lunes, 16 de marzo de 2015

MOMENTOS DE SOLIDARIDAD EN MOZOS DE CEA

 
Como viene siendo habitual, el recuerdo vuelve  a ser el protagonista principal en este espacio el cual comparto con todos vosotros. Y aquí estamos de nuevo tratando de activar la memoria con el fin de comentaros en esta ocasión momentos vividos del pasado; aunque bueno, es cierto que han transcurrido unos cuantos años de lo que os voy a comentar, pero tranquilos que nos se trata de una situación en vivida "blanco y negro" de aquellas que corresponden a las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado y de las que de forma recurrente acostumbro a hablaros. Esta resulta más cercana al tiempo porque es algo que aconteció allá por agosto del año 1995. Es evidente que han transcurrido desde entonces un número considerable de años: 20 en concreto. ¡Mucho ha  llovido desde entonces, sin duda!  De lo que en esta ocasión voy a hablaros es de  un acto solidario que se llevó acabo en Mozos de Cea  momentos antes de dar comienzo los juegos infantiles de aquel año. Un evento que estuvo relacionado con la guerra que lamentablemente transcurría por aquellas fechas en Bosnia-Herzegovina y que duró casi una década. Yo personalmente estuve muy sensibilizado con este conflicto bélico que tanto drama causaba entre la población civil y en especial a los niños. Este fue el motivo por lo que organicé el acto solidario para que de algún modo aquellos niños y niñas de Mozos de Cea que alegres e ilusionantes iban a participar en los juegos infantiles tuvieran un emotivo recuerdo con aquellos niños que estaban sufriendo el horror de una  guerra fratricida.
 
Era habitual que en los juegos infantiles utilizara un aparato de megafonía para darle mayor animación al evento y se me escuchara mejor mi voz. Por cierto, este artilugio megáfono que me prestaba generosamente cada año Jorge Alberto (hijo de Jorge y Lola para quien no le conozca) formaba parte del equipo de música que utilizaban para sus ensayo y actuaciones el grupo donde tocaba el propio Jorge Alberto junto a su primo Hugo y otro chico de Villamartín que no se su nombre. Ahora estoy en duda si formaba parte de este grupo  algún otro joven más o sólo eran los  tres citados. Lo que también desconozco es si habían puesto nombre al grupo; si lo tenía, yo desde luego que nunca le oí nombrar. Lo  que si puedo asegurar es que en cierta ocasión actuaron en Mozos de Cea. Yo no estuve presente el día de su actuación, pero se que amenizaron  con su música la nochevieja de 1992 . En el local del viejo teleclub fue donde hicieron sonar su música  y según me contaron hubo mucha animación. No se si aún continuarán con su música y  sus ensayos con la constancia de entonces, o sólo habrá entre ellos  esporádicos reencuentros musicales  para "matar de gusanillo". A lo que íbamos, que aquella tarde de agosto de 1995 momentos antes de comenzar los animados juegos infantiles, micrófono en mano leí públicamente una especie de comunicado que yo mismo había escrito para informar a las personas mayores allí presentes la razón de porqué se había organizado ese evento solidario. A continuación transcribiré literalmente el comunicado que leí para la ocasión: 
 
"Quizá no sea este el momento oportuno para recordar a todos esos niños que ahora están sufriendo el horror de la guerra en Bosnia-Herzegovina. Está claro que el día de la celebración de unos juegos infantiles es para que todos los participantes, que tan rebosantes están de alegría, disfruten al máximo. Generalmente se trata de que los niños se sientan este día felices jugando y a nosotros los mayores que los miramos, nos transmitan parte de su alegría. Ahora con este dramático recuerdo que  hacemos de los niños de Bosnia-Herzegovina, acaso todo este derroche de alegría se convierta en tristeza, aún así es preciso hacerles este pequeño acto solidario ya que por culpa de la guerra se les está privando el derecho de ser felices como supongo lo son todos estos niños que hoy aquí están presentes.
 
Cuando por televisión nos ofrecen las terribles imágenes donde aparecen los niños de Bosnia muertos por los incesantes bombardeos, el corazón se nos sobrecoge por el horror que nos produce ver con cuanta impunidad son cruelmente asesinados. Los niños generalmente suelen ser las víctimas más vulnerables en cualquier conflicto bélico. Sólo en Sarajevo durante los más de 3 años que dura su asedio han sido asesinados más de 10.000 niños. Ante esta barbarie no podemos permanecer indiferentes. Este ha sido el motivo por el que unas niñas de Mozos de Cea en aptitud solidaria han escrito una carta dirigida a un niño imaginario: uno de tantos que están sufriendo el horror de esta guerra fratricida  en su propia carne.
 
 
Hecha esta breve introducción, voy a ceder la palabra a las cuatro niñas que han escrito la citada misiva para que públicamente nos la lean". 
 
 
 Y así fue como sucedió. Una vez que yo leí el comunicado, las cuatro niñas públicamente se dirigieron  a las personas mayores que allí estaban presentes esperando que se iniciaran los juegos infantiles y leyeron el contenido de la carta que ellas mismas se habían molestado en escribir y que iba supuestamente dirigida a ese niño imaginario tal como arriba indico. Las cuatro niñas que escribieron aquella misiva en representación de todos los niños de Mozos de Cea fueron las siguientes: Noelia Fernández Morán, María Rubiera Bueno, Eva Martínez Morán y Marta Rubiera Bueno. La carta estaba divida en cuatro partes  escritas por cada una de ellas y obviamente siguiendo el orden de las autoras  de las mismas, fueron leídas al público a través de su voz como ya he comentado. Supongo que igual alguno de vosotros está interesado en conocer el contenido de aquella misiva. Por este motivo literalmente la transcribiré a continuación, con sus puntos y comas y faltas ortográficas si las hubiera. Tal como he escrito el nombre y apellidos de las cuatro niñas, así va el orden en que escribieron cada una de ellas la parte que le corresponde de la misiva.
 
 
CARTA A UN NIÑO DE BOSNIA-HERZEGOVINA
 
Mozos de Cea, agosto de 1995
 
 
Hola:
 
Se que lo estáis pasando mal por culpa de la guerra. Vemos por la televisión que están diariamente matando a muchos niños. Tengo miedo de que alguno de esos niños seas tú. Caen muchas bombas, pasáis hambres, miedo y mucha angustia. Nosotros vivimos de diferente manera a ti. Tenemos muchas cosas que nos sobran y que tú las apreciarías si las tuvieras en estos momentos en que estás sufriendo.
 
Algunos de vosotros vivís en soledad faltándoos el cariño de vuestros familiares porque los han matado en este guerra. Tenéis que vivir en Campos de Refugiados donde sois ayudados por Organizaciones humanitarias para que sigáis adelante. Ésta tarde de Juegos infantiles nos hemos juntado los niños de Mozos de Cea para que sepáis que no os olvidan los niños que no están sufriendo como vosotros porque aquí no hay guerra.
 
 
Con este acto solidario pedimos que las personas mayores que han provocado esta guerra comprendan que están perjudicando a los niños, por lo que pedimos que se acabe de una vez; y que para resolver los problemas no se llegue nunca a las armas, si no al dialogo. Porque con las armas se acaba la vida de las personas y si continuamos así el mundo se acabará.
 
No nos gustan los tanques, las bombas, los cañones, y todo lo que os está haciendo sufrir, en conclusión: sólo queremos la Paz.
Bueno espero que éste mensaje llegue a oídos de los que provocan las guerras y que los haga cambiar sus ideas de matar, y a ti que nuestro recuerdo te haga saber que no estás solo en estos momentos de tanto dolor.
            Te queremos mucho.
 
Firmado: NIÑOS DE MOZOS DE CEA
 
 
 

 Una vez que las niñas finalizaron de leer cada una de ellas el texto que les correspondía, pedí que todos los niños que se encontraban allí presente se cogieran de la mano e hicieran un gran círculo. Sorprendidos unos, indecisos o remolones otros, al final todos accedieron a mi petición y formaron ese gran círculo. Dentro del mismo una niña y un niño, concretamente Patricia Antón Antón y Roberto Fernández Morán, portaban una pancarta con la siguiente inscripción: "Que canten los niños que viven en paz por aquellos que han apagado su voz" Niños de Mozos de Cea en solidaridad con los niños de Bosnia. Y así durante unos minutos permanecieron cogidos de la mano mientras de fondo sonaba la archiconocida canción de José Luis Perales cuyo título es "Que canten los niños". Estimé muy oportuna esta canción como colofón a aquel acto solidario. Una vez que la canción dejó de sonar, el gran círculo se deshizo y el evento finalizó. Después se dio paso a la apertura de los juegos infantiles de aquel año, donde la divertida y sana competitividad e ilusión de los niños por ganar alguna de las pruebas no faltó como de costumbre. Como era lógico, el acto solidario quedó ya en segundo plano.
 
 
En estas dos fotografías o imágenes podéis observar el momento en que cogidos los niños de las manos, formaron ese gran círculo tal como os he indicado. 
 
 
 
 
 
 
 
 
No se que opinión tendréis al respecto de lo que aquí os he relatado. Quizá tan sólo lo veáis como una simple y llana anécdota en plan solidaria, ¿verdad?. Cada uno es libre de interpretar lo que aquí dejo escrito como mejor lo estime oportuno. Para mí desde luego que por su trasfondo humano y por esa empatía que siempre  llevan implícitos todos estos actos solidarios, recordar y escribir aquellos momentos de solidaridad vividos durante el ya distante verano de 1995 en Mozos de Cea,      me ha resultado un emotivo ejercicio de nostalgia. 
 
Y esto fue todo. Si os ha resultado interesante, o amena la lectura, objetivo satisfactorio cumplido.
 
 
 

 
( Aquí os dejo este video donde suena la canción de José Luis Perales la cual os he hablado. Buen momento para volver a escucharla de nuevo, si os apetece claro)
 
 
 
Saludos a todas y a todos
 
Rafael 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 

miércoles, 4 de marzo de 2015

AQUELLA FORMA TRADICIONAL DE JUGAR A LA LOTERIA

Vuelvo   de nuevo  a citarme con el recuerdo porque considero que es otra forma más de tratar de estimular a la nostalgia a fin de que pueda   quedar escrito una porción  de memoria   con algo  que aconteció  hace ya un tiempo remoto en Mozos de Cea. Es obvio que lo relevante que pudiera resultar  cuanto  sucedió por entonces y yo trato de contaros a modo personal y subjetivo,  queda supeditado al juicio de valoración    que  cada uno de vosotros lectores estiméis oportuno conceder.  No me cabe duda de que sabréis valorar en su justa medida  todo lo que aquí os dejo escrito . De lo que en esta ocasión voy a hablaros, yo mismo dudo del interés que puede causaros, pero como formó parte intrínseca de aquel antiguo pasado   de Mozos de Cea, por consiguiente  estimo  oportuno comentar. Sin más  dejaré de "marear a la perdiz" e iré directo al grano. Pues veréis, mocénses y mocénsas (gentilicio como se conocen a los habitantes de nuestro pueblo) esta vez voy a hablaros de algo que tradicionalmente se llevaba a cabo  en Mozos de Cea  como era el "jugar a la lotería".  Ese juego que  todos conocemos hoy en día  como bingo y que durante buena parte del año, concretamente la temporada de verano y otoño, en el aula de cultura del Teleclub juegan mayormente la mujeres en la actualidad pero con  unas normas que  varían en esencia de aquellas que establecían los jugadores de antaño en Mozos de Cea. Ya de por sí, el lugar de donde se juega ahora  es completamente distinto al de aquellos remotos años.
 
 
 
 Resulta palmario que por entonces  en la imaginación de ninguna persona que residía  en el pueblo estaba el proyecto de construir ese  Teleclub donde ahora practican este juego muy animosas la mujeres. Por lo tanto, había otros sitios específicos reservados para este juego. Yo conocí  un par de ellos. Uno ya os he hablado en otra ocasión. Es el que  está junto a "El Plantío" . En el  mismo lugar donde tiene Jesús Mariano su huerto. También os hablé con anterioridad que en ese mismo  lugar había altos y frondosos olmos y bajo su sombras alegremente jugábamos a  nuestra popular y un tanto "autóctona" lotería por lo sui generis que aparentaba, en especial por la forma de cantar los números con su coletilla añadida. Otro de los lugares reservados también para este evento, era un prado que hay en el término denominado "El Rio" y que está colindante al  llamado "Huerto de Juanito" . Allí también bajo la protección de las sombras de cuanto árbol por entonces se alzaba frondoso, olmos mayormente, la cantinela de los número, los cartones, las piedrecitas, las perras de 10 céntimos de peseta  con que se pagaba cada cartón jugado, etc. se daban puntual cita "lotera". Y con mucha animación, por cierto, ya que se concentraban un considerable números de personas que participan en el juego.  Otro de los lugares emblemáticos del pueblo donde se jugaba, el cual yo no tuve la oportunidad de conocer ni jugar, era bajo la sombra de una grande y frondosa chopa que había en un huerto cerca de la casa de Mario. No recuerdo ahora a quien pertenecía ni la chopa ni el huerto por entonces, ahora creo que es propiedad  de Virgilio.  Según he escuchado a las personas mayores,  en ese lugar era donde tradicionalmente se jugaba a la lotería, igual antes de nacer yo. Supongo que cuando desapareció ese árbol, lo cual desconozco el motivo por lo que esto ocurriera, tuvieron que buscarse otro lugar alternativo para este fin. Los dos que os he nombrado sirvieron para este objetivo. Ya que nombro de continuo "jugar bajo su sombra" es obvio que el juego se practicaba más  durante la época  en que las temperaturas eran calurosas, concretamente en verano. Lo que recuerdo sin menor duda es que habitualmente se jugaba los domingos o festivos a la  mañana después de salir de misa. También hay que reconocer que por entonces los hombres y los jóvenes, o mozos,   no tenían más diversión que ésta o el juego de los bolos. Por cierto, como la costumbre de siempre era que sólo los hombres jugaran, era muy raro que en alguna ocasión participara una mujer. Totalmente distinto en la actualidad ya que en el bingo de los domingos y festivos que se juega  a la tarde en la sala de cultura, prácticamente la totalidad de la participantes son mujeres. El que los tiempos han cambiado resulta una obviedad, a este respecto, claro.
 
 
Tanto los cartones, como las bolas de madera donde estaban inscritos los números pertenecían a Paulino de Lucas. (Creo que éste señor  se merecía un escrito  aparte, por lo  irónico, burlesco,  y algún que otro merecido epíteto más por su peculiar carácter) .  Los Cartones y las  bolas estaban  dentro de una vieja  bolsa de tela, la que se conoce popularmente  como "fardel". Recuerdo los cuadros de color  verde donde estaban los números inscritos en el cartón y los de color  blanco que aparecían vacíos. Cartones que estaban ya muy gastados y borrosos de tanto manosearlos; lo mismo que las bolas, que por cierto no eran redondas como las que se juegan actualmente, aquellas tenían otra forma distinta.  El que de costumbre  cantaba los números con su toque personal y socarrón y a su vez  añadiendo al número la coletilla que le correspondía, era el señor mencionado; o sea: Paulino de Lucas. La verdad que cantaba los números con una rapidez vertiginosa. Tenías que estar atentísimo de reflejos visuales y de audición para que no te se pasaran los números porque no les repetía. A más  de uno ni le daba tiempo a colocar la piedra encima del  número cantado. Efectivamente era con piedras pequeñitas como se apuntaban los números. No se cantaba ¡bingo! cuando se completaba una línea del cartón, sino se decía ¡Alto! (algunos también ponían su coletilla particular  ante tal exclamación con el: ¡Alto que se me calló un ojo!) . Cuando a alguien le faltaba un número para completar la fila, era costumbre decir en voz alta : " la espero en el ..."(el número que le faltara) Una vez comprobados los números tal como sigue vigente en el bingo que ahora juega, se le entregaba al ganador lo recaudado y éste tenía que aportar a la bolsa una parte del dinero ganado, la cantidad que se estipulara de antemano  antes de empezar a jugar. Vamos, que el dueño del fardel que contenía los artilugios de   la  lotería se llevaba su buena comisión sin haber arriesgado céntimo alguno en el juego . Por cada cartón jugado había que pagar como ya comenté 10 céntimos de peseta (las conocidas popularmente como "perronas") En todas las jugadas la norma era completar una línea para obtener lo recaudado. Como despedida, el último juego se le conocía como "la llena".  Esto se debía a  que era necesario completar todos los números del cartón. Esto suponía que había que pagar el doble por cartón jugado, o sea 20 céntimos, con lo cual obviamente te posibilitaba ganar el doble. Siempre se daba la circunstancia de que había  alguno de esos "jetas  aprovechados"  que únicamente jugaban la última por lo del premio doble. Y claro está, las ganancias para la bolsa también se doblaban.




Esta imagen muestra la dos caras de esa moneda de la que os he hablado: la perra de 10 céntimos de peseta, o perrona en el argot popular. Una de estas monedas había que pagar por cada cartón de lotería que se jugaba por entonces.


¿Cuándo se dejó de jugar a su tradicional lotería en Mozos de Cea? El año en concreto no podría confirmar con seguridad, pero posiblemente fuera a principios de los setenta. Lo que si recuerdo sin posible error es la forma en que se dio por finiquitado el juego. Tiempo atrás antes de su "defunción", ya se jugaba en contadas ocasiones y con muy poca participación. Al parecer había comenzado la desmotivación por este juego. Se presagiaba lo inevitable. Y sucedió. Había transcurrido bastante tiempo sin jugar y sin que nadie lo hubiera echado en falta. Pero un buen domingo a la mañana, no recuerdo que persona planteó no con mucha convicción la idea de jugar a la lotería. Aunque la mayoría no estaba por la labor de jugar, más bien lo contrario, con cierta desgana se fue a buscar  el fardel  con sus bolas y cartones dentro. Y a pesar de que allí estaban presentes esperando esos artilugios loteros, nadie se decidía a ponerlos en marcha. Y los minutos iban   transcurriendo. Y a estos les sucedieron las horas, y seguía la indecisión y la desgana.... Hasta que asumiendo todos de forma general la falta de ganas  por jugar, los allí presente decidieron devolver el fardel al su dueño. Pero como la costumbre desde siempre era que al devolvérselo también había que introducir en su interior la recaudación que le correspondía a la bolsa de lo ganado. Aunque aquel día se dio la circunstancia de que no hubo ganancia alguna por falta de juego,   para no quedar mal con el dueño, hubo alguna generosa persona de los allí presentes que introdujo cada uno de ellos  una peseta   dentro del fardel porque ya por entonces el tema de las perronas estaba ya prácticamente en desuso. Después de aquel día ya no  hubo más  lotería y su tradicional forma de jugar  quedó relegada, digamos que al recuerdo, que no es poco.


A continuación voy a dejaros escrito las coletillas que se añadían al final de  cada número cantado. Son todos los números que yo recuerdo y creo que ningún otro más del resto de los noventa  que consta la numeración total de la lotería, o bingo, tenía su correspondiente coletilla. Como podéis comprobar casi la totalidad delos números guardan notoria relación con su coletilla correspondiente. Algunos desconozco que relación pueden tener entre sí. Supongo que quien inventó la coletilla lo sabrá, la cual no dudo que fuera el Paulino, porque la verdad imaginación socarrona para este menester no le faltaba.




 1.- La pipí.   2.- Una monja de rodillas.   3.- La patita el perro

4.- La casita el gato.   5.- Un civil solo.   7.- El gancho trapero.

8.- Un burro amarrado por el tripo.    9.- El navo gallego.

10.- El palillo y el tambor.   11.- La calle el burgo.  12.- Mediodía.

13.- Cara sucia.   14.- Caga y retuerce.   15.- La niña bonita.

16.- Castilla.    18.- Buen mozo.  21.- El violín. 

22.- Las dos monjas de rodillas.   24.- San Juan. 

25.- Vicentico (también La víspera)    26.- San Pelayo.

27.- San Pelayín.     29.- San Pedro.   33.- La edad de Cristo.

36.- El mal año.    44.- Capicúa.   55.- Los dos civiles.

69.- Arriba y al hombro.   77.- Las dos banderas de Valdescapa.

88.- Los dos burros amarrados por el tripo       90.- El abuelo.

*Cuando salía un número que terminaba en cero, por ejemplo el 40, se decía : "Cuarenta pelao y una vuelta al ganao"  Era el momento de revolver la bolas dentro de la bolsa.


Y esto es todo cuanto puedo contaros del antiguo y   tradicional juego dela lotería en  Mozos de Cea. Espero  que  os haya resultado amena su lectura; aunque bueno, me conformo también  con que no os haya resultado muy  aburrida o  indiferente.

Saludos a todas y a todos

Rafael