domingo, 6 de diciembre de 2015

"FESTIVAL DOCTOR MOZOS" ( HISTORIA DE UN FRACASO)

Estamos de vuelta otra vez y  como viene siendo habitual, el recuerdo vuelve a ser el protagonista principal. Está claro que recordar, a parte de resultar un evidente ejercicio de nostalgia, sirve también  para reactivar la memoria. Siempre es importante que esté lo más activa posible con el fin de que  no se  atrofie por el riesgo que esto conlleva. Por consiguiente, habrá que tratar de activarla lo más posible y ésta  va a ser mi  intención ahora escribiendo el comentario siguiente que está relacionado   con en el recuerdo de un lamentable hecho que ocurrió en Mozos de Cea  allá por  el lejano año  del 2000, concretamente en el mes de agosto. Se trata del  fallido intento de celebrar de forma muy particular  el  "Festival Doctor Mozos". Aunque a simple vista este curioso nombre sugiere la celebración de algo rimbombante, se trataba    simplemente  de una supuesta macro verbena. El intento de llevar a cabo la celebración, como digo acabó  frustrándose  por que el dueño de  la discoteca móvil Edén, nombre de la misma,  a la cual  habían contratado para amenizar ese acontecimiento musical, pasó olímpicamente de ir aquella noche a Mozos de Cea.   ¡Menudo elemento que está hecho este tal Marti, así es como familiarmente se le nombra al dueño de la discoteca móvil  que reside en Velilla de Valderaduey!.  Este individuo,  como los organizadores de aquel evento Ramón y Aitor no tenían firmado  precontrato  alguno con Marti  que le obligara a desplazarse con su discoteca móvil el día señalado a Mozos de Cea, sólo de palabra estaba hecho,    literalmente les dejó tirados. Ese mismo día de autos  llevó su discoteca móvil a Calzadilla de los Hermanillos porque en ese pueblo la habían contratado para varios días, estoy seguro que con contrato firmado,  y no únicamente para una sola noche como era el caso de Mozos de Cea. No es de extrañar el cabreo monumental que se llevaron los dos que organizaron tal evento,  por todo el  tiempo que habían empleado para que estuviera a punto en la hora indicada, e imagino que  también  por    el desembolso económico que de antemano tuvieron que hacer, para que luego  lamentablemente resultara en balde tanto esfuerzo.    Hasta Calzadilla de los Hermanillos se desplazaron con ganas de armarle bronca al Martí  y de paso chafarles la verbena a los del pueblo citado. Pero al final, aunque no faltó la inevitable  acalorada discusión,  se vinieron a razones con   los organizadores de la fiesta  de Calzadilla por  que éstos no tenían por qué pagar los daños y perjuicios que había  ocasionado  el  sinvergüenza de marras.  



 
 
 
(Este fue el espectacular cartel diseñado para la ocasión donde  se anunciaba el día de la celebración del fallido evento)

 
 
El día del infortunio fue el domingo 13 de agosto del 2000. Pésima manera de estrenar el primer verano del  milenio, sin duda. Por cierto,  aquel fue el primer año que regenté el bar del viejo teleclub. Luego estuve otros cuatro más sucesivamente durante los meses de verano siguientes. A propósito del bar,     enorme fue la  barra que para este evento  habían montado en un prado ubicado en el término conocido como "El río",  con su correspondientes bebidas y demás artilugios que se necesitan   para la ocasión, y  creo que hasta tenían contratados varios camareros profesionales.   Por estar ocupado en mis labores de barman, no la pude ver, pero según me contaron estaba montada de forma  espectacular. Y no dudo que así  fuera conociendo a Ramón, todo un "artista" a la hora de  organizar  este tipo de eventos festivos.  Horas antes de la supuesta verbena, en el bar del teleclub ya se percibía ese aire jaranero por el continuo tránsito de personas que entraban y salían y la forma  de correr  de vaso en vaso  la "priva" sin parar.  Sin duda alguna, aquello aparentemente resultaba ser un bullicioso anticipo  de la grandilocuente verbena que se intuía iba a celebrarse. Y no era para menos, después de ese pretencioso título conque Ramón la había nombrado " Festival Doctor Mozos", -ahí es nada- y la había publicitado   con unos sugerentes y coloristas  carteles colocados en infinidad de pueblos y lugares, y más aún, apareció anunciada con cartel incluido  el mismo día del fallido intento en la contraportada del periódico El Diario de León. Estoy seguro que  de haberse celebrado hubiera sido multitudinaria. Nada que envidiar a la fiesta que se organizaba    por entonces en Robledo, famosa por  su masiva  asistencia.  Tengo entendido que hasta jóvenes de Ponferrada se dirigían a la verbena. Pero tanto a estos jóvenes del Bierzo como a todos aquellos otros de diferentes lugares que venía con dirección a Mozos de Cea, fueron avisados de que habían suspendido la fiesta. Hasta el cruce de Almanza se desplazaron algunos jóvenes de Mozos de Cea para dar el correspondiente aviso con el fin de que cesaran de venir. Y así  fue corriendo de boca en boca la notificación.   Una auténtica caravana de coches entrando  y saliendo del pueblo  se pudo presenciar aquella noche en el camino vecinal. Dudo que esto vuelva a repetirse.  Una lástima la verdad el  que   por culpa de un  individuo sin escrúpulo y ética alguna no pudiera celebrarse aquella esperada  y supuestamente exitosa verbena.
 
El primer aviso de que el individuo citado no se iba a presentar con su discoteca móvil esa noche, salió por boca  de  una mujer  natural de Valdescapa, su nombre es Charo. Fue la primera persona  que notificó que la discoteca móvil, aparentemente contratada para este evento festivo, y su dueño se encontraba en Calzadilla de los Hermanillos. En principio, aunque se empezó a temer lo peor, tampoco se hizo mucho caso por  tratarse  de tan conflictiva mujer quien lo notificaba. Pero poco tiempo después al corroborarlo Moisesín  el de Villazanzo esto mismo, el panorama cambio radicalmente. El jolgorio se transformo en confusión y pesadumbre. Los móviles de los organizadores empezaron a echar humo. Y el  cabreo, la decepción, la indignación, etc. fueron infaustas sensaciones  generalizadas que se iban entremezclando aquella tarde dentro del bar. Sensaciones que se fueron intensificando cada vez más   cuando  ya se tenía la certeza de que iba a ocurrir lo inevitable.


 

 
(Como el nombre de Ramón ha salido a colación en este escrito por ser uno de los organizadores del "Festival Doctor Mozos", aquí les dejo una imagen de él, con peluca por supuesto. Ya le hubiera gustado tener una cabellera natural idéntica. Lo que no admite duda alguna es que "Ramoncín" es todo un showman. Fue en su momento organizador incansable año tras año de la fiesta popular de verano, que por cierto, acostumbraba ha haber una asistencia masiva de personas cada vez que las organizaba.)
 

 
Y fue lo que ocurrió, por desgracia para los organizadores. Para mí que como os comenté llevaba el viejo bar del teleclub, a pesar de que faltó la discoteca móvil, un número considerable de jóvenes naturales  del valle, en mayor número de Velilla de Valderaduey, también algún que otro joven, y no tan joven,  de Mozos de Cea, montaron una bulliciosa verbena dentro del bar  que prácticamente acabaron con las subsistencias alcohólicas. De madruga había algunos con una "cogorza" impresionante, no era para menos, porque la noche resultó ser un  sin parar de servir  cubatas y chupitos.  En la memoria se me quedó   grabado aquel tipo de Velilla que bebía sin parar cubatas de coñac. ¡ ¿Os imagináis a que rayos  puede saber la mezcla de Coca-Cola y Veterano (marca del coñac)?  Agradezco que mi cuñado Luis  me ayudará a servir  cubatas  aquella noche, sino seguro que hubiera terminado físicamente destrozado. Fijaros que eran las 9 de la mañana y aún quedaban lo últimos "remolones", que aunque estaban hartos de priva, no acababan de  decirse de salir del bar. Y nosotros  dos aguantando, yo desde luego con un cansancio y sueño de órdago.  Por cierto, Lupi el de Castrillo con tres  marchosas jovenzuelas de Mozos de Cea, que no voy a rebelar ahora su nombre,  -alguna ya tiene hijos-  fueron los últimos que salieron  del bar. Y por lo visto querían prorrogar la fiesta ya que hablaban de irse a desayunar a Almanza. No se si al final acabaron o no en ese pueblo.  El único interés que yo tenía en aquellos momentos era el de pillar la "piltra" y dormir. No creo equivocarme si digo que entre un día y el otro, sumaron alrededor de veinte horas seguidas las que pasé dentro de aquel bar. La mayoría de las horas en un constante sin parar. Pero bueno,  por entonces uno era joven y el cuerpo acostumbraba a aguantar todo lo que le echaban.
 
Bueno, pues he tratado de sintetizar lo más posible, digamos la "Historia de un fracaso",  que verdaderamente si la contara  con más  detalles daría  para mucho todo cuanto sucedió de bueno y malo aquella tarde y noche, y por supuesto madrugada. Pero creo que cuanto aquí dejo narrado es suficiente  para que hagáis  una idea de lo que pudo haber sido y no fue.
 
 
Saludos a todas y a todos.