sábado, 1 de diciembre de 2018

JUEGOS INFANTILES

 
(  Para Ana Canal Antón,  porque cuando uno menos se los espera, el pasado siempre vuelve )
 
 Retorno de nuevo a este sitio con la finalidad de  hablaros en esta ocasión de un tema que quizá importancia tenga la mínima, y el interés,  yo creo que lo justo, o lo siguiente. Pero como forma parte del pasado, pongamos que aparentemente cercano,  en mi opinión perfectamente tiene cabida en este sitio donde el recuerdo es su  razón virtual de existir. El tema al que me refiero trata sobre algo tan simple como los juegos infantiles. Espero no se sientan decepcionados o  indiferentes  por la aparente banalidad que genera lo que  a continuación  os voy a comentar.   Pero como a mi juicio, se trata de momentos o experiencias  vividas que han quedado, digamos que anclados en el olvido, por esta razón creo que no está demás hacer que naveguen de nuevo  por unos instantes por las aguas de  la memoria. Así podrán recordar, o revivir,  aquellos momentos lejanos   quienes en su día tuvieron la oportunidad  de disfrutar con la celebración de los juegos infantiles durante los sucesivos años que personalmente tuve la oportunidad de organizarlos cada verano en Mozos de Cea.




( Esta imagen o fotografía data de 1991. En la misma aparezco yo vistiendo un atuendo de indefinible calificación dirigiendo y animando con micrófono en mano el desarrollo de una de las pruebas correspondientes de  los juegos infantiles celebrados aquel año. Todos los años, para darle un colorido especial a los juegos, solía disfrazarme con un determinado atuendo que yo confecciona y utilizaba un equipo de megafonía ) 
 
 
Fue en el año de 1991  cuando,  a mediados de agosto, organicé por vez primera  los juegos infantiles del verano en el pueblo. Por estas mismas fechas, los años siguientes los volví a organizar  y recuerdo que solía   haber una considerable concurrencia de público presenciando como los  niños  alegremente competían y se esforzaban por ser el ganador de cada prueba. Comentaros, que el primer año de los juegos infantiles, como surgió la idea de su celebración de forma espontánea, con cierta apresuración tuve que improvisarlo todo. Con lo cual en aquellos primeros juegos se dieron cita los tradicionales juegos de niños de siempre: carrera de sacos, rotura de pucheros, etc.  Por cierto, ese primer año también hubo un concurso infantil  de pintura  y los participantes debían de dibujar un paisaje o edificio perteneciente a Mozos de Cea. Dos personas del pueblo, José Huebra y María Inmaculada Pacho, hizo de  jurado y evaluó los dibujos presentados al certamen.  A pesar de la improvisación y la rapidez con que se llevó a cabo esos primeros juegos infantiles que se desarrollaron  en los Prados de la Herencia, en general por su novedad y por la numerosa   participación de los niños, así como los premios que al final se otorgaba a los correspondientes ganadores de cada prueba, fue un éxito. Por esta razón me animé y motivé para celebrar el siguiente años los juegos infantiles  pero ya con una idea preconcebida, con lo cual nada quedo bajo la incertidumbre de la improvisación.






(Esta foto fue sacada en el año 1992 junto al edificio del antiguo Teleclub. En este lugar conocido popularmente como "El campin de la virgen" se celebraron los juegos infantiles de aquel año. En la imagen se puede apreciar a una niña, concretamente mi sobrina Marta, participando en una de la pruebas a la que puse por nombre "Encestar a ciegas". Para esta ocasión me disfracé de payaso para animar el cotarro. Como ayudantes aquel día conté con la estimada colaboración de Jóse y Hugo. Ambos aparecen en la foto-imagen.)
 
 
Y es lo que hice el siguiente año y también los sucesivos. Ya que como he comentado, se iniciaron en agosto de 1991 y la última celebración por mi parte fue en agosto de 1995. Por tanto cinco años consecutivos organizándolos. Yo como soy  persona que me gusta que salga todo lo mejor  posible cuanto evento organice, por este motivo  le daba mil vueltas  a la cabeza con el fin de que todo saliera realmente así.   Yo creo que casi todo el año, con mayor o menor intensidad andaba planeando ideas relacionada con este evento infantil. Como cada año me auto exigía  incluir pruebas o juegos nuevos, tenía que andar estrujándome un tanto la mollera para inventar esas divertidas pruebas que ponía en práctica cada año. Y cuando veía que los niños felizmente las llevaban a cabo, quedaba altamente satisfecho. Porque en definitiva se trataba de que los niños y el publico asistente de forma colectiva se divirtieran; como es lógico, unos participando   y otros como meros espectadores. Aparte de incluir en los juegos la nuevas pruebas ideadas por invención propia, cada año nunca faltaba el habitual y divertido "baile de la escoba" y sobre todo el concurso de baile por parejas.   A los  sones del   Rock and Roll,  las sevillanas, las rumbas, La lambada, etc. danzaban con su particular ritmo aquellas parejas de niños  para que el jurado, personas del publico que asistían al evento, les puntuaran como se merecían. También quiero comentaros  que algún año  organizaba otro tipo de pruebas  al margen de los  juegos en sí. Como por ejemplo un Rally al que de denominé "Caza del zorro".  No se trataba de cazar al susodicho animal,  sino de que cada niño iba por las casas de los vecinos del  pueblo en busca de los objetos  que se le pedían: fuelles, tenazas, sombreros de paja, madreñas, etc. Ganaba quien antes se hacia con los tres objetos que le había tocado encontrar.  Recuerdo que una vez finalizó aquel Rally, quedaron invitados a una merendola,  pero obligatoriamente tenían que acudir disfrazados. Y es lo que hicieron: disfrazarse como mejor pudieron, o quisieron, para asistir a la merendola.  También otro año dentro del  antiguo Teleclub  les organicé un divertido y animoso campeonato de juegos de mesa que se prolongó durante horas. Ya saben: parchís, dominó, cartas, la oca, etc.  Otro de los momentos que les resultaba muy entretenido y además  les gustaba mucho jugar,   o más bien competir, era en los denominados "Juegos deportivos" que algunos  años solía organizarles en el  las eras. La verdad es que les notaba cierto pique competitivo y sano entre  ellos cuando disputaban estos juegos.  Como era lógico nunca faltó la prueba de contrarreloj con sus bicis. También  pruebas de atletismo:  lanzamiento de peso, carreras, salto de longitud, etc. Y por supuesto que también pruebas relacionadas con el futbol.  Un año me dio por construir una rudimentaria mesa de ping pong para prepararles un interesante campeonato de "tenis de mesa" y todos ellos participaron con animosa competitividad   en aquel entretenido campeonato.   Arriba he hecho alusión a que el 1991 les organicé un concurso de dibujo relacionado con el pueblo, pues bien, al año siguiente, 1992, en esta ocasión el concurso que se celebró  fue literario. Como era normal, los textos presentados debían referirse exclusivamente a Mozos de Cea.  Por suerte hubo mucha participación en este certamen literario, donde también  hubo un jurado formado por personas del pueblo para valorar y puntuar los trabajos presentados.  Otro acontecimiento muy emotivo que formó parte "extraoficial" de los juegos, fue el acto solidario que los niños de Mozos de Cea  llevaron a cabo en 1995  en recuerdo de los niños que morían víctimas de la guerra en Bosnia-Herzegovina.

 
 
( En 1993 fue sacada la fotografía que aparece en la imagen.  Posan para la misma: Noelia, María, Patricia, Sonia y Eva y por supuesto que yo también.  Fue sacada una vez que entregué los trofeos y regalos a los ganadores de los juegos infantiles de ese año. De ahí la razón por la cual posan con los trofeos y regalos las niñas que aparecen en esta fotografía) 
 
 
A todos los ganadores y clasificados en segundo lugar de cada prueba, al final de los juegos se les otorgaba el premio correspondiente que consistían en   trofeos o medallas y  también se les obsequiaba con regalos variados: balones de futbol, walkman, cassettes, relojes, caja sorpresa, nitendo súper mario Bross, material escolar, etc.  El resto de los niños participantes en los juegos también recibían su premio en forma de refrescos y chucherías variadas. Es obvio que para disponer  de todos estos premios y regalos había que tener presupuesto económico para su adquisición. A este respecto, comentaros que por entonces funcionaba muy  activamente la Asociación Cultural y Deportiva "Montes de Ríocamba" y era esta Asociación quien solía encargarse de suministrar a la organización de los juegos infantiles,  los correspondientes  trofeos y medallas y también parte de las  chucherías y refrescos. En cambio los regalos, y alguna que otra chuchería, era yo personalmente el encargado de conseguir ese material. Para ello, algún año preparaba sorteos o rifas, siendo los niños quienes se  encargaban  de vender las papeletas. De esta forma,  más mi habitual aportación monetaria personal que hacia para contribuir con  la causa, me buscaba la vida con el fin de que se pudiera  cubrir todo el presupuesto para la adquisición de aquellos regalos que no tengo la menor duda de que en su momento,  quienes los recibieron, sentirían  una gran alegría y satisfacción  por acreditarles como ganadores de las pruebas correspondientes de los juegos infantiles celebrados aquel año. 



 
 
 
( La fotografía que aparece en esta ocasión consta del año 1994 y nos muestra el desarrollo de una de las pruebas correspondientes al año de la celebración de estos juegos. Esta prueba la nombré como "A romper globos". Y es lo que tratan de hacer Asier y José Ignacio, mientras David observa la "divertida pelea" y a su vez espera para  participar en ella. )




Arriba hago alusión de las rifas o sorteos que organizaba para ayudar a sufragar gastos. Pues bien, para acreditar la veracidad de los sorteos, os dejo esta imagen para comprobarlo. Este fue el boleto que resultó ganador. Lo que ahora tengo mis dudas de a que persona le  correspondió el premio. Ante las dudas, mejor callar para no equivocarme.




( Aquí lo tenéis, auténtico y real. Lo dejé archivado para cualquier circunstancia o casualidad. Y qué mejor ocasión que ésta )



Quiero comentaros que por aquellos años veraneaban en el pueblo una gran cantidad de niños, razón por consiguiente la  participación en los juegos era bastante considerable. Además aquellos juegos cogieron cierto auge por lo cual, aparte de  participar  los niños del pueblo, lo hacían también algún que otro niño de los pueblos colindantes. Algún año llegaron a participar en los juegos al rededor de cuarenta niños.  Y ahí estaba yo, "batallando con todos para llamarlos al orden y que no se desmadrara ninguno, aunque de vez cuando si que lo hacían, sobre todo el último año. Bueno, también ayudado por José Huebra (Marido de Eva)  y mi cuñado Luis  que cada año  se implicaban conmigo en el desarrollo de los juegos.  También quiero comentaros que en ciertas ocasiones, algún que otro niño se me enfadaba y protestaba a cuenta de sentirse perjudicado en alguna prueba, o de que el regalo que recibió estaba en mal estado. Por esta razón amenazaba  tozudamente con no participar más en los juegos.    Pero bueno, sólo eran protestas  y polémicas de niños, y  al final todo acababa en nada,  y las amenazas  de  negarse a participar por sentirse perjudicado quedaban en agua de borraja porque cuando los juegos se ponían en marcha, ahí estaban los primeros con la intención de ganar la prueba correspondiente, o divertirse como el que más. Y así de esta guisa narrada en el párrafo, se fueron desarrollando durante cinco años consecutivos, 1991-1995, los juegos infantiles que yo organizaba  en Mozos de Cea  en el mes de agosto. Cuando yo dejé de organizarles desgraciadamente nadie quiso recoger el testigo para  continuar poniéndolos en marcha cada verano. Con lo cual, esta circunstancia me apena un poco porque las siguientes generaciones de niños que precedieron a la que estuvo presente en los juegos aquí  citados, nunca tuvieron la oportunidad de vivir o disfrutar de unos juegos infantiles celebrados en Mozos de Cea. Cierto que progresivamente se ha ido minimizando  cada verano la afluencia de niños al pueblo. Ya es imposible que puedan concentrarse tal cantidad de niño como por entonces, pero no creo que esto fuera obstáculo para  seguir organizándoles, aunque sea con menos rimbombancia como los celebrados  por entonces.  Pero como querer es poder, y si no se quiere, obviamente pues no se puede. Como sucede en la actualidad. En fin; que hubo un tiempo que si se quiso, y sí se pudo; un tiempo donde fue posible vivir o disfrutar de una experiencia y unos momento alegres, divertidos... asociado a los juegos infantiles de Mozos de Cea, los cuales a través de estas palabras he tratado de darles su particular vida. Palabras escritas que espero no resulten aparentemente inútiles y que además no les interesen a nadie. Aunque  pude darse la casualidad de  que quizá sí tengan cierta relevancia, por el hecho de servir para limpiar  "todo ese  polvo del olvido" que   a través del tiempo, sobre el pasado,  se va  acumulando.



 
(Para mí personalmente lo más destacable de los juegos infantiles de 1995 fue el acto solidario que promoví como recuerdo y homenaje a los niños que morían victimas del conflicto bélico que acaecía en Bosnia-Herzegovina y que los niños de Mozos de Cea llevaron a cabo antes de comenzar los juegos infantiles de aquel año. Esta fotografía que aparece como imagen muestra uno de aquellos momentos solidarios de los que hablo. )
 
 
 
 
 Saludos para todas y todos

Rafael.
 
 
 

viernes, 2 de noviembre de 2018

DÍA DE LOS DIFUNTOS

 
Retomo de nuevo la palabra escrita para volver ha dejaros publicado otro texto más y así continuar con esta labor nostálgica, de la cual se va nutriendo especialmente el blog. El asunto del que en esta ocasión os voy a hablar guarda relación con los muertos. Ya se que hablar sobre este tema da cierta grima, pero como hoy es día dos de noviembre, fecha donde se conmemora  a los difuntos, que mejor ocasión para hablaros de cómo era  aquella antigua costumbre de  enterrar  a los muertos en Mozos de Cea. Hablaros sobre esta costumbre, a mi juicio,  no deja de ser una forma de rescatarla del olvido y a su vez honrar a los muertos del pueblo. Y una vez expresadas  las correspondientes palabras protocolarias, comenzaré diciendo  lo siguiente.  Hace ya muchos años    cuando una persona moriría en Mozos de Cea no se la llevaba  al tanatorio de Sahagún tal como se hace ahora,     se la amortajaba  y velaba su cadáver  en el propio domicilio del difunto. Y  en el domicilio   permanecía  durante  las 48 horas que, según tengo entendido,  son   obligatorias antes de ser enterrado.  Mientras duraba este  tiempo de velatorio, el tañido fúnebre de las campanas tocando a posas durante el día era una constante. También era costumbre que las personas adultas y jóvenes  del pueblo visitaran al difunto como señal de duelo y como deferencia a la familia del fallecido. Por supuesto que a los niños también nos dejaban ver el cadáver. Lo habitual es que fuéramos en grupo. Y allí estábamos, en silencio delante del aquel cuerpo inerte, cuya presencia a mí en particular me resultaba  sobrecogedora.   Por entonces me impresionaba  y aterrorizaba  verlo tumbado sobre la cama con los ojos cerrados, manos sobre el pecho, a veces con un pañuelo atado en la cabeza para que se le abriera la boca; luego   con ese pálido color  amoratado y  macilento ,  que  en realidad es el color que  un cadáver nos muestra ante la muerte.  ¡Qué  congoja verlo así,  la verdad!  Máxime cuando  aquel fúnebre silencio,   de vez en cuando, se rompía  por el lamento o lloro angustioso de algún familiar del finado.  También quiero comentaros que de niño, aquel   hecho de ver los cadáveres   en condición "rigor mortis"  tumbados sobre la cama   me suponía el tener que pasar auténtico canguelo los posteriores  días de la visita. Ocurría  a la noche cuando me acostaba. En la cama tenía que cubrirme la cabeza con la manta y la sabana hasta quedarme dormido para así "protegerme" del inquietante visión del cadáver. Y bien,   una vez transcurridos los dos días necesarios de la obligatoria espera según el ritual cristiano, el   muerto  era  introducido dentro de su correspondiente féretro y a hombros era portado sobre unas andas negras   desde el lugar del velatorio hasta el interior de la iglesia. Mientras esto sucedía,   el tañido de las campanas tocando a posas era incesante.    Dentro del templo como es lógico se oficiaba la habitual liturgia para estos casos.  Mis primeros  recuerdos que tengo sobre  esta ceremonia litúrgica  es que se  cantaba en latín, con lo cual esta circunstancia de canturrearla  en esa lengua antigua  le daba un airé más fúnebre y sobrecogedora a la ceremonia.  Como fui monaguillo, viví muy cercano y directo este ceremonial de difuntos oficiado por el sacerdote Bernardo Pérez Gil. Aunque bueno, también era una costumbre el  que lo acompañaran  en los funerales algunos de los sacerdotes que por entonces oficiaban en los pueblos limítrofes que pertenecen  al Ayuntamiento de Villazando de Valderaduey.  Les recuerdo salir de la sacristía y comenzar a cantar aquello de: "Dies iræ, dies illa, Solvet sæclum in favilla Teste David cum Sibylla!..( Por cierto, al respecto, los niños teníamos nuestra propia versión del "Dies iroe, dies illa...", pero eso sí, lo  canturreábamos en castellano con un tono similar y  en plan irreverente y guasón, claro está. Así decíamos:  "diesila, diesila, el que es tonto no espabila". Cosa de niños.)
 
 
 
 
 
( En esta imagen se puede ver la placa que está colocada dentro del cementerio. En ella podéis ver, o leer, en su inscripción el nombre y apellidos de la persona   que hacía la función de alcalde pedáneo en el pueblo el año en que fue construido este cementerio y también los mismos datos del alcalde que hacía esa misma función el año en que concluyó la reforma y ampliación del cementerio vecinal de Mozos de Cea)
 
 
 
 

( En esta imagen aparece parte del cementerio y su puerta antigua, así como el tejado de un pequeño cuchitril que hay dentro del recito. Sobre la pared de la entrada de este cuchitril, al lado mismo de su puerta, está colocada la placa que aparece en la imagen de arriba.  Por cierto, el cuartucho al que me refiero, siempre oí que fue construido para realizar autopsias. No se si será cierto el que fue construido para darle esa utilidad, o es otra leyenda urbana más. Lo que está claro es que desde que tengo uso de razón jamás he visto que se realizara autopsia alguna. Es más, la única vez, que yo sepa, que se llevó a cabo este procedimiento médico en el pueblo fue en el año 1989 y se hizo en el antiguo y derribado edificio de la escuela)
 
  
 
Una vez que toda aquella parafernalia litúrgica en honor al difunto   finalizaba dentro del templo, de nuevo el féretro era portado por cuatro personas para llevarlo a hombros al cementerio y darle  allí la correspondiente sepultura, por entonces exclusivamente bajo tierra. El féretro como es lógico  iba acompañado de una comitiva de familiares y vecinos del pueblo. Una vez que la comitiva y el ataúd se hallaban dentro del cementerio, Bernardo Pérez Gil volvía a canturrearnos  salmos y  oraciones fúnebres, por supuesto en latín, y  cuando   pronunciaba  la expresión "Réquiem Cantim Pace", a la vez que esparcía agua bendita con el hisopo sobre la  fosa vacía,  daba por finalizado tan solemne  protocolo y a continuación   se depositaba el ataúd dentro de la tumba. Era costumbre por entonces  el que, antes de echar las primeras paladas de tierra sobre  el ataúd, algunos de los asistentes al entierro, en especial los niños, cogíamos un  trozo de tierra dura, popularmente conocido como cabón,  para besarlo   y  después arrojarlo dentro de la fosa.  Aún recuerdo aquel sonido profundo y estremecedor de las primeras paladas de tierra cayendo sobre el ataúd y también el lloro y lamento angustioso de los familiares del difunto mientras el féretro  lo iban cubriendo de tierra. Por cierto, respecto a los ataúdes, comentaros que  en tiempos remotos los cuales yo no conocí, al parecer era  el carpintero de Sahelices del Río  quien los fabricaba por encargo. Según tengo entendido los hacía de dos  piezas: la caja y la tapa. Los pudientes tenían la posibilidad de adquirir el féretro con ambas piezas. Por desgracia había quienes no tenían posibilidad alguna  y únicamente podían comprarse la caja. Estos últimos,  a la hora de enterrarlos, para que la tierra no fuera directamente a la cara del difunto,  se la cubrían con una de aquellas bulas papales que se adquirían previo pago  para tener derecho a comer carne durante la cuaresma. También con relación al asunto del que hablo en el texto, comentaros que la tradición mandaba y obligaba que los familiares del difunto, una vez sepultado,  guardaran luto riguroso durante un año, y a veces con propina. Las mujeres vestían completamente de negro durante este tiempo y los hombres solían ponerse un brazalete negro en la mangas de la chaqueta, jersey, camisa, etc. Durante este largo proceso de duelo se autoimponían la prohibición de participar y divertirse con cualquier festejo, ni tan siquiera con los que estaban  relacionados con la fiesta del patrón del pueblo.    A mi juicio, pienso que muchas de estas auto imposiciones prohibitivas venían precedidas más por   el ¿¡Qué dirán?! que por convicciones personales.

Como podréis comprobar, la forma actual de enterrar a los muertos, así como todo el protocolo anterior al funeral, dista mucho de parecerse a cómo se hacía en el pueblo aquellos tiempos remotos, de lo cuales  aquí os hablo. Ya de entrada prácticamente ha desaparecido la costumbre de  darles sepultura bajo tierra en el cementerio de Mozos de Cea. Ahora son enterrados en los correspondientes nichos y panteones que  construyeron años atrás en este camposanto. La Funeraria, o Tanatorios,  ubicados en   Sahagún y Almanza son los encargados de amortajar al difunto y  de organizar su velatorio . Y hasta en ocasiones son  las compañías de seguros por defunción   quienes se ocupan de todo el  protocolo y exequias. Está claro que el progreso y su imparable evolución han hecho que todo  se transforme. Para mejor o peor, eso depende siempre  de la forma como se quiera orientarlo. Aunque a mí personalmente no me queda la menor duda de que esa evolución y transformación ha hecho que desaparezca toda esa mística y fúnebre aureola   tan  intrínsecamente arraigado en las costumbres primigenias  de cómo enterraba años atrás  a sus muertos el pueblo de Mozos de Cea.  





 



 



( En estas dos imágenes podéis observar  los nichos, panteones y cruces que se encuentran en el interior del cementerio vecinal de Mozos de Cea y sobre sus lápidas están escritos  los nombres y apellidos, así como el año y la edad del fallecido.  Estos datos  que constan en las inscripciones de las correspondientes lápidas, todos ellos   están recogidos en la lista que abajo he publicado.  Son los siguientes:  




.- Félix Bueno, 8/5/ 1960. (67 años)                                               

.- Filomena Bueno Cuesta, 12/ 1/ 1964. (39)
                    
.- Apolinar Cuesta Rodríguez, 19/ 2/ 1965. (56)

.- Antonino González Cuevas, 30/ 11/ 1965. (51)

.- Lucio Pacho,  17/ 1/ 1965.  (66)

.- Neófito Cuesta Fernández, 23/ 12/ 1966. (¿.?)

.- Luciana Cuesta Herrero, 30/ 3/ 1968. (30).

.- Emeterio Cuesta Rodríguez, 11/ 5/ 1969. (53)

 .- José Fernández Martínez, 25/ 7/ 1970. (63)

.- Adolfo Pacho Fernández, 3/ 2/ 1971. (53) .

.- Úrsula Díaz Antón, 18/ 7/ 1971. (55)

 .- Rafael Díaz Antón, 4/ 12/ 1972. (88)
 
.- Mariano Cuesta Pérez, 21/ 2/  1973. (69)

.- Bonifacio González Morán, 19/ 12/ 1974. (26)

.- Alejandro Pacho, 6/12/ 1974. (80)
 
.- Emilio Rodríguez, 5/ 1/ 1975. (76)
 
.- Eusebio Lazo, 6/ 1/ 1975. (67)

.- Argimira Rodríguez, 13/ 8/ 1977. (75)

.- Fernando Fernández, 11/ 11/ 1977. (81)

.- Áureo Modino Conde, 27/ 1/ 1978. (75)

.- Caya Bueno, 13/ 10/ 1978. (47)

.- Guillermo Revuelta Gutiérrez, 4/ 1980 (¿.?)

.- Aquilina Díez, 15/ 4/ 1980. (85)

 .- Abilio Antón Herrero, 26/ 3/ 1982. (66)
 
.- Eradio García, 19/ 8/ 1982. (81)

.- Bonifacia Bueno Fernández, 29/ 7/ 1984. (69)

.- Hortensio García, 3/ 5/ 1984. (57)

.- Paulino de Lucas Pérez, 3/ 8/ 1984. (85)

.- Olegaria Revuelta González, 18/ 8/ 1985. (73)

.- Maximiano Cuesta Monje, 4/ 1/ 1986. (56)

.- Vicenta Fernández Conde, 20/ 11/ 1986. (82)

.- Laurentino García Vallejo, 23/12/ 1987. (58)

.- María del Rosario Modino, 2/ 11/ 1988. (79)

.- Pilar Díaz Rodríguez, 27/ 4/ 1989. (66)

.- Pedro Revuelta González, 28/ 6/ 1989. (55)

.- Dionisio Conde Morán, 26/ 7/ 1989. (74)

.- Eleuterio Castellanos, 2/ 1/ 1990. (79)
 
.- Juliana Rodríguez, 1/ 5/ 1990. (85)

.- Anastasia Herrero Fernández, 22/ 9/ 1990. (89)
 
.- Pedro Pacho Pacho. 15/ 11/ 1990. (66)

.- Julián Rodríguez, 3/ 4/ 1991. (55)

.- Teodora Rebanal Valdés, 6/ 1/ 1991. (67)

.- Epifanio Cuesta Rodríguez, 15/ 1/ 1992. (87)

.- Macrina Revuelta González, 10/10/ 1992. (¿.?)

.- Fidela Fernández, 14 / 3/ 1995. (92)
 
.- Gerardo Fernánde Fernández, 3/ 1/ 1996. (71)

.- Camila Pérez, 18/ 5/ 1996.  (87)

.- Antolina Fernández, 16/ 3/ 1997. (77)

.- Lucía Antón, 24/ 4/ 1997. (83)

.- Erasmina Barreales Novoa, 17/ 7/ 1997. (74)

.- Fidel Revuelta Pacho, 18/ 8/ 1997. (35)
 
.- Antonio Pacho Díez, 18/ 9/ 1997.  (¿.?)

.- Ascensión Pacho Fernández, 17/12/ 1998. (90)

.- Froilana Modino Morán, 11/ 10/ 2000. (85)

.- Dionisio Pacho Fernández, 22/ 12/ 2000 (80)
 
.- Froilana Morán Fernández, 18/1/ 2001. (83)

.- Crescencio Morán Fenández, 15/ 8/ 2001. (78)

.- Pilar Pacho Fernández, 17/ 1/ 2002. (91)

.- Lorenzo Caballero Cuesta, 10/ 7/ 2002. (78)
 
.- Gaudencia Novoa Lazo, 12/ 8/ 2002. (87)

.- Julio de Lucas Gago, 17/ 11/ 2002. (91)

.- Margarita Cuesta Modino, 6/ 7/ 2003. / (67)

.- Silvio Morán Fernández, 20/ 6/ 2003. (83)

.- Irineo Pacho Díez, 24/ 9/ 2003. (69)

.- Felipa Conde Taranilla, 13/ 12/ 2003

.- Antonia Cuesta Gago, 12/ 2003. (98)

.- Carmen Pérez Rodríguez, 12/ 12/ 2004. (59)

.- Faustina Pacho Rodríguez, 10/ 4/  2005. (91)

.- Marta Morán Cuesta, 5/ 2/ 2006. (34)
 
.- María Bartolomé Díaz, 7/ 3 /2006. (94)

.- Ezequiela del Blanco Bueno, 2/ 6/ 2006. (77)

.- Lorenzo Díaz Rodríguez, 9/ 6/ 2006. (81)

.- Juan Rodríguez Antón, 5/ 12/ 2006. (84)

.- Avelina Cuesta Fernández, 15/ 10/ 2008. (76)

.- José Luis Pacho Rodríguez, 9/ 2/ 2010. (70)

.- Epifanio Morán Fernández, 28/ 5/ 2010.  (87)

.- Lidia Morán Fernández, 3/ 12/ 2010. (84)

.- Dionisia Pacho Rodríguez, 10/ 7/ 2013. (86)

.- Aníbal Morán Fernández, 15/ 4/ 2014. (83)

.- Exuperancia Pacho Taranilla, 21/5/ 2015. (¿.?)

 
.- Vicente Díaz Rodríguez, 5/ 7/ 2015. (79)
 
.- Dalmacia del Blanco Bueno, 31/ 1/ 2017. (91)
 
.- Hipólita Cuesta Modino, 8/ 5/ 2017. (87)
 
.- Serapio Lazo Fernández, 5/ 7/ 2017. (81)
 
 
 
Quizá os pueda llegar un tanto triste el mensaje de este  párrafo por el asunto del que trata, aún así, espero que su lectura al final os haya resultado amena y a su vez, cuanto queda escrito, nos sirva para recordar y conmemorar a todas aquellas personas del pueblo   que ya no están entre nosotros.
 

Largos días y plácidas noches a todas y a todos

Rafael