Aquí estamos haciendo acto de presencia de nuevo con el propósito de escribir un nuevo texto que guarde relación con Mozos de Cea. Como viene siendo costumbre el recuerdo será el principal protagonista de todo cuanto escriba; aunque, cuando la ocasión lo requiera, no obviaré cualquier comentario relacionado con su actualidad o presente. Y dicho esto, vayamos al quid de la cuestión que no va ser otro que hablaros del alto Tomorisco. Ese lugar, o paraje natural, ubicado en Mozos de Cea que tan representativo resulta para nuestro pueblo. Y qué mejor para comenzar a hablaros de este alto, que transcribir literalmente el párrafo que sobre Tomorisco publicó la Asociación "Balle de Scapa en la página Facebook de Mozos de Cea. De esta manera los lectores del blog que no pertenecen al grupo de Mozos de Cea en Facebook, podrán leer lo que publicó la citada Asociación en esa página y a su vez podrán ver la fotografía donde aparece el alto de Tomorisco :
TOMORISCO (Otero Morisco)
Junto al pueblo de Mozos de Cea se encuentra el Tomorisco (1005m) Aquí en el siglo X se dio una enorme actividad de colonización por Alfonso III y el Monasterio de Sahagún. Bien pudo ser un fuerte desde el cual los Reyes de León defendían la orilla izquierda del Cea o algún poblado morisco, según el investigador leonés Justiniano Rodríguez, lo corriente era usar "subtus Autero Morisco". Aquí vemos a la derecha la montaña Palentina y a la izquierda la montaña leonesa y en el centro el Otero Morisco.
No se ustedes que valoración haréis a este breve párrafo que he transcrito de manera textual de la página ya comentada. A mí personalmente me resulta de gran interés histórico porque aporta datos antiquísimos acerca de un paraje ubicado en Mozos de Cea. Aunque eso sí, en apariencia son datos históricos cargados de suposiciones y eso siempre acaba por suscitar dudas acerca de la veracidad de los mismos. Es obvio que los datos recogidos a través de documentos antiguos por los investigadores de turno, que nos logren acreditar el cien por cien de fiabilidad, por diversas circunstancias y razones resulta casi imposible. Y ahora cambiaré de tercio una vez expuesta esa breve explicación sobre el párrafo citado. Empezaré diciendo que a mi particularmente eso de llamarlo "Otero Morisco",...¿ que queréis que os diga?; por mucho que los antiguos documentos certifiquen que es su nombre original, la verdad es que me chirría bastante llamarlo de esta forma. Vale, que realmente se puede considerar un otero por que su orografía así lo determina, pero yo tengo querencia a llamarlo alto Tomorisco. Y supongo que como yo una gran mayoría de los lectores de este blog porque precisamente es con este nombre como siempre lo hemos conocido. Y por cierto, son tres las formas conocidas de nombrar a este alto. Hay quien lo llama, como yo, Tomorisco; otros en cambio cambian la primera vocal o por la a y lo llaman Tamorisco. También hay otra minoría que lo nombra como Tamborisco. Supongo que el primer nombre es lo más políticamente correcto, ateniéndonos a sus orígenes, pero los tres son perfectamente válidos para nombrarlos porque ninguno nos crea duda alguna. Según tengo entendido lo de llamarlo Tomorisco puede que se deba una degeneración del leguaje porque originariamente su nombre fuera Alto Morisco. Algo parecido ocurrió con otro paraje natural de Mozos de Cea que está junto al alto citada; me estoy refiriendo a Tolancina. Parece ser que su origen fue "Alto la encina", pero a causa de la degeneración del lenguaje acabó nombrándose con se hace en la actualidad. Es obvio que también se trata de conjeturas lo que acabo de comentar, pero analizándolo detenidamente tiene su punto de razón.
Y ahora toca narraros algo anecdótico al respecto porque de lo contrario es como si faltara esa "enjundia nostálgica" tan propia de los textos que aquí aparecen publicados. Lo anecdótico la mayoría de veces tiene como procedencia la rumorología popular, por consiguiente se trata de leyendas urbanas, las cuales a título personal está el creérselas o no. Una de aquellas leyendas populares durante la época de mi niñez y que nos contaban nuestros padres o abuelos, decía que en Tomorisco había una gallina que ponía los huevos de oro y que nunca se lograba ver porque cuando se percataba que alguna persona iba caminando por el monte se escondía. Ya se sabe que la inocencia y la fantasía de un niño son infinitas, razón por la cual le hace creer que son verídicas las fábulas que le cuentan. Por esta razón yo me imaginaba aquella supuesta gallina con sus huevos deseoso de atraparla o de robarle los brillantes huevos. (¿ Seguirá aún por allí, tan majestuosa y esquiva como antes, cacareando y poniendo sus brillantes huevos? ) Otra de las leyendas que en más de una ocasión durante mi infancia escuché, era que antiguamente había una cueva que iba desde el alto Tomorico hasta el castillo de Cea y a través de ella se comunicaban los de una parte con la otra para no ser divisados por el enemigo de turno. Y hace pocos años, lo último que escuché fue que en algún lugar concreto de Tomorisco estuvo acampado durante un tiempo un destacamento de soldados que pertenecían a una de las legiones romanas. No es de extrañar que esto último puede que resulte verídico. Desde luego que es un lugar muy estratégico desde donde se puede observar sin dificultad una extensión amplísima de terreno.
¡Y seguimos contando anécdotas tra la la, seguimos contando anécdotas...! (Que no mentiras incrédulos porque nada me invento) Continuo. Allá por el año "Maricastaña" había una mujer en el pueblo, que yo llegué a conocer, estaba empeñada en colocar una gigantesca imagen del Sagrado Corazón de Jesús sobre la cima del alto Tomorisco. Supongo que algo parecido, aunque obviamente a menor escala, que el "Cristo de los Oteros" de Palencia. Su fantasía era que pudiera ser vista desde el mismo León. La mujer de la que hablo en cuestión se llamaba Ambrosia Morán, conocida popularmente como "La monja". Por aquellos años de su obstinado deseo en colocar la susodicha imagen, coincidió con la presencia de un individuo pícaro y farsante que ni dios sabía de donde leches procedía, y que apareció por sorpresa en el municipio de Villazanzo de Valderaduey y que durante una temporada vivió a "cuerpo de rey" ; en especial en el pueblo Velilla de Valderaduey que lo acogió como si de un "mesías" se tratara. Iba de pueblo en pueblo con su embaucadora verborrea prometiendo el oro y el moro a los lugareños pero al final se descubrió su interesada farsa y acabó siendo detenido por la Guardia Civil y esposado se lo llevaron al Cuartel de Cea. A este sujeto se le conocía popularmente con el apodo de "El Tío Tunante", y como no, también prometió a Ambrosia colocar su ansiada estatua cuando ésta suplicante le pidió que lo hiciera posible: . - ¡Todo se hará, todo se hará! Esto fue lo que le contestó el Tunante a aquella ilusa mujer . Pues bien, la colocación de aquella estatua, como la construcción de la ermita de Velilla de Valderaduey, que también les prometió levantar a los velillénses, se quedó en "aguas de borrajas". Otra anécdota que no quiero que falte que guarda relación con Tomorisco es la siguiente. Verán. Aproximadamente en el medio de una de sus laderas y junto a los robles, hace un montón de años había un agujero de bastante profundidad y cuya entrada era muy estrecha. Siempre creímos que se trataba de una cueva. Cuando introducías algún palo dentro de aquel agujero y lo movías tocaba algún objeto que había en su interior y emitía un sonido inidentificable que suscitaba la curiosidad de cual podría ser su procedencia. Como por entonces la rumorología popular estaba muy a la orden del día sobre de que hubo algún poblado romano en la antigüedad por allí cerca, empezaron a dispararse las lucubraciones de que podía tratarse de una cueva vinculada a la civilización nombrada. (La creencia de que existió un civilización romana por aquel entorno tampoco es un disparate. El incombustible Matías Lazo hace ya unos cuantos años en el término Las Quemadas de Mozos de Cea, arando una de sus fincas encontró un objeto antiguo que una vez analizado pudieron comprobar que perteneció a la civilización nombrada. Creo que en algún otro pueblo limítrofe han hallado otros objetos de esta misma civilización) Bueno a lo que íbamos, resulta que un domingo a la mañana mozos y adultos deseosos de descubrir que había dentro de aquel misterioso agujero, armados de palas, picos y cualquier otra herramienta que sirviera para el fin, de madrugada se encaminaron hacia ese lugar dispuestos a descubrir de una puñetera vez aquello que tanto les intrigaba. Pero según relataba el añorado Luis Pacho Rodríguez, al poco tiempo de empezar la faena con el pico y la pala, parece ser que a la mayoría progresivamente se le fue quitando las ganas de descubrir lo que se ocultaba en el interior de aquel agujero. Así que en vez de cavar, lo que hicieron es zamparse las viandas que llevaron cada uno y vaciar las botas repletas de aquel vino que se elaboraba en casa. Por lo tanto, el descubrir lo que estaba oculto en aquel misterioso hoyo sólo quedó en un intento fallido. Supongo que aquel agujero seguirá allí, a no ser que las inclemencias del tiempo hayan hecho que desapareciera.
(Torre de medición y altura del terreno instalada en la cima del alto Tomorisco)
Algo que no quiero dejar pasar por alto es comentaros unas breves pinceladas acerca de la torreta relacionada con la medición y altura del terreno que a principios de la década de los noventa instalaron en la cima del alto. No recuerdo ahora con exactitud que organismo perteneciente a la administración del Estado la instaló allí. Otra idéntica a ésta fue colocada en el monte de Velilla de Valderaduey. Cuando se asciende a lo alto de la torreta, con bastante dificultad por cierto, consigues ver una amplísima panorámica de todo aquel entorno que se extiende a lo largo y ancho de esa zona rural por antonomasia y que está encuadrada en la denominada Tierra de Campos. Y en esta comarca leonesa también es donde esta situado el alto Tomorisco. Un espacio natural, mayormente de roble bajo, aunque por la ladera que está situada frente al término de Valdezalces existen varias encinas y robles centenarios, o quizá alguno milenario, no lo se. Es tema para expertos en este asunto, sin duda. A continuación de esa ladera poblada de robles y encinas se encuentran esos socavones que conocemos desde siempre y que se han ido formado a lo largo del tiempo a raíz de las corrientes de agua que han ido erosionando la tierra, me estoy refiriendo a sus llamativas cárcavas que a kilómetros de distancia del alto se las puede percibir con notoriedad. No me cabe duda alguna de que es una suerte y privilegio para el pueblo de Mozos de Cea que forme parte de su patrimonio natural el emblemático alto Tomorisco: un sugerente lugar donde a través del tiempo sucesivamente se han dado cita la historia y las leyendas populares.
Y esto fue todo por hoy. Si habéis llegado hasta el saludo de despedida, buena señal. Esto indica que la lectura de lo que he dejado escrito os ha promovido cierto interés..
Saludos a todas y a todos
Rafael
(En esta panorámica se puede observar al fondo el alto Tomorisco. Por donde corretea Riki, el perro que aparece en la imagen, ese un paraje de Mozos de Cea conocido como "La Cañada el Roblón".)
¡Y seguimos contando anécdotas tra la la, seguimos contando anécdotas...! (Que no mentiras incrédulos porque nada me invento) Continuo. Allá por el año "Maricastaña" había una mujer en el pueblo, que yo llegué a conocer, estaba empeñada en colocar una gigantesca imagen del Sagrado Corazón de Jesús sobre la cima del alto Tomorisco. Supongo que algo parecido, aunque obviamente a menor escala, que el "Cristo de los Oteros" de Palencia. Su fantasía era que pudiera ser vista desde el mismo León. La mujer de la que hablo en cuestión se llamaba Ambrosia Morán, conocida popularmente como "La monja". Por aquellos años de su obstinado deseo en colocar la susodicha imagen, coincidió con la presencia de un individuo pícaro y farsante que ni dios sabía de donde leches procedía, y que apareció por sorpresa en el municipio de Villazanzo de Valderaduey y que durante una temporada vivió a "cuerpo de rey" ; en especial en el pueblo Velilla de Valderaduey que lo acogió como si de un "mesías" se tratara. Iba de pueblo en pueblo con su embaucadora verborrea prometiendo el oro y el moro a los lugareños pero al final se descubrió su interesada farsa y acabó siendo detenido por la Guardia Civil y esposado se lo llevaron al Cuartel de Cea. A este sujeto se le conocía popularmente con el apodo de "El Tío Tunante", y como no, también prometió a Ambrosia colocar su ansiada estatua cuando ésta suplicante le pidió que lo hiciera posible: . - ¡Todo se hará, todo se hará! Esto fue lo que le contestó el Tunante a aquella ilusa mujer . Pues bien, la colocación de aquella estatua, como la construcción de la ermita de Velilla de Valderaduey, que también les prometió levantar a los velillénses, se quedó en "aguas de borrajas". Otra anécdota que no quiero que falte que guarda relación con Tomorisco es la siguiente. Verán. Aproximadamente en el medio de una de sus laderas y junto a los robles, hace un montón de años había un agujero de bastante profundidad y cuya entrada era muy estrecha. Siempre creímos que se trataba de una cueva. Cuando introducías algún palo dentro de aquel agujero y lo movías tocaba algún objeto que había en su interior y emitía un sonido inidentificable que suscitaba la curiosidad de cual podría ser su procedencia. Como por entonces la rumorología popular estaba muy a la orden del día sobre de que hubo algún poblado romano en la antigüedad por allí cerca, empezaron a dispararse las lucubraciones de que podía tratarse de una cueva vinculada a la civilización nombrada. (La creencia de que existió un civilización romana por aquel entorno tampoco es un disparate. El incombustible Matías Lazo hace ya unos cuantos años en el término Las Quemadas de Mozos de Cea, arando una de sus fincas encontró un objeto antiguo que una vez analizado pudieron comprobar que perteneció a la civilización nombrada. Creo que en algún otro pueblo limítrofe han hallado otros objetos de esta misma civilización) Bueno a lo que íbamos, resulta que un domingo a la mañana mozos y adultos deseosos de descubrir que había dentro de aquel misterioso agujero, armados de palas, picos y cualquier otra herramienta que sirviera para el fin, de madrugada se encaminaron hacia ese lugar dispuestos a descubrir de una puñetera vez aquello que tanto les intrigaba. Pero según relataba el añorado Luis Pacho Rodríguez, al poco tiempo de empezar la faena con el pico y la pala, parece ser que a la mayoría progresivamente se le fue quitando las ganas de descubrir lo que se ocultaba en el interior de aquel agujero. Así que en vez de cavar, lo que hicieron es zamparse las viandas que llevaron cada uno y vaciar las botas repletas de aquel vino que se elaboraba en casa. Por lo tanto, el descubrir lo que estaba oculto en aquel misterioso hoyo sólo quedó en un intento fallido. Supongo que aquel agujero seguirá allí, a no ser que las inclemencias del tiempo hayan hecho que desapareciera.
Algo que no quiero dejar pasar por alto es comentaros unas breves pinceladas acerca de la torreta relacionada con la medición y altura del terreno que a principios de la década de los noventa instalaron en la cima del alto. No recuerdo ahora con exactitud que organismo perteneciente a la administración del Estado la instaló allí. Otra idéntica a ésta fue colocada en el monte de Velilla de Valderaduey. Cuando se asciende a lo alto de la torreta, con bastante dificultad por cierto, consigues ver una amplísima panorámica de todo aquel entorno que se extiende a lo largo y ancho de esa zona rural por antonomasia y que está encuadrada en la denominada Tierra de Campos. Y en esta comarca leonesa también es donde esta situado el alto Tomorisco. Un espacio natural, mayormente de roble bajo, aunque por la ladera que está situada frente al término de Valdezalces existen varias encinas y robles centenarios, o quizá alguno milenario, no lo se. Es tema para expertos en este asunto, sin duda. A continuación de esa ladera poblada de robles y encinas se encuentran esos socavones que conocemos desde siempre y que se han ido formado a lo largo del tiempo a raíz de las corrientes de agua que han ido erosionando la tierra, me estoy refiriendo a sus llamativas cárcavas que a kilómetros de distancia del alto se las puede percibir con notoriedad. No me cabe duda alguna de que es una suerte y privilegio para el pueblo de Mozos de Cea que forme parte de su patrimonio natural el emblemático alto Tomorisco: un sugerente lugar donde a través del tiempo sucesivamente se han dado cita la historia y las leyendas populares.
Y esto fue todo por hoy. Si habéis llegado hasta el saludo de despedida, buena señal. Esto indica que la lectura de lo que he dejado escrito os ha promovido cierto interés..
Saludos a todas y a todos
Rafael