que explicaros de lo que se trata esto del popular fumaque. En un puchero, los que utilizaban nuestras abuelas o madres para hacer el cocido de  cuando éste se cocinaba al calor del fuego que ardía dentro de su correspondiente hornacha,  se introducía hierva o paja húmeda, pelos de gato y pimentón picante ( un pimentón que por entonces creo que  picaba de cojones, no como el que venden ahora  cuyo picar resulta un tanto laing). Una vez llenado el puchero con los componentes necesarios. Los mozos correspondientes (esta tradición siempre la llevaba a cabo los mozos)  se subían al tejado de la casa donde iban a echar el fumaque. Una vez sobre el tejado, prendían fuego al contenido del puchero y éste comenzaba a humear. A continuación lo introducían por la chimenea, o humero como popularmente se le nombra  en el pueblo, y el puchero caía encima del suelo de un espacio amplio que hay al final de la chimenea al que se conoce como "tiro"  y desde allí  proseguía  humeante.  Para  que este humo  que salía del puchero no se escapara hacia el exterior, los "perversos" tapaban la boca de la chimenea, por lo tanto aquel humo  iba en dirección hacia dentro de la cocina y quienes en aquellos momentos estuvieran ocupando ese recinto de la vivienda, les tocaba respirar y oler ese humo que  soltaba un olor nauseabundo a cuenta de los pelos de gato quemado y  a su vez provocaba un constante estornudar por los efectos del pimentón picante. No cabe duda de que resultaría muy aterrador el cuadro, máxime cuando el fumaque se acostumbraba a echar la noche en que se picaba la cebolla para hacer las morcillas porque acababan de realizar la matanza del cerdo la familia que habitaba esa  vivienda. Entre en lagrimeo descomunal que produce el cortar tal cantidad de cebolla y los efectos terroríficos  del fumaque...¡Os podréis imaginar  la desagradable situación que en esos momentos se  vivía dentro de aquella cocina !. Pavor me da sólo en pensarlo.  Y no quedaba ahí la "bromita", para que ésta cumpliera con creces su cometido,  los echadores del fumaque   tenían  la malévola costumbre de  atar la puerta de tal forma que impidiera ser  abierta desde el interior. Imagino que en aquellos momentos, quienes ansiosos trataban de abrir la puerta para librarse de aquel horror y no podían hacerlo, mientras soportaban tan apestoso olor  y se ahogaban con ese asfixiante humo,  jurarían  en arameo, a la vez que echarían sapos y culebras de su boca contra los "fumaqueros".  Eso seguro.

EL SENDERO

La siguiente tradición de la que voy a hablaros, la cual   ya indiqué arriba, es la de los "Senderos" y  está relacionada con el tema de  noviazgos.  Estos senderos se hacían con la paja  de los cereales   que con el trillo previamente había sido molida.  Cuando dos jóvenes del pueblo, moza o mozo por supuesto, se sabía  o se sospechaba que andaban "de cortejo amoroso",  los mozos de turno por la noche prestos  iban a llenar el correspondiente saco, o sacos, de paja y la iban echando  en forma de camino, empezando por la puerta de la casa donde vivía uno de ellos y terminaban  en la puerta del otro. Estos senderos se hacían, bien cuando    ya se conocía públicamente el noviazgo   de la pareja, o también en plan "tocapelotas"; ya saben:  para cachondearse de la moza y el mozo a las que le habían hecho  el tradicional sendero sin que estos jamás hubieran tenido cortejo o relación  amorosa  alguna.    Como por entonces se vivía una época bastante pacata y reprimida, el tema de los noviazgos y sus correspondientes senderos  acostumbraban a causar   la típica comidilla vecinal. De ahí el motivo por lo que siempre causaba cierto  morbo tan guasona tradición. 

Desde luego que yo desconozco en que año pudo haberse echo el primer sendero de paja que  a una pareja de novios, reales o ficticios, en Mozos de Cea, pero creo no equivocarme si digo   cuando se hizo el último, el cual yo   propuse la idea por seguir con la tradición, y nadie se echó atrás; es más, gustosamente colaboraron quienes escucharon la propuesta ya que les resultó  divertida novedad para ellos. Fue a principios de la década de los años ochenta del siglo pasado, concretamente en el mes de agosto. Merche (una señora mayor y soltera que vivía en Algorta-Vizcaya, la cual  acostumbraba  a pasar cada año  unos días de veraneo en mi casa ) y Hortensio García, más o menos de su edad y en su mismo estado civil, fueron  la pareja que tuvo el honor de ser los últimos a los que se les hizo el tradicional sendero de paja en Mozos de Cea. Ambos ya fallecieron hace varios años. Por si alguien está interesado en conocer la razón por la que se les hizo este sendero, se lo explicaré a continuación.  Fue a raíz de una chufla que de forma espontánea  cierta tarde surgió frente a  la puerta de mi casa. En aquel lugar se congregó una cuantas personas, mientras sonaba música verbenera de un viejo radiocasete. Hubo algún que otro bailoteo, hasta Luis Fernández  que iba a trabajar, se bajó de su tractor y se unió al jolgorio. Todo el centro  de atención    que surgió   de aquella improvisada jarana  en plena calle fue dirigido hacia las dos personas citadas.  Por esta razón de forma generalizada los allí presentes les adjudicaron   de ipso facto  un supuesto noviazgo que  ellos, siguiendo el cachondeo y la parodia, lo  aceptaron de  buen agrado.  Después que terminó la improvisada chufla, se pensó que ,  para darle el colofón que se merecía    aquel jocoso  acontecimiento ,   lo mejor sería   hacerles el tradicional sendero de paja a los "novios" . Y dicho y echo. Por tanto,  aquella  noche fue testigo del último sendero de paja que se hizo en    Mozos de Cea, tal como ya he indicado sin temor a equivocarme.  Aún no es tarde para que éste no sea el último. Seguro que paja para este objetivo no faltará . ¿Y novios?... Oye, que si no les hay oficialmente declarados, se les improvisa para la ocasión y punto. Tal como se hizo la última vez. Y a seguir con la tradición.
 
No se que sensaciones os habrá causado la lectura de este escrito. Como ya indiqué, relevancia no es que manifiesten en demasía ambas tradiciones, como supongo que interés cultural tampoco. Pero bueno, son parte de ese acervo tradicional y popular  de Mozos de Cea, y por tal motivo creo que merecen tener su particular  recordatorio, ¿no les parece?


Saludos a todas y a todos

Rafael.
 
 
 
(* De aquella tarde cuando surgió la espontánea  jarana tengo una fotografía donde aparecen sentados en un banco ,Merche y Hortensio, pero por más vueltas que doy no consigo encontrarla. No duden que cuando la encuentre la publicaré junto al texto. Por lo tanto, queda pendiente su publicación)

miércoles, 23 de septiembre de 2015

HOMENAJE A LOS ANTIGUOS LABRADORES

De nuevos estoy otra vez aquí para compartir con vosotros a través de la palabra escrita y publicada, claro está, momentos del pasado en relación a Mozos de Cea, pueblo al que supongo  perteneceréis, bien de forma directa, o a través de algún vínculo especial,  la mayoría de vosotros lectores de este blog. ¿Me equivoco?  Al respecto, aprovecho para comentaros que existe una norma antiquísima en Mozos de Cea, imagino que la mayoría conoceréis. Quien la desconozca, decirles que una persona aunque no haya nacido en  Mozos de Cea, se le considerará "Hijo o hija del pueblo" si ha contraído matrimonio con alguien que sí  ha nacido en él. En cambio, los hijos que hubieran nacido de esa unión matrimonial, no serán considerados como tal, por consiguiente  no tendrán derecho a  disfrutar de los "privilegios" que pudiera concederles esta circunstancia. Y dicho esto como forma aclaratoria, os comento que en esta ocasión el leit motive de este escrito que hoy publico corresponde a un poema. Un poema que a pesar de que lo  escribí allá por la década de los noventa del siglo pasado,  siempre que por cualquier circunstancia lo vuelvo a reescribir, normalmente hago alguna modificación de sus versos, pero  la esencia principal de su mensaje  permanece inalterable a cualquier modificación.
 
El poema se titula "Labradores de Ayer" . Lo escribí como un homenaje a aquellos antiguos labradores de nuestro pueblo que  tan fatigosamente desarrollaban sus labores agrícolas  a lo largo y ancho del árido pago de Mozos de Cea,  con sus rudimentarias herramientas y ayudado por la tracción animal. Por entonces no existía la sofisticada y cómoda maquinaria con que hoy cuenta ese reducidísimo grupo de  labradores, creo que son supuestamente  cinco  los labradores autóctonos que oficialmente están inscritos en el régimen agrario,  para  desempeñar en la actualidad las tareas agrícolas en el pueblo. Y ahora cambiando de tema, si nostálgicamente echamos la vista atrás para observar con cierta emotividad el pasado,  y hacemos comparaciones de como se encontraban las eras durante la época más álgida del verano, los meses de julio y agosto en aquellos remotos años, y    como se encuentran  en la actualidad  durante estos meses citados, por regla general las sensaciones que uno experimenta al respecto en mi modesta opinión pienso que  están más relacionadas con la tristeza que con la alegría. Y es que lamentablemente no deja más alternativa que el desánimo  cuando se observa todo ese silencio, esa soledad, ese vacío...que en la actualidad habita en el recinto de las eras  durante los meses de julio y agosto. Yo personalmente tengo una sensación melancólica, porque aparte de esa  ley que impone el progreso, es también la reafirmación de que el tiempo ha ido pasando y en su transcurrir con él se llevó una parte de nosotros que ya no volverá. Pero bueno, tampoco es cuestión de ponernos tan transcendentes y  tan "trágico-melancólicos". Esto es lo que hay: la consecuencia de seguir estando vivos. En fin; que  a pesar de todos los inconvenientes,  hasta que no nos demuestren lo contrario, vivir seguirá siendo una experiencia única e irrepetible. Por otra parte, pienso  que emocionalmente siempre viene bien recordar, ya saben como ejercicio de nostalgia,  los trillos, los carros, los mulos y mulas, las vacas, las horcas de madera, los aparvaderos, las volvederas, las parvas, los rastros, los bieldos, las cribas,  la media fanega,  los costales, los garios,  etc, etc,...( y así  un largo etc, )  que  formaron parte intrínseca de aquel lejano y emotivo paisaje veraniego que se extendía a lo largo y ancho de la superficie que le corresponde a las eras.  No cabe duda de que este  remoto paisaje únicamente  se pudo contemplar    cuando el trajín  de las personas, la tracción animal  y los vetustos aperos agrícolas se encontraban  inmersos en su ajetreo  veraniego y  la vida bullía en toda su plenitud, aunque por desgracia en infinidad de ocasiones tuviéramos que sufrir  la abrasadora  canícula del verano montados sobre un trillo, del que tiraban de él, bien  una pareja de vacas, o u par dos mulos, (machos como popularmente se les nombra)  y daba vueltas y más vueltas, hasta convertir la mies en paja y quedar el cereal liberado de su espiga.  Y por cierto, aunque  hoy aquellos antiguos aperos de labranza nos resulten vestigios del pasado y prácticamente la totalidad de ellos estén apilados en el rincón del olvido, a mi juicio son las señas y la identidad de Mozos de Cea y en buena medida para muchos de nosotros que hemos nacido en este pueblo, son la referencia en cuanto al origen y proceso de  nuestra existencia.
 

IMAGENES PARA EL RECUERDO
 
 







 
(Aquí os dejo estas dos imágenes en blanco y negro, tal como aparentemente transcurría la vida por aquellos remotos años en que fueron sacadas estas dos fotografías. Ambas fotografías formaban parte de ese remoto paisaje veraniego del que indico arriba. Fueron sacadas en un determinado día de agosto de 1973. En la primera fotografía, está mi hermano Talín con  sombrero y su "pose" mirando a la cámara. El del fondo con visera soy yo. También aparece la pareja de vacas uncida al yugo, el trillo, las volvederas... A la derecha de la imagen se aprecia que la trilla está perfectamente molida para ser amontonada; o aparvada, como sería políticamente correcto indicar. Y es lo que muestra la segunda fotografía. El momento de aparvar la trilla. En esta ocasión son dos mulos (o machos) los encargados de tirar del aparvadero para amontonar la trilla, ya perfectamente molida, en su correspondiente montón, o parva.  )
 
 
 
Como de costumbre, y ya como un defecto congénito en mí, siempre acabo por enrollarme de manera excesiva antes de ir directamente al asunto principal, como es escribiros el poema en este caso como ya he comentado. Así que sin más preámbulos cansinos transcribiré el poema: 

 
LABRADORES DE AYER
 
Se levanta el cierzo de la tarde, y trae recuerdos,
son voces de labriegos como un soplo de añoranza.
Labradores de ayer, de pareja de vacas, de arado, de carro...
y con la piel curtida y agrietada por solanas.
 
Nacidos para el barbecho, para la siembra, la siega...
Fuisteis labrando la tierra surco a surco
con el corazón y reja y se unió vuestro amor con el arado.
Compañeros del sudor; hermanos de la fatiga,
vuestro cuerpo adquirió forma de este suelo,
por caminos y regueras; por pastizales y fuentes,
como herencia han quedado imborrables vuestras huellas.
 
¡Cuánto  esfuerzo sin condición le entregó 
a esta tierra de secano vuestra mano encallecida!
Resistíais   con los ojos clavados en esa necesidad de lluvia
y sedientos se iban quedando siempre en su espera.
 
Ay, labradores de ayer, con sus mulas, su segadora y su trilla,
nadie podrá arrebataros la casta que os engrandece,
vuestra raíz  será siempre   esencia que alimentará las cosechas.
 
No temáis. Nunca habitaréis ya el olvido.
Aunque continuéis labrando las parcelas de la ausencia,  haré
 que estos versos sean  como un cereal que se eterniza en el tiempo
y crecen a perpetuidad copiosos vuestros nombres como espigas.
 
 

 
Pues este es el poema del que os he hablado. Aquí os lo dejo publicado sin entrar en más detalles del mismo. Creo que en el texto arriba expuesto ya he escrito suficientes detalles. Ahora simplemente lo dejo a la interpretación y la valoración que cada uno de vosotros lectores creáis conveniente hacerle.
 
 
 
Saludos a todas y todos.

Rafael
 
 
 
 
 

martes, 8 de septiembre de 2015

CORRALES CON SOLERA

Otra vez de nuevo el recuerdo vuelve a retomar protagonismo de manera especial en este espacio; o en este blog que políticamente sería más correcto nombrarlo así por razones obvias. Y sin más  preámbulos que pudieran "marear la perdiz" vayamos al asunto. En esta ocasión  voy a hablaros de corrales. Por supuesto que no se trata de el paraje ubicado en el pago de Mozos de Cea que lleva este nombre, sino de otro tipo de corrales. De dos concretamente, los cuales   para mí personalmente tienen cierta solera y popularidad. Son: "el corral de las malvas" y "el corral de Matías". El primero es como popularmente se  le conoce a la casa y patio donde vivió hasta su muerte  Luis Pacho Rodríguez y el segundo es una majada construida con adobes que está situada dentro  de la cota del monte, concretamente en  el paraje conocido como " alto Torriyuelo"  y que tiempo atrás sirvió para encerrar y guardar el rebaño de ovejas de su propietario. A continuación voy a escribir unas palabras acerca de estos dos corrales para que así  conozcáis algo de la historia de ambos. Verdaderamente  no es mucha la información que tengo sobre ellos. Cuanto conozco al respecto no es merced a la información que tengo almacenada en  mi memoria, la cual me sirve para dejar   mis habituales escritos publicados en el blog. En esta ocasión he tenido que ir recopilando información a base de ir haciendo preguntas sobre el tema a las personas mayores de Mozos de Cea.  De ahí mi agradecimiento a todos aquellos que han aportado la información que conocían o recordaban para que pudiera escribiros todo el texto con cierto fundamento.
 
 
 
El corral de las malvas
 
Arriba ya comento donde está situado este corral y el nombre como popularmente se le conocía. Desconozco  el porqué lleva este nombre y también quien fue el autor del mismo. Siento de veras no poder proporcionaros esta información. ¿Os podéis creer que se me olvidó preguntarles a "santo de qué"  le pusieron este nombre al patio?  Cuando tenga ocasión de preguntarles, seguro que lo hago. Aunque ahora me entran dudas de si alguna persona del pueblo  pudiera  dar fe  de por qué razón pusieron ese nombre a este popular corral que en la actualidad una puerta cierra su entrada. (Según la última información que al respecto me han proporcionado, este portón de cierre se instaló en 1966)  Muchos años atrás no tenía puerta alguna ya que consistía en un portal  abierto por donde entraban todos los vecinos que vivían en los diversos hogares que se hallaban situados dentro de ese   corral. Creo que  hasta cinco vecinos llegaron a coincidir al mismo tiempo. Durante aquellos años de múltiple convivencia vecinal en ese mismo patio hubo un bar, o más bien cantina que regentaban Angel Revilla y su mujer Angeles Pacho. Desapareció la cantina cuando este matrimonio junto a sus hijos nacidos en Mozos de Cea se marcharon del pueblo en busca de un futuro más prometedor. Una señora de nombre Eduviges y otra llamada Primitiva, me contaron que fueron las primeras vecinas que  ellos recuerdan haber visto vivir en este popular inmueble. Luego residieron por un tiempo en él otros matrimonios con sus respectivos hijos. Allí muchos de ellos nacieron y vieron por vez primera la luz en aquellas reducidas y humildes alcobas sin ventana. Los nombres de aquellos matrimonios fueron los siguientes:  Apolinar Cuesta y Lucía Antón; Cayo Cuesta y Catalina Modino; Julio de Lucas y Erasmina Barreales; Lucio Pacho y Juliana Rodríguez; Eliseo Antón   y Vicenta Cuesta. Me hablaron   también de que  vivió un pastor y su mujer, ambos eran creo que  naturales de Carbajal de Valderaduey. Ahora no recuerdo sus nombres.  La gente mayor  recuerda  un membrillar que había dentro del patio,  debía ser de propiedad de la señora Eduviges ya que ésta señora regalaba membrillos a los niños. También hablaron de  algún que otro conflicto vecinal, que acabó a mamporros, o las travesuras de los chiquillos, siempre relacionadas con el hurto de la fruta de un huerto vallado que estaba junto al inmueble. Y es que por aquellos años según relatan las personas  mayores,   lamentablemente el hambre a veces se dejaba sentir como una "cornada" en el estomago, de ahí que no hubiera frutal ni huerto  que se les resistiera a los hambrientos chiquillos.  








( Antes de su fallecimiento, Luis Pacho Rodríguez, en el portal que hace de entrada al popular  corral de  las malvas, en la parte derecha del mismo creó una especie de museo etnográfico y en él fue depositando varios utensilios del hogar y aperos de labranza que fueron utilizados en tiempos remotos por los vecinos de Mozos de Cea. En estas dos imágenes que han sido sacadas dentro de ese portal podéis comprobar parte del muestrario de su particular museo etnográfico)


 
No se cómo ni porqué la totalidad de corral de las malvas acabó siendo en propiedad del matrimonio Lucio Pacho y Juliana Rodríguez. Yo sólo conocí  a este matrimonio habitando    el único  hogar que se encontraba en   este corral. Y con la puerta de entrada.  Supongo que irían  comprando sucesivamente las reducidísimas viviendas cuando éstas fueron abandonadas por sus inquilinos. Desgraciadamente en la actualidad este inmueble se encuentra vacío al fallecer su propietario como ya comenté. Sus herederos son ahora los  propietarios y lo han puesto   en venta. Sería importante que alguien se interesara en su adquisición y de nuevo comprobar in situ que  otra vez se respira vida en el corral de las malvas y no desolación y soledad como se percibe en la actualidad.

El corral de Matías

Arriba también he indicado adónde está ubicado este corral y la utilización que en su momento se hizo del mismo y que como ya comenté fue para guardar y proteger el rebaño de ovejas de su enemigo ancestral  como es el lobo. Este corral o majada fue construido   en el año 1963. El constructor del mismo fue un albañil que residía en  Villazanzo de Valderaduey. Su nombre era Abundio Modino que falleció hace ya varios años. El jornal que cobraba este albañil por la cimentación de esta majada fue de 80 pesetas al día y la merienda. Está construido con adobes. Un  material   que se utilizaba normalmente por aquellos años para la construcción de los correspondientes edificios en el pueblo. Junto a los adobes, las tejas, la madera de roble, las urces  y los céspedes forman también   parte  de la construcción de este corral. Los hermanos Serapio y Matías Lazo fueron quienes elaboraron los adobes en el paraje conocido como "El Horcajo". Supongo que este paraje por encontrarse cercano al lugar donde se iba a construir  la majada, lo utilizaron como improvisada "adobera".  Normalmente para la elaboración del adobe por aquellos tiempos remotos, había en el pueblo varios lugares concretamente para esta faena.  Recuerdo que se fabricaban en el paraje denominado "las adoberas" y también en  otro   conocido como "Valdezalces".  Igual en otra ocasión hablo de forma más  detallada acerca de este asunto, o tradición perdida; por qué...¿creéis que en algún momento se volverá a ver en Mozos de Cea "fabricar los adobes, con barro, paja y oficio"- tal como indico en el poema- "Romance a Mozos de Cea" ? Yo desde luego que no.





( En esta imagen podéis ver el corral de Matías. En ella se puede observar que su estructura está notoriamente conservada. La fotografía está sacada hace  ya 15 años.  Algún leve deterioro ha sufrido desde entonces hasta la actualidad su estructura. Pero sin mucha  importancia. Por cierto, el corral fue construido en su día en terreno que pertenecía al pueblo. La junta vecinal que regía en el pueblo por entonces, le concedió ese terreno para la construcción de la majada. Mientras este edificio siga en pie, el terreno seguirá perteneciendo a su propietario, o sea a Matías Lazo. )


Lamentablemente este es el último corral de ganado construido de forma rudimentaria  fuera del casco urbano que se mantiene en pie en Mozos de Cea. Lo importante es que se conserva aún en buen estado, motivo por el que en principio son buenos los augurios que indican que puede   continuar su estructura en pie durante muchos años más. Aunque por otra parte, debido a que   sus propietarios hace ya varios años que se deshicieron de su rebaño, y al no darle la utilidad básica que requirió su construcción, uno duda si esta circunstancia adversa será un hándicap a la hora de decidirse a repararlo  cuando surjan deterioros que ponga en peligro su estructura. No me gustaría ver como en un futuro cercano acaba   convirtiéndose en otra ruina más de un corral de ganado. Lo mismo en que se   convirtieron  todos aquellos otros  que  con anterioridad fueron construidos dentro de los  diferentes parajes que pertenecen al    pago de Mozos de Cea. Yo he conocido dos en pie y uno prácticamente en ruinas. Uno de los dos que por aquellos años conservaba en pie su frágil estructura, concretamente el que pertenecía a Epifanio Morán y Crescencio Morán, ubicado también en la cota del monte, paraje Valdemar,  apenas si quedan ya sus ruinas visibles.  Según cuentan  las personas mayores, abueletes todos ellos,  en su día  coincidieron hasta once rebaños de ovejas  en el pueblo. Y prácticamente la totalidad de ellos tenían su propia majada construida fuera del casco urbano. En la actualidad desgraciadamente no existe rebaño alguno: Virgilio Pérez fue el último pastor en el pueblo  que ejerció con toda la seriedad que  este oficio requiere.  Cierto que aún se le ve pastorear con un reducidísimo rebaño de ovejas, pero creo que esta circunstancia es más por nostálgica querencia que por "oficialidad".  Parece mentira que prácticamente haya desaparecido la presencia del ganado ovino en Mozos de Cea. En tiempos remotos en casi todos los hogares había algún ejemplar del mismo. Era necesario que se diera esta situación por que cuando se agotaba la carne del cerdo, la debía  suplír la de oveja si querías seguir catando este alimento. El hogar que no criara oveja alguna, ya sabía de antemano  las carencias que iba a sufrir hasta que llegara la matanza del gorrino. Aunque bueno, a veces  el sacrificio de algún conejo o pollo suplía esa privación.   En fin; que como sobradamente todos conocemos el tiempo sigue avanzando y metafóricamente en su evolutivo transcurrir va dejando su particular rastro de cadáveres.  Por cierto,  Matías me ha comentado en más de una ocasión que hay una persona que le quiere comprar su corral de ganado. Parece que de momento no está interesado en su venta, aunque la verdad si la insistencia del comprador continua, conociendo al  incombustible Matías, actualmente tan inmerso en la compra y venta de antiguallas y en el mercadeo de la legumbre, pues todo se puede esperar por esa intensa  actitud empresarial  que actualmente  muestra. (Aunque asegure que sus empresas son ruinosas). Me preocuparía que tal venta se llevara a cabo. Estoy seguro que su comprador tendrá intenciones de  cambiar  su estructura original. Si fuera así, perdería la estética natural que muestra esta majada, a  la que y personalmente considero ya como una  reliquia perteneciente al  pasado ovino de Mozos de Cea.


Esta es toda la información que  sobre ambos corrales os puedo contar y espero que os haya resultado lo más interesante posible.


Saludos a todas y a todos.

Rafael

martes, 7 de julio de 2015

A PESAR DE TODO, LA VIDA SIGUE.

Ayer lunes 6 de julio, víspera de san Fermín, me llegó la luctuosa noticia de que se celebró el funeral y entierro de un vecino de Mozos de Cea, en concreto de Vicente Díaz. La verdad es que  no se trata únicamente del triste hecho  de que haya fallecido esta persona, si no de que al ser un vecino que tenía su residencia permanente en el pueblo, hace que su desaparición física sea muy preocupante porque indica que es un pequeño avance más hacia la inevitable despoblación en un futuro próximo  de Mozos de Cea. Desde tiempos bastantes lejanos no existe ese equilibrio compensatorio que sólo se puede hacer posible  cuando surgen  los  nacimientos en parecida proporción con las defunciones. Es obvio que la natalidad en el pueblo es  inexistente y el goteo de defunciones es progresivo, esto queda verificado con el reciente  fallecimiento de las  dos personas que tenían su   residencia permanente en el pueblo: la que cito en este texto  y Exuperancia Pacho. Por este motivo tal como indico, resulta alarmante la defunción de esta clase de personas por que son  la esencia misma y  la identidad del pueblo por el simple y a su vez transcendente  hecho de haber permanecido de continuo en él y no haber caído en la tentación de emigrar como muchas personas lo han echo,  o lo hicimos,  porque obviamente yo también emigré de pueblo aquel lejano septiembre del año   1974.   Ellos en contra, decididamente  permanecieron de seguido   apegados a esa tierra de secano, agraria por antonomasia,  y por esta razón   contribuyeron  a que el pueblo continuase vivo y no sentirlo  como si sus propias ausencias y vacíos lo habitara. Es cierto que no hay mucha plenitud de vida, ya que la mayoría de sus habitantes se encuentran en la etapa de su vejez y eso obviamente no es sinónimo de vitalidad, más bien lo contrario; pero aún así,  ni el silencio, ni el vacío, ni la soledad han conseguido envolverlo. Todavía  se le puede sentir  vivo, y ahora en verano, la vida se despliega con mayor intensidad  por entre sus diversas calles y también locales de asistencia pública. Pero todos somos conscientes de que si Mozos de Cea continua en un futuro tal como hasta ahora con la natalidad inexistente y la progresiva defunción de sus habitantes, su destino ha de ser  que en un  futuro próximo acabe despoblado, (como desgraciadamente acabarán la mayoría de los pueblos colindantes porque todos ellos se encuentran  en esta misma tesitura. ).  Quizá muchos de nosotros no lleguemos a conocer tal circunstancia, y toquemos madera para que así sea,  aunque va resultar ineluctable que este hecho suceda. Pero ahora de lo que se trata es del presente y éste manifiesta el que Mozos de Cea de momento no muestra  visión alguna de ser un  pueblo  desolado al que ineludiblemente ha sido derrotado por su destino.
 
Quizá la triste noticia de fallecimiento de un vecino del pueblo me ha provocado escribir estas palabras con cierto aire de pesimismo, aunque creo que también  cargadas de un realismo preocupante. Está claro que quienes en su día emigramos por diferentes razones a los diferentes partes del país, y a allende de éste,  buscando objetivos todos ellos asociados a  mejorar el status personal de cada uno,   mucha culpa tengamos de su progresiva despoblación.  Lo que está claro es que  las estancias cortas o largas de tiempo que permanezcamos en él los "autóctonos emigrantes" no soluciona esta problemática.  La solución principalmente radica en poder  recuperar parte de aquella antigua  natalidad que  acostumbra a darse de manera constante por aquellos  tiempos remotos, pero me temo que hoy en día  el que esto ocurra   resulta una utopía porque no se existen las idóneas y necesarias   condiciones para poder hacerse realidad. Por lo tanto, la suerte está echada. Y el futuro, queramos o no, va ser   quien aplicara su particular sentencia al pueblo. ¿Cuándo?, eso es todo una incógnita.









(En esta ocasión trato de ilustrar el texto con una imagen relacionada con el mismo. Se trata de una de las dos  puertas del cementerio, donde a través de   ella se puede observar a un perro, concretamente a Nena la perrita de Eduardo, que mira contemplativa el interior de ese recinto donde descansan eternamente aquellas personas que formaron parte intrínseca y fundamental  de la. historia de Mozos de Cea )


 
Y hasta que  el destino y el futuro se pongan de acuerdo, que el presente  de Mozos de Cea siga su curso, aunque por desgracia, y también  por nuestra inherente condición de ser mortales, tengamos que conocer noticias luctuosas como la muerte de Vicente Díaz;  que la verdad no tengo muchos recuerdos de cierta relevancia  asociados a su persona. Personalmente considero que era de un  carácter muy  reservado y poco dado a ser sociable y envuelto en un cierto aíre, entre místico y oculto.  Y sin duda alguna, la religiosidad fue siempre su santo y seña. Verdaderamente no tuve mucho trato con él, sólo  el acostumbrado y cordial saludo de bienvenida y algún que otro comentario intranscendente. Los recuerdos con cierta enjundia que tengo de Vicente, todos ellos están relacionados a la época en que permanecí de continuo   el pueblo, y éstos son muy pocos y algo confusos. Uno que nunca se me ha olvidado, a pesar de que  yo era muy niño, es el verlo jugar al futbol en la era. Cuando se ponían como instintivo un pañuelo atado alrededor del   brazo para diferenciar de que equipo era cada jugador. Luego también le recuerdo conduciendo por aquellos años su tractor de marca Renault, no tenía cabina y era de color anaranjado. Por cierto, fue el tercer vehículo para trabajar en el campo que hubo en el pueblo.  Lo que tampoco he olvidado es aquel soniquete relacionado con su nombre el cual   los niños acostumbrábamos a decir, o cantar, cuando le veíamos por la calle. Decía así: "Vicente/ culo caliente/ la botiquilla del aguardiente".  La verdad  ahora que lo pienso,  no se que relación puede guardar eso de el "culo caliente con la botiquilla del aguardiente"... Me resulta bastante incoherente. Supongo que  todo se deba a los ajustes  de la rima, aunque este caso claramente ripiosa.  En fin; que tal  como se expresa el tópico: cosa de niños aquel sonsonete. El cual hoy he traído a la memoria porque a quien iba dirigido físicamente ha desaparecido; aunque dejemos de eufemismo y digamos que ha muerto. Por lo tanto, que la eternidad te sea leve y en paz descanses, Vicente.

Ya nada más. Espero que, aunque el texto rezume  cierta melancolía, os resulte grata su lectura.

Saludos a todas y a todos

Rafael

 

martes, 23 de junio de 2015

FESTIVIDAD DE SAN PELAYO EN EL RECUERDO

En esta ocasión mi  cita con el recuerdo quiero de que sea   de manera  emotiva y entrañable, sencillamente porque voy a hablaros del patrón de nuestro pueblo, San Pelayo. Es evidente que el nombre de este santo tiene connotaciones muy especiales para quienes estamos vinculados originariamente  con Mozos de Cea. Dudo si alguna persona que tenga este vínculo y  que por cualquier circunstancia no se encuentra el 26 de junio en el pueblo,  no le recorrerá por su mente en algún momento de ese  día   un "gusanillo" mezcla de la nostalgia y querencia por el  patrón. Seguro que sí. Y ahora vallamos al quid de la cuestión que como ya os digo   es  rememorar tiempos lejanos relacionados con la fiesta patronal del pueblo. Tiempos que coincidieron con   la etapa de mi niñez y de los principios de mi adolescencia... ¿alguien no está al tanto de que  este hecho existencial mío transcurrió   a mediados de la década de los sesenta y comienzo de los setenta?- del siglo pasado, claro está-  Pues eso, que por aquellos remotos años, como es lógico también tratábamos de celebrar a lo grande la festividad de San Pelayo. De entrada, el sacerdote que oficiaba en el pueblo, Bernardo Pérez Gil, ya nos hacia entrar en ambiente, aunque éste fuera religioso, con la típica novena al santo. Por lo cual, nueve días seguidos, cada noche al finalizar el rosario, nos iba leyendo por capítulos la vida y obra del santo. Después de cada lectura, la mozas cantoras de entonces, con Avelina (Vina) llevando la voz cantante, entonaban el típico repertorio de cantos religiosos para esta ocasión.
 
Si la iglesia preparaba su particular vísperas del patrón, en los hogares del pueblo a su manera también lo hacían. No cabe duda de que el día de San Pelayo por entonces resultaba un punto de inflexión ya que se posponían todo tipo de  asuntos familiares para antes o después de su celebración. Era un día clave, sin duda. A lo que íbamos, que a los hogares del pueblo también se les preparaban para su decorativo acondicionamiento: puertas, ventanas, paredes, suelos...todo había que tratar de embellecerlos de manera especial por que el hecho de celebrar el día de San Pelayo así lo requería. A las  ventanas se les solía dar una capa de un producto  color rojo al que llamaban "mazarrón". También a las paredes correspondía embellecerlas a base de   un buen encalado, para este fin se utilizaba    una especie de cal blanca a la que popularmente se la nombraba como "gis". Antes de entrar a la cocina y las  habitaciones, había una parte interior de la vivienda, especie de zaguán,  que se la conocía como "casafuera". En alguno de los hogares, el suelo  de la misma al no estar  pavimentado, la tierra era quien lo cubría, pero aún así había que adecentarlo también.  Para este objetivo se utilizaba una especie de barro arenoso que se recogía en una charca que hubo tiempo atrás en el término que se conoce como las Santanillas.  Con un estropajo de esparto untado en ese lodo arenoso se embadurnaba el suelo hasta dejarlo muy aseado. Por lo tanto el hogar estaba sugerentemente acondicionado para celebrar la festividad del patrón como se merecía.
 
Aunque las estrecheces económicas eran el denominador común en la mayoría de los hogares del pueblo, tal como ya os he indicado otras veces, para esta ocasión había que hacer  de "tripas corazón"  y embarcarse en gastos extras. Por lo tanto, a los arrieros que por aquellos años venía a vender al pueblo, Revilla y Narciso por supuesto, se les compraba  mercancía acorde con la especial  celebración: caja de pastas, algún que otro dulce y licores. El resto de los alimentos que formaban parte del especial  ágape festivo pertenecían todos ellos a la de crianza propia: el pollo más cebado o el conejo se solía sacrifica para la causa. Y algún privilegiado que disponía de corderos, este pobre animal también era víctima proclive para el festín. El guiso de la carne de todos estos animales se conocía popularmente como "el tajadeo". Y no veas como se esperaba con cierta ansia   que apareciera sobre nuestras mesas ese suculento tajadeo, por qué después de estar casi todo el año a base de cocido de garbanzos y los tropiezos  correspondientes, todos ellos derivados del cerdo, ¡ qué quieren que les diga...! La  verdad es que  después del día del patrón, el pollo y el conejo aparecían en nuestra mesa  de pascuas a ramos. Y por cierto,  era costumbre el día de San Pelayo estrenar una determinada prenda de vestir, o dos. Eso siempre dependiendo de lo pudiente que fueras.  

Como ocurre en la actualidad también por entonces la imagen de San Pelayo era sacada en procesión. Muchos años atrás, tengo entendido que los cuatro mozos que lo "paseaban" por la calle a  hombros eran los que correspondía a la quinta de aquel año. Se ve que por entonces habitaba en el pueblo  una considerable cantidad de jóvenes que podían cumplir como exigía la tradición. Aunque esta circunstancia no se daba por la  época en que yo os hablo,  si que había suficientes jóvenes de diversas quintas dispuestos a sacarlo en procesión. Recuerdo que todos los años  ese día la misa era oficiada por cuatro sacerdotes que se engalanaban con los atuendos correspondientes para este evento religioso: Mariano (Villavelasco), Gregorio (Villazanzo), Lucinio (Renedo) y Bernardo (Mozos), como veis todos pertenecían al ayuntamiento de Villazando.  Está claro  que por aquella época  había un censo considerable de sacerdotes en ese Ayuntamiento, todo lo contrario en la actualidad. El volteo de campanas,  la intimidadora  explosión de los cohetes, los acordes melódicos de los músicos, el emotivo himno  de San Pelayo, etc. acompañaba aquella procesión, la cual vista y sentida desde mi condición de niño me resultaba muy emocionante. Supongo que ahora desde mi condición de persona adulta tal emoción la sentiría desde una perspectiva más bien distinta.  

PROCESION DE SAN PELAYO ( I )




(En esta imagen-fotografía se puede observar la procesión de San Pelayo. La fotografía según mis deducciones, por alguna de las personas que aparecen en ella,   creo no equivocarme que  está sacada en la década de los años cuarenta del siglo pasado. Como podéis observar muchas son  las personas que acompañan la procesión y además muy bien alineados . La verdad que cuando vi por vez primera esta fotografía me impactó por la cantidad de personas que aparecen, en comparación con el reducido acompañamiento de las procesiones actuales. Y seguro prácticamente la totalidad de los presentes vivían de forma permanente en el pueblo. Por cierto, la fotografía está sacada cuando pasa la procesión por la calle Mayor. ¡No veas la transformación que esta calle ha experimentado desde el año que se sacó esta fotografía hasta la actualidad!. No sé vosotros, pero yo considero que esté documento fotográfico tiene un de enorme valor histórico y humano.)




Lo que no admite duda alguna es que la contratación de una orquesta, o cualquier otro medio que amenice musicalmente los festejos,   resulta transcendente y necesario. Es obvio que si no hay quien  amenice armoniosamente la fiesta, resultaría incompleta y poco satisfactoria la celebración del patrón. De ahí el por qué siempre estuvo, y está presente la música en forma de: orquesta, charanga o discoteca móvil. En aquella época los mozos acostumbraban a contratar cada año para este fin a la orquesta Hermanos  Fernández, de Villahibiera (León).  Antes de que esta orquesta dispusiera de automóvil propio,  recuerdo como  toda la chavalería y los mozos íbamos a esperar a estos músicos a la carretera. Venían la víspera por la tarde  en el   coche de línea,  denominado "el Prioro" . Los instrumentos musicales que traían y equipo de audición  se les acercaba hasta el pueblo en un carro tirado por una pareja de vacas. No siempre fue la orquesta Hnos. Fernández quienes amenizaron musicalmente la fiesta de San Pelayo, en alguna ocasión fueron contratados otros músicos para este evento. Uno de ellos fue Abundio, tocaba la batería y la dulzaina, era natural de Villazanzo. También otro acordeonista que venía de Sahagún y no faltó el músico autóctono de Mozos de Cea, como fue, y aún sigue siendo natural de pueblo, Eradito García, que tocaba el Saxofón. La verdad que el repertorio melódico de estos tres citados aunque  era bastante limitado, resultaba suficiente para amenizar las verbenas nocturnas y el baile vermut de los dos días   que duraba la celebración del patrón. Por cierto,  lo tradicional era que la celebración del baile  transcurriera  en los prados ubicados en el "Campo del río". Alguna que otra ocasión cambió su ubicación, sobre todo cuando se construyó el teleclub ya que éste pasó  a celebrarse  en los prados de la "Herencia". Como mandaba la tradición, el día  San Pelayín, los mozos acompañaban a los músicos en la popular diana matinal. La diana ciertamente resultaba muy importante porque, sirviéndose de ella, se iba casa por casa del pueblo con el fin de conseguir un dinero  que ayudara a sufragar los gastos relacionados con la contratación de la orquesta. Era costumbre también obsequiar tanto a los mozos como a los músicos, con una copa de licor, aunque lo normal era de aguardiente del Truébano, y alguna pasta.
 
PROCESION DE SAN PELAYO ( II)

 

 

(En esta imagen-fotografía sacada en 1970 se puede observar el comienzo de la procesión de San Pelayo.  En ella   se pueden  ver los cuatro sacerdotes  de los que ya os hablé, y que oficiaban la misa del patrón, salir juntos    de la iglesia para acompañar la procesión. Van secundados por sus dos monaguillos. El de la izquierda es Miguel Angel y el de la derecha quien esto escribe, o sea Rafael. También se observa en la imagen, a varias niñas sonrientes. En primer plano aparece Teresa y a su izquierda, a la derecha en la imagen,  María Luisa, Lucita, Leonila, Esperancita, Mari (mi prima de Santamar), Maricruz, María Jesús Morán y Ernestina. Y al fondo saliendo por la puerta de la iglesia aparecen varias mozuelas: Esther, Nieves, Avelina, Engracia, Clara...hay alguna otra más que ante la duda de quien se trata, omito el nombre)

Los que también formaban parte de la parafernalia en torno al patrón,  eran aquellos   vendedores que ofertaban su mercancía para la ocasión. Como por ejemplo un señor al que apodaban "Cañonín", que curiosamente era también de Villahibiera, y que vendía sus típicos cucuruchos de nata. Sólo tenía esta clase de helados. También venía en ocasiones con su bar ambulante un señor de Sahagún; a éste le apodaban "el judío". Recuerdo que en relación a su bar,  de vez en cuando sonaba una especie de eslogan a través del sonido de megafonía que se utilizaba para el baile y decía lo siguiente: "Verde nació la naranja/ el tiempo la dio su color/ pero el bar del judío no cambia ni pá Dios.".  El que no faltaba cada año puntual a su cita era un señor al que recuerdo  ya bastante abuelete, creo que era natural de Codornillos. Venía con su puesto de golosinas variadas y juguetitos de plástico. Vendía también petardos, por una peseta te daba tres de estos mini artefactos explosivos, que no veas como la gozábamos por entonces los niños oyendo tan estruendoso sonido. Y como era lógico también se apuntaban para la venta de su mercancía, los arrieros citados, Narciso y Revilla, aunque obviamente en esta ocasión, no para mercadear con su género de ultramarinos, si no para la venta de refrescos y cervezas. Y en alguna que otra ocasión, pocas,  aparecía alguno de esos "tomboleros" con sus escopetas de feria para que afinaras tu puntería  y te llevaras el regalo correspondiente. Como veis feriantes y vendedores ofertando sus artículos para la ocasión no faltaban. Y nosotros los niños, que al cabo del año  no teníamos la posibilidad de tener a nuestro alcance todo ese género para uso y disfrute infantil, a pesar de que disponíamos de muy poco dinero para su aquisición, estábamos  la mar de contentos. Era suficiente observarlos para sentirnos felices.
 
 
PROCESION DE SAN PELAYO (III)
 
 
 
 
(Es evidente que en esta imagen se puede observar la procesión de San Pelayo más actual, no en vano la fotografía está sacada en el año 2002 y en la misma calle que la primera fotografía, o sea en la calle Mayor también. Pero entre ambas existe una diferencia abismal. No sólo por el color, si no por la estética transformación que han  experimentado   todas las casas  que originariamente  estaban ubicadas en esta calle, que como se puede apreciar  aún no se encontraba asfaltada por entonces. Quizá sea ésta circunstancia lo único que tiene en común ambas fotografías. Luego también esas dos filas de coches aparcados en ambos lados de la calle, es la demostración irrefutable de la evolución del tiempo. Por cierto,  ahí se puede ver al Sr. Alcalde Félix Pacho  portando el pendón ayudado por Aventino de Lucas. Ambos vestidos de traje y corbata, tal  como requiere la tradición festiva  en estos casos.)

Aparte de los actos religiosos y verbenas correspondientes, había algún que otro evento más. Uno era   el tradicional campeonato de bolos.  Obviamente el ganador no recibía tan suculento  premio en metálico como lo hace actualmente el   que se lleva  el primer premio del Campeonato de bolos leoneses "Villa de Mauzos". Por entonces el ganador recibía un pollo y  alguna que otra vez cuando la comisión organizadora se estiraba, un cordero era el galardón. Y ya que me he referido al pollo, aprovecho deciros que todos los años se celebraba la popular  rifa del pollo, por lo tanto el portador del boleto premiado se lo llevaba para su corral, o  cazuela. Lo que tampoco faltaba cada año era el tradicional partido de futbol: Santamar, Villamartín, Villazanzo,  fueron algunos de los pueblos contra quienes se jugó por aquellos años, cuando los jugadores de Mozos de Cea, todos ellos autóctonos, vestían su elegante camiseta roja y pantalón azul. Yo personalmente no viví ese momento, pero cuentan las personas mayores que el día de San Pelayo solían organizarse  espontáneos  "aluches" a nivel popular. Supongo que coincidiría con aquellos años en que la lucha leonesa  estaba muy arraigada en  las costumbres de Mozos de Cea y pueblos alrededores. Hoy lamentablemente esa arraigo apenas existe, motivo por el que los corros de lucha leonesa brillan por su ausencia. También cuentan que por San Pelayo se organizaba la carrera de cintas en bicicleta. Yo la verdad que no recuerdo tal evento, pero es seguro que existió porque de ella nuestros mayores hablan con certeza. Por cierto,  para los niños  se organizaba el juego de romper los pucheros; ya sabéis: con los ojos cerrados y palo en mano y a tratar de romper el  puchero que colgaba de una cuerda para  llevarte el  premio o regalo  que  de adentro hacia el  suelo caía.

En  este amplio testo he tratado de dar algunas breves pinceladas  que rememorasen experiencias y momentos vividos personal y colectivamente  años atrás el día de San Pelayo. Otro ejercicio de nostalgia como tantos, sin más. Es obvio que a medida que transcurre el tiempo vamos añadiendo recuerdos a nuestra vida, y cuando la nostalgia nos tira un poco del corazón o del sentimiento, solemos hacer uso de ella oralmente o en forma de escrito como en este caso. Pero bueno, aparte de reminiscencias patronales, lo importante es que se siga celebrando la festividad de San Pelayo  porque es la esencia y la identidad de un pueblo. No importa que alguna de sus tradiciones festivas merced a la lógica e inevitable evolución se hayan transformado, reitero que lo importante es que continúe celebrándose. Lamentablemente allá por la década de los ochenta del siglo pasado, por desgana y desinterés de quienes incumbía organizar los eventos correspondientes a la fiesta patronal, la celebración de la misma se basaba únicamente en misa y procesión del santo. Triste y desolador panorama resultaba aquello, sin duda. Algunos de los jóvenes que se encontraban ese día en Mozos de Cea, iban buscando diversión a otros pueblos donde se celebraba también la festividad de San Pelayo,  con los importantes y alegres festejos que está ocasión requiere. En fin; que como todo cambió felizmente para mejor, en Mozos de Cea, actualmente  se puede disfrutar con alegría y mucha diversión la fiesta del día de su patrón. Por lo tanto, quienes tengáis la oportunidad de estar presentes este día en el pueblo, que lo disfrutéis al máximo.

Antes de el saludo final, os dejo aquí la letra del himno a San Pelayo que se cantaba en Mozos de Cea . Supongo que la mayoría sabréis su entonación. Pues entonces manos a la "garganta" y a entonarla con emoción.
 
Himno a San Pelayo
 
Con voz de gloria y cariño
cantar queremos tu palma
      que con fuerzas no de niño} bis
prendiste fuego en tu alma.}
 
Tu fe predicaste a gritos
venciste del cruel la saña
Pelayo mártir de Cristo
con gozo te recuerda España.
 
Despreciaste las bombas del mal
de Satán al ministro a vencer
y aunque niño supiste luchar
y aclamaste con gritos tu fe.
 
Los caminos de Cristo al mirar
saturados de luz y de amor
no dudaste un momento seguir
y por ellos llegaste hasta Dios.
 
 
 
 
 
 
Lo dicho, que disfrutéis a tope de la fiesta patronal.
 
Saludos a toda y a todos.
 
 
 
Rafael