miércoles, 23 de septiembre de 2015

HOMENAJE A LOS ANTIGUOS LABRADORES

De nuevos estoy otra vez aquí para compartir con vosotros a través de la palabra escrita y publicada, claro está, momentos del pasado en relación a Mozos de Cea, pueblo al que supongo  perteneceréis, bien de forma directa, o a través de algún vínculo especial,  la mayoría de vosotros lectores de este blog. ¿Me equivoco?  Al respecto, aprovecho para comentaros que existe una norma antiquísima en Mozos de Cea, imagino que la mayoría conoceréis. Quien la desconozca, decirles que una persona aunque no haya nacido en  Mozos de Cea, se le considerará "Hijo o hija del pueblo" si ha contraído matrimonio con alguien que sí  ha nacido en él. En cambio, los hijos que hubieran nacido de esa unión matrimonial, no serán considerados como tal, por consiguiente  no tendrán derecho a  disfrutar de los "privilegios" que pudiera concederles esta circunstancia. Y dicho esto como forma aclaratoria, os comento que en esta ocasión el leit motive de este escrito que hoy publico corresponde a un poema. Un poema que a pesar de que lo  escribí allá por la década de los noventa del siglo pasado,  siempre que por cualquier circunstancia lo vuelvo a reescribir, normalmente hago alguna modificación de sus versos, pero  la esencia principal de su mensaje  permanece inalterable a cualquier modificación.
 
El poema se titula "Labradores de Ayer" . Lo escribí como un homenaje a aquellos antiguos labradores de nuestro pueblo que  tan fatigosamente desarrollaban sus labores agrícolas  a lo largo y ancho del árido pago de Mozos de Cea,  con sus rudimentarias herramientas y ayudado por la tracción animal. Por entonces no existía la sofisticada y cómoda maquinaria con que hoy cuenta ese reducidísimo grupo de  labradores, creo que son supuestamente  cinco  los labradores autóctonos que oficialmente están inscritos en el régimen agrario,  para  desempeñar en la actualidad las tareas agrícolas en el pueblo. Y ahora cambiando de tema, si nostálgicamente echamos la vista atrás para observar con cierta emotividad el pasado,  y hacemos comparaciones de como se encontraban las eras durante la época más álgida del verano, los meses de julio y agosto en aquellos remotos años, y    como se encuentran  en la actualidad  durante estos meses citados, por regla general las sensaciones que uno experimenta al respecto en mi modesta opinión pienso que  están más relacionadas con la tristeza que con la alegría. Y es que lamentablemente no deja más alternativa que el desánimo  cuando se observa todo ese silencio, esa soledad, ese vacío...que en la actualidad habita en el recinto de las eras  durante los meses de julio y agosto. Yo personalmente tengo una sensación melancólica, porque aparte de esa  ley que impone el progreso, es también la reafirmación de que el tiempo ha ido pasando y en su transcurrir con él se llevó una parte de nosotros que ya no volverá. Pero bueno, tampoco es cuestión de ponernos tan transcendentes y  tan "trágico-melancólicos". Esto es lo que hay: la consecuencia de seguir estando vivos. En fin; que  a pesar de todos los inconvenientes,  hasta que no nos demuestren lo contrario, vivir seguirá siendo una experiencia única e irrepetible. Por otra parte, pienso  que emocionalmente siempre viene bien recordar, ya saben como ejercicio de nostalgia,  los trillos, los carros, los mulos y mulas, las vacas, las horcas de madera, los aparvaderos, las volvederas, las parvas, los rastros, los bieldos, las cribas,  la media fanega,  los costales, los garios,  etc, etc,...( y así  un largo etc, )  que  formaron parte intrínseca de aquel lejano y emotivo paisaje veraniego que se extendía a lo largo y ancho de la superficie que le corresponde a las eras.  No cabe duda de que este  remoto paisaje únicamente  se pudo contemplar    cuando el trajín  de las personas, la tracción animal  y los vetustos aperos agrícolas se encontraban  inmersos en su ajetreo  veraniego y  la vida bullía en toda su plenitud, aunque por desgracia en infinidad de ocasiones tuviéramos que sufrir  la abrasadora  canícula del verano montados sobre un trillo, del que tiraban de él, bien  una pareja de vacas, o u par dos mulos, (machos como popularmente se les nombra)  y daba vueltas y más vueltas, hasta convertir la mies en paja y quedar el cereal liberado de su espiga.  Y por cierto, aunque  hoy aquellos antiguos aperos de labranza nos resulten vestigios del pasado y prácticamente la totalidad de ellos estén apilados en el rincón del olvido, a mi juicio son las señas y la identidad de Mozos de Cea y en buena medida para muchos de nosotros que hemos nacido en este pueblo, son la referencia en cuanto al origen y proceso de  nuestra existencia.
 

IMAGENES PARA EL RECUERDO
 
 







 
(Aquí os dejo estas dos imágenes en blanco y negro, tal como aparentemente transcurría la vida por aquellos remotos años en que fueron sacadas estas dos fotografías. Ambas fotografías formaban parte de ese remoto paisaje veraniego del que indico arriba. Fueron sacadas en un determinado día de agosto de 1973. En la primera fotografía, está mi hermano Talín con  sombrero y su "pose" mirando a la cámara. El del fondo con visera soy yo. También aparece la pareja de vacas uncida al yugo, el trillo, las volvederas... A la derecha de la imagen se aprecia que la trilla está perfectamente molida para ser amontonada; o aparvada, como sería políticamente correcto indicar. Y es lo que muestra la segunda fotografía. El momento de aparvar la trilla. En esta ocasión son dos mulos (o machos) los encargados de tirar del aparvadero para amontonar la trilla, ya perfectamente molida, en su correspondiente montón, o parva.  )
 
 
 
Como de costumbre, y ya como un defecto congénito en mí, siempre acabo por enrollarme de manera excesiva antes de ir directamente al asunto principal, como es escribiros el poema en este caso como ya he comentado. Así que sin más preámbulos cansinos transcribiré el poema: 

 
LABRADORES DE AYER
 
Se levanta el cierzo de la tarde, y trae recuerdos,
son voces de labriegos como un soplo de añoranza.
Labradores de ayer, de pareja de vacas, de arado, de carro...
y con la piel curtida y agrietada por solanas.
 
Nacidos para el barbecho, para la siembra, la siega...
Fuisteis labrando la tierra surco a surco
con el corazón y reja y se unió vuestro amor con el arado.
Compañeros del sudor; hermanos de la fatiga,
vuestro cuerpo adquirió forma de este suelo,
por caminos y regueras; por pastizales y fuentes,
como herencia han quedado imborrables vuestras huellas.
 
¡Cuánto  esfuerzo sin condición le entregó 
a esta tierra de secano vuestra mano encallecida!
Resistíais   con los ojos clavados en esa necesidad de lluvia
y sedientos se iban quedando siempre en su espera.
 
Ay, labradores de ayer, con sus mulas, su segadora y su trilla,
nadie podrá arrebataros la casta que os engrandece,
vuestra raíz  será siempre   esencia que alimentará las cosechas.
 
No temáis. Nunca habitaréis ya el olvido.
Aunque continuéis labrando las parcelas de la ausencia,  haré
 que estos versos sean  como un cereal que se eterniza en el tiempo
y crecen a perpetuidad copiosos vuestros nombres como espigas.
 
 

 
Pues este es el poema del que os he hablado. Aquí os lo dejo publicado sin entrar en más detalles del mismo. Creo que en el texto arriba expuesto ya he escrito suficientes detalles. Ahora simplemente lo dejo a la interpretación y la valoración que cada uno de vosotros lectores creáis conveniente hacerle.
 
 
 
Saludos a todas y todos.

Rafael
 
 
 
 
 

martes, 8 de septiembre de 2015

CORRALES CON SOLERA

Otra vez de nuevo el recuerdo vuelve a retomar protagonismo de manera especial en este espacio; o en este blog que políticamente sería más correcto nombrarlo así por razones obvias. Y sin más  preámbulos que pudieran "marear la perdiz" vayamos al asunto. En esta ocasión  voy a hablaros de corrales. Por supuesto que no se trata de el paraje ubicado en el pago de Mozos de Cea que lleva este nombre, sino de otro tipo de corrales. De dos concretamente, los cuales   para mí personalmente tienen cierta solera y popularidad. Son: "el corral de las malvas" y "el corral de Matías". El primero es como popularmente se  le conoce a la casa y patio donde vivió hasta su muerte  Luis Pacho Rodríguez y el segundo es una majada construida con adobes que está situada dentro  de la cota del monte, concretamente en  el paraje conocido como " alto Torriyuelo"  y que tiempo atrás sirvió para encerrar y guardar el rebaño de ovejas de su propietario. A continuación voy a escribir unas palabras acerca de estos dos corrales para que así  conozcáis algo de la historia de ambos. Verdaderamente  no es mucha la información que tengo sobre ellos. Cuanto conozco al respecto no es merced a la información que tengo almacenada en  mi memoria, la cual me sirve para dejar   mis habituales escritos publicados en el blog. En esta ocasión he tenido que ir recopilando información a base de ir haciendo preguntas sobre el tema a las personas mayores de Mozos de Cea.  De ahí mi agradecimiento a todos aquellos que han aportado la información que conocían o recordaban para que pudiera escribiros todo el texto con cierto fundamento.
 
 
 
El corral de las malvas
 
Arriba ya comento donde está situado este corral y el nombre como popularmente se le conocía. Desconozco  el porqué lleva este nombre y también quien fue el autor del mismo. Siento de veras no poder proporcionaros esta información. ¿Os podéis creer que se me olvidó preguntarles a "santo de qué"  le pusieron este nombre al patio?  Cuando tenga ocasión de preguntarles, seguro que lo hago. Aunque ahora me entran dudas de si alguna persona del pueblo  pudiera  dar fe  de por qué razón pusieron ese nombre a este popular corral que en la actualidad una puerta cierra su entrada. (Según la última información que al respecto me han proporcionado, este portón de cierre se instaló en 1966)  Muchos años atrás no tenía puerta alguna ya que consistía en un portal  abierto por donde entraban todos los vecinos que vivían en los diversos hogares que se hallaban situados dentro de ese   corral. Creo que  hasta cinco vecinos llegaron a coincidir al mismo tiempo. Durante aquellos años de múltiple convivencia vecinal en ese mismo patio hubo un bar, o más bien cantina que regentaban Angel Revilla y su mujer Angeles Pacho. Desapareció la cantina cuando este matrimonio junto a sus hijos nacidos en Mozos de Cea se marcharon del pueblo en busca de un futuro más prometedor. Una señora de nombre Eduviges y otra llamada Primitiva, me contaron que fueron las primeras vecinas que  ellos recuerdan haber visto vivir en este popular inmueble. Luego residieron por un tiempo en él otros matrimonios con sus respectivos hijos. Allí muchos de ellos nacieron y vieron por vez primera la luz en aquellas reducidas y humildes alcobas sin ventana. Los nombres de aquellos matrimonios fueron los siguientes:  Apolinar Cuesta y Lucía Antón; Cayo Cuesta y Catalina Modino; Julio de Lucas y Erasmina Barreales; Lucio Pacho y Juliana Rodríguez; Eliseo Antón   y Vicenta Cuesta. Me hablaron   también de que  vivió un pastor y su mujer, ambos eran creo que  naturales de Carbajal de Valderaduey. Ahora no recuerdo sus nombres.  La gente mayor  recuerda  un membrillar que había dentro del patio,  debía ser de propiedad de la señora Eduviges ya que ésta señora regalaba membrillos a los niños. También hablaron de  algún que otro conflicto vecinal, que acabó a mamporros, o las travesuras de los chiquillos, siempre relacionadas con el hurto de la fruta de un huerto vallado que estaba junto al inmueble. Y es que por aquellos años según relatan las personas  mayores,   lamentablemente el hambre a veces se dejaba sentir como una "cornada" en el estomago, de ahí que no hubiera frutal ni huerto  que se les resistiera a los hambrientos chiquillos.  








( Antes de su fallecimiento, Luis Pacho Rodríguez, en el portal que hace de entrada al popular  corral de  las malvas, en la parte derecha del mismo creó una especie de museo etnográfico y en él fue depositando varios utensilios del hogar y aperos de labranza que fueron utilizados en tiempos remotos por los vecinos de Mozos de Cea. En estas dos imágenes que han sido sacadas dentro de ese portal podéis comprobar parte del muestrario de su particular museo etnográfico)


 
No se cómo ni porqué la totalidad de corral de las malvas acabó siendo en propiedad del matrimonio Lucio Pacho y Juliana Rodríguez. Yo sólo conocí  a este matrimonio habitando    el único  hogar que se encontraba en   este corral. Y con la puerta de entrada.  Supongo que irían  comprando sucesivamente las reducidísimas viviendas cuando éstas fueron abandonadas por sus inquilinos. Desgraciadamente en la actualidad este inmueble se encuentra vacío al fallecer su propietario como ya comenté. Sus herederos son ahora los  propietarios y lo han puesto   en venta. Sería importante que alguien se interesara en su adquisición y de nuevo comprobar in situ que  otra vez se respira vida en el corral de las malvas y no desolación y soledad como se percibe en la actualidad.

El corral de Matías

Arriba también he indicado adónde está ubicado este corral y la utilización que en su momento se hizo del mismo y que como ya comenté fue para guardar y proteger el rebaño de ovejas de su enemigo ancestral  como es el lobo. Este corral o majada fue construido   en el año 1963. El constructor del mismo fue un albañil que residía en  Villazanzo de Valderaduey. Su nombre era Abundio Modino que falleció hace ya varios años. El jornal que cobraba este albañil por la cimentación de esta majada fue de 80 pesetas al día y la merienda. Está construido con adobes. Un  material   que se utilizaba normalmente por aquellos años para la construcción de los correspondientes edificios en el pueblo. Junto a los adobes, las tejas, la madera de roble, las urces  y los céspedes forman también   parte  de la construcción de este corral. Los hermanos Serapio y Matías Lazo fueron quienes elaboraron los adobes en el paraje conocido como "El Horcajo". Supongo que este paraje por encontrarse cercano al lugar donde se iba a construir  la majada, lo utilizaron como improvisada "adobera".  Normalmente para la elaboración del adobe por aquellos tiempos remotos, había en el pueblo varios lugares concretamente para esta faena.  Recuerdo que se fabricaban en el paraje denominado "las adoberas" y también en  otro   conocido como "Valdezalces".  Igual en otra ocasión hablo de forma más  detallada acerca de este asunto, o tradición perdida; por qué...¿creéis que en algún momento se volverá a ver en Mozos de Cea "fabricar los adobes, con barro, paja y oficio"- tal como indico en el poema- "Romance a Mozos de Cea" ? Yo desde luego que no.





( En esta imagen podéis ver el corral de Matías. En ella se puede observar que su estructura está notoriamente conservada. La fotografía está sacada hace  ya 15 años.  Algún leve deterioro ha sufrido desde entonces hasta la actualidad su estructura. Pero sin mucha  importancia. Por cierto, el corral fue construido en su día en terreno que pertenecía al pueblo. La junta vecinal que regía en el pueblo por entonces, le concedió ese terreno para la construcción de la majada. Mientras este edificio siga en pie, el terreno seguirá perteneciendo a su propietario, o sea a Matías Lazo. )


Lamentablemente este es el último corral de ganado construido de forma rudimentaria  fuera del casco urbano que se mantiene en pie en Mozos de Cea. Lo importante es que se conserva aún en buen estado, motivo por el que en principio son buenos los augurios que indican que puede   continuar su estructura en pie durante muchos años más. Aunque por otra parte, debido a que   sus propietarios hace ya varios años que se deshicieron de su rebaño, y al no darle la utilidad básica que requirió su construcción, uno duda si esta circunstancia adversa será un hándicap a la hora de decidirse a repararlo  cuando surjan deterioros que ponga en peligro su estructura. No me gustaría ver como en un futuro cercano acaba   convirtiéndose en otra ruina más de un corral de ganado. Lo mismo en que se   convirtieron  todos aquellos otros  que  con anterioridad fueron construidos dentro de los  diferentes parajes que pertenecen al    pago de Mozos de Cea. Yo he conocido dos en pie y uno prácticamente en ruinas. Uno de los dos que por aquellos años conservaba en pie su frágil estructura, concretamente el que pertenecía a Epifanio Morán y Crescencio Morán, ubicado también en la cota del monte, paraje Valdemar,  apenas si quedan ya sus ruinas visibles.  Según cuentan  las personas mayores, abueletes todos ellos,  en su día  coincidieron hasta once rebaños de ovejas  en el pueblo. Y prácticamente la totalidad de ellos tenían su propia majada construida fuera del casco urbano. En la actualidad desgraciadamente no existe rebaño alguno: Virgilio Pérez fue el último pastor en el pueblo  que ejerció con toda la seriedad que  este oficio requiere.  Cierto que aún se le ve pastorear con un reducidísimo rebaño de ovejas, pero creo que esta circunstancia es más por nostálgica querencia que por "oficialidad".  Parece mentira que prácticamente haya desaparecido la presencia del ganado ovino en Mozos de Cea. En tiempos remotos en casi todos los hogares había algún ejemplar del mismo. Era necesario que se diera esta situación por que cuando se agotaba la carne del cerdo, la debía  suplír la de oveja si querías seguir catando este alimento. El hogar que no criara oveja alguna, ya sabía de antemano  las carencias que iba a sufrir hasta que llegara la matanza del gorrino. Aunque bueno, a veces  el sacrificio de algún conejo o pollo suplía esa privación.   En fin; que como sobradamente todos conocemos el tiempo sigue avanzando y metafóricamente en su evolutivo transcurrir va dejando su particular rastro de cadáveres.  Por cierto,  Matías me ha comentado en más de una ocasión que hay una persona que le quiere comprar su corral de ganado. Parece que de momento no está interesado en su venta, aunque la verdad si la insistencia del comprador continua, conociendo al  incombustible Matías, actualmente tan inmerso en la compra y venta de antiguallas y en el mercadeo de la legumbre, pues todo se puede esperar por esa intensa  actitud empresarial  que actualmente  muestra. (Aunque asegure que sus empresas son ruinosas). Me preocuparía que tal venta se llevara a cabo. Estoy seguro que su comprador tendrá intenciones de  cambiar  su estructura original. Si fuera así, perdería la estética natural que muestra esta majada, a  la que y personalmente considero ya como una  reliquia perteneciente al  pasado ovino de Mozos de Cea.


Esta es toda la información que  sobre ambos corrales os puedo contar y espero que os haya resultado lo más interesante posible.


Saludos a todas y a todos.

Rafael