lunes, 5 de febrero de 2018

LAS BARRERAS

 
Volvemos a la cita habitual con las intenciones o los objetivos de costumbre. Sin más dilación comencemos.

En mi opinión el lugar  más emblemático de Mozos de Cea no creo equivocarme si digo que es el paraje conocido como "Las Barreras". Ese humedal que sobradamente conocéis y que se encuentra próximo al casco urbano. Es de suponer que su nombre se debe  a que  el fondo de este humedal, en toda   su extensión, tiene una gruesa capa de  barro. Lo que no admite ninguna duda es que años atrás fue el centro neurálgico del pueblo por no tener el caudal de un  río cercano. Antiguamente siempre resultó de gran utilidad el agua de este humedal. En especial para los animales de tracción que tenían en sus cuadras los vecinos del pueblo,  los cuales  empleaban para faenar  las agotadoras  labores agrícolas.  Este lugar siempre les sirvió de abrevadero. A continuación nombraré alguna otra utilización más  que se le dio a este agua, con relación a  aquella   época remota que yo viví in situ, tan  cargada  de estreches y extenuantes  jornadas de trabajo en el campo. Alguna creo que pudiera resulta un tanto variopinta. No se. Os cuento.
 
Hace muchos años atrás: (pongamos que hablo del año catapún)
 
.- A comienzos del otoño,  días antes de iniciar la vendimia, se sacaban las vasijas o toneles de las lagares y se las llevaba a las barreras para  lavarlas. Allí mismo  se las  llenaba de agua y se dejaban que reposaran unos días  para que hinchara la madera con el fin de llenarlas luego de vino.
 
.- Dentro de aquel agua se introducían los sacos  que contenían los altramuces (chochos)   cocidos. Permanecían  dentro del agua  varios días  hasta que  desapareciera su amargor. ( Os cuento que el raterillo de turno aprovechaba la ocasión para afanar algún puñado de aquellos altramuces)
 
.- Allí se lavaban  los cardos   que se  recogían  por los sembrados y una vez secados al sol   servían  para alimentar al ganado, en especial las vacas.
 
.- En este mismo lugar se cazaban ranas con rudimentarias cañas fabricadas a mano. De este asunto ya os hablé. Quien se molestó en su día en leer el texto sabrá de lo que hablo.
 
.- Era en este mismo sitio   donde los niños de Mozos de Cea nos divertíamos lanzando piedras sobre el agua con mayor o menor   habilidad,  pero siempre  tratando de que la piedra hiciera las mayores  piruetas o saltos posibles sobre el agua.
 
.- También sirvió como pista de patinaje, pero sin patines,  para la chavalería y los mozos del pueblo   durante aquellos antiguos y gélidos  inviernos cuando aquel agua se convertía en resistente hielo.
 
.- Antes de que reformaran las estructura de   la antigua poza,   en su   agua, aparentemente limpia,   las mujeres del pueblo acostumbraban a lavar la su ropa.
 
.- Esta agua sirvió en ocasiones para regar los pequeños huertos que los vecinos   cultivaban cercanos a este lugar.

.- Lamentablemente en este lugar se llevaba a cabo una cruel costumbre como era  el arrojar perros y gatos recién nacidos al agua  para que murieran ahogados.

 
 
  


 
 ( En estas dos imágenes que corresponden a finales de la década de los ochenta, se puede observar   las barreras cuando se hallaban en su estado original. También  a   los patos de Ana Mari nadando en su agua )


 
Si profundizo en la memoria estoy seguro que conseguiría recordar alguna que otra  utilidad más que se le dio  al agua de las barreras a través de los años. Pero no es cuestión de seguir enumerándolas para no aburrir o cansar. Las expuestas creo que son un válido ejemplo  que cumplen sobradamente el cometido. Por otra parte, comentaros que por entonces también periódicamente a cuenta de la pertinaz y prolongada sequía,   las barreras se secaban:   tal como en la actualidad viene sucediendo   cuando la lluvia brilla por su ausencia y la sequía hace estragos. Y eso  que cuenta con pequeños manantiales,  pero no son suficientes si en el invierno no llueve con abundancia y queda embalsada parte de ese agua caída dentro de su concavidad.   Pues bien, cuando  por entonces se secaban, cada vecino del pueblo obligatoriamente tenía que encargarse de  limpiar una pequeña parte de ese lodazal seco que se le había designado. Labor que desempeñaban a base  de azada y pala, supongo.   Una vez cavado y apilado el lodo, se cargaba dentro de los carros para luego  esparcirlo   en   sus pequeñas  parcelas por que resultaba ser un  excelente fertilizante para la tierra.  



 
 
 


( Dos imágenes donde se puede percibir el estado actual de las barreras mostrando su encanto y colorido natural, sin esas antiestéticas "mazorquetas" que hoy en día se han apoderado del agua limpio y cristalino que se refleja en las imágenes)


Es obvio que todo lo arriba comentado ya es historia y que la realidad actual de las barreras es bien diferente  a  causa del transcurso del tiempo y sus inevitables circunstancias. Hoy en día  como todos sobradamente conocéis este lugar ha sido transformado en una especie de  parque y oficialmente el humedal es conocido  como  laguna "La Barrera".  Que ha experimentado  un cambio de look, no hay duda.   Fue vallado todo el recinto exterior  y   para darle aspecto de un parque público, los propios vecinos y vecinas  del pueblo fueron quienes  arrimaron  de forma colectiva el hombro  en las populares hacenderas  y transformaron este humedal y su entorno en un parque público con un sin fin de detalles, como la   instalación de  bancos y mesas . También se construyó un interesante puente de madera para poder llegar hasta la isla donde se encuentra la caseta de los patos. Una isla que se    quedó en medio de la laguna cuando la retroexcavadora cambió su forma original.   Y por supuesto que se contó con las necesarias  subvenciones  para sufragar los gastos que requería el realizar  tan importante obra. El grupo de Acción Local Adescas  subvencionó una parte, del resto se encargó la Junta Vecinal de Mozos de Cea. Una cosa que resultó muy importante a raíz de poner en marcha este proyecto, fue la reforestación que se hizo en todo el entorno de la laguna. Se plantó una considerable cantidad de arboles, de diferente variedad,  y  hoy en día configuran un atractivo y sugerente paisaje natural. Respecto al arbolado, voy a comentar algo anecdótico. Este que ahora escribe fue quien plantó el primer árbol en ese lugar. Lo hice en la primavera de 1991. En realidad fueron tres sauces llorones los que planté, pero sólo consiguió cobrar vida uno .  Durante unos cuantos años  fue creciendo en solitario, pero  todo cambió  a   principios de este milenio  cuando se empezó a  plantar en aquel mismo entorno  otros árboles de diferentes especies. Por otra parte, hoy en día se da una circunstancia que hace que   el humedal no resulte  para nada atractivo por culpa de  esas plantas a las que popularmente se las conoce en el pueblo como "mazorquetas" y que han crecido con tanta abundancia  que  en la actualidad parece haberse apoderado de todo el espacio interior de la laguna. Apenas si dejan ver el agua. Una lástima que se haya llegado a estos extremos. Recuerdo que por aquellos remotos años jamás se vio la presencia   de esta planta  invasora dentro del agua. Había por entonces en el pueblo  una yegua propiedad de Epifáneo Morán Fernández que pastaba todos los días   alrededor de la laguna y solía  meterse dentro del agua para comerse los  brotes de  susodicha planta. Razón por la cual nunca consiguió crecer con esa antiestética   y preocupante abundancia. Supongo que a quienes compete buscar alguna solución  para hacer que desaparezca, la hallarán con el fin de  este contratiempo no nos prive de volver a  ver a la laguna  mostrando su estético y sugerente  encanto visual y de paso sin problema alguno  que vuelvan a convivir  en su hábitat natural  las ranas, peces, cangrejos, pollas de agua, y demás especies que pertenece a la fauna de la zona.





( En esta fotografía sacada en 1971 podéis ver la yegua de la que os he hablado. Ella sola se bastaba para limpiar toda la maleza y las hiervas que  crecían alrededor y dentro de la laguna)

Os he dejado breves pinceladas escritas, acerca del pasado y el presente de las barreras,   actualmente convertida  en parque público y también zona de recreo   donde  se convocan hacenderas para el mantenimiento del parque,  y también se celebran comidas de confraternidad , se organizan bailoteos, se proyecta cine de verano ,   y  cualquier otra  "redondina popular" que se tercie para la ocasión.   Y que no sigan faltando  anualmente todos estos eventos  cada verano  porque ello es sinónimo de vida, de alegría, de futuro...Aunque lamentablemente todos sabemos que es sólo circunstancial; que la realidad por desgracia es otra más bien distinta.  Pero viene siempre bien vivir  el momento y disfrutar  el instante. Y en ello estamos.

Por  hoy, esto  San se acabó. Si os molestáis  en leerlo y os resulta grata experiencia su lectura...¿Qué más se puede pedir? 

 
 
  Largas noches y plácidos días a todas y a todos.
 
 

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