viernes, 28 de noviembre de 2014

ROMANCE A MOZOS DE CEA

En esta ocasión voy a dejar escrito, o más bien publicado, un poema que hace ya unos cuantos años  lo escribí y que puse por título:  "Romance a Mozos de Cea". Como la estructura rítmica y métrica se ajusta a las medidas que requiere esta composición poética, generalmente de versos octosílabos,  de ahí el por qué de este  título. El poema lo escribí a principios de la década de los años noventa del siglo pasado, creo que en 1990. En el año 1995 en una editorial de Sevilla, publiqué  un  libro de poemas, o más bien cuaderno poético por su reducido número de páginas, y los versos del mismo guardaba estrecha  relación  con Mozos de Cea. Escritos desde una visión  intimista y particular, sobre nuestro pueblo, donde la nostalgia digamos que esencialmente es su  concepto general. En este libro que puse por título "Recuerdos de la tierra",    publiqué el poema que a continuación os dejaré publicado para su lectura. Imagino que algunos de vosotros ya le habréis tenido la ocasión de leerlo   con anterioridad porque el libro donde venía publicado este poema  lo repartí gratuitamente el año de su publicación entre los vecinos del pueblo. Fueron 100 los ejemplares editados. Luego también apareció publicado  este Romance en otra  reedición ampliada que hice de Recuerdos de la tierra, donde incluí en el mismo nuevos  poemas y textos en prosa. Esta segunda publicación ampliada  fue más bien una "autoedición" que  constó de 50 ejemplares y también fueron repartidos gratuitamente como el anterior.  Por cierto, la portada que ilustraba el libro de esta reedición, era una fotografía cuya autora de la misma es: María Jesús  Villacorta, como todos sabéis cónyuge del Sr. alcalde. La elección, o decisión, de que  fotografía ilustrara la portada fue sencillamente porque había resultado ser  la ganadora de un concurso de fotografía relacionado con Mozos de Cea el cual se celebró  en  el verano del    2001. Quiero haceros saber  también que    esta segunda edición de Recuerdos de la tierra en parte lo hice como homenaje a mi madre, fallecida en agosto de 2002. El mismo día que cumplía el aniversario de su fallecimiento, 12 de agosto de 2013, fui repartiendo los ejemplaras a cada vecino del pueblo que por aquel año  allí se encontraba. Desconozco si puede tener o no algún interés en particular todo esto último que acabo de comentaros. Simplemente es una anécdota más que guarda algún vínculo con el poema que a continuación os dejo publicado.
 
 
 
ROMANCE A MOZOS DE CEA
 
Mozos de Cea tu raza
leonesa siempre ha sido
y sobre Tierra de Campos
te elevas como un castillo
inquebrantable en el tiempo
y en mil batallas curtido:
de sementera y cosecha
está tu historial construido.
 
Mozos de Cea te extiendes
en la margen de dos ríos,
pero tu tierra es secana,
tiene sed de regadío.
Bajo barbechos sedientos
con sudor has conseguido
que nazca un cereal valioso,
necesario, como el trigo.
 
Mozos de Cea el progreso
es por ley quien te ha vencido.
Ya ha silenciado los carros
que trazaron tus caminos
a la eras no ha dejado
acompañarlas su trillos
y aperos de la labranza
arrinconó en el olvido.
 
Mozos de Cea es recuerdo
dos lugares que has tenido,
fuente de Antocil, la Olmeda,
hoy ya desaparecidos.
¡Cuanta belleza te dieron
estos dos hermosos sitios:
desde que los destruyeron
nunca has vuelto a ser el mismo!
 
Mozos de Cea no quedan
tradiciones que has vivido
la de cocer en los hornos
el pan que muchos comimos
o fabricar los adobes
con tierra, paja y oficio
y elaborar en lagares
el viejo arte de vino.
 
Mozos de Cea se fueron
los hijos que en ti han nacido
buscando otros horizontes
tras un éxodo maldito.
Pero volverán a verte;
de nuevo estarán contigo
compartiendo tu querencia
que a todos tiene cautivos.
 
Mozos de Cea presiento
que has de quedarte vacío,
en soledad, con tus muertos,
serán únicos testigos
del silencio de tus calles
donde quedarás dormido
sin una voz que despierte
las ruinas de tu destino.
 
Mozos de Cea aunque puede
que sobrevivas erguido
mientras sigas defendiendo,
con el coraje aguerrido,
la nobleza de tu casta
y el orgullo campesino
brindándonos la esperanza
de tenerte siempre vivo.
 
Mozos de Cea tú sabes
que siempre estás protegido
por aquellos que te quieren
y el poder de Tomorisco.
Son sus robles centenarios
fortaleza y poderío
que te llenan de grandeza
y enaltecen tu prestigio.
 
Mozos de Cea es un pueblo
donde seréis recibidos
con ese afecto tan grande
que se tiene a un ser querido.
Sabe ser hospitalario,
recibirte con cariño,
y en la humildad de sus casas
siempre hallaréis un amigo.
 
Mozos de Cea estos versos
que con nostalgia te he escrito,
quiero que se sientan hondos,
como si fueran suspiros
que salen del corazón
y en la sangre están metidos
fortaleciendo ese amor
de aquellos que son tus hijos.


Supongo que alguno de los lectores quizá esté interesado en conocer la fotografía de la que hablo arriba y que fue la ganadora del I concurso de Fotografía Mozos de Cea, 2001. Si es así, abajo dejo esa fotografía. Para que pueda observarla y comprobar que es merecedora de ese primer premio. En modesta opinión, resulta muy sugerente y de notoria estética fotogénica el paisaje nevado que se observa en esta fotografía. Como podéis comprobar la fotografía está sacada  hace ya unos cuantos años. Digo esto, por que como vista principal está la laguna La Barrera, y como se puede observar apenas se ven árboles en ese espacio. Y es evidente que en la actualidad hay una cantidad considerable de árboles, en especial sauces, todos ellos ya muy creciditos y eso obviamente ha requerido varios años su crecimiento, de ahí se puede deducir que han pasado unos cuantos años desde que se sacó esta fotografía. La autora de la fotografía, María Jesús Villacorta, seguro que sabrá el año exacto en que la sacó.


 
 
 
Bueno, pues aquí quedan publicados el Romance a Mozos de Cea y la fotografía ganadora del concurso fotográfico Mozos de Cea, 2001. Espero que os guste ambos.
 
 
Saludos a todas y a todos
 
 
Rafael

 

viernes, 14 de noviembre de 2014

PARAJES DE MOZOS DE CEA

En esta ocasión el texto que quiero dejaros publicado no guarda relación  alguna con el futbol para no resultar un tanto cansino. Aunque seguro que en otra ocasión volveré a reiterarme en el mismo tema, porque queda aún  más memoria futbolera por contar.  Esta vez se trata de escribiros aquí todos los nombres que conozco  de los términos o parajes de Mozos de Cea. Quizá exista algún que otro nombre más que por desconocimiento del mismo me dejo sin escribir,  no lo dudo. Los expertos en el tema lo podrían confirmar, como por ejemplo el "incombustible" Matías Lazo, especialista en la compra y venta de antigüedades y también en el cultivo y venta de legumbres,  que estoy seguro que se sabrá el nombre  hasta del más recóndito y desconocido término que existe en  Mozos de Cea y a demás su ubicación exacta. Sólo es cuestión de preguntárselo y verán como estoy en lo cierto. Los nombres de todos estos parajes dispersos a  a lo largo y ancho de su  superficie desconozco   quien fue, o quienes, fueron los autores de los mismos. Supongo que habrá sido de forma colectiva la manera de nombrar a cada uno de ellos; eso sí,  lo  que resulta irrefutable es que viene de tiempos ancestrales  su designación. Hay nombres de parajes que guardan relación evidente con el lugar, otras supongo que fueron designados al azar o por un determinado motivo. Con seguridad nunca se conocerá esto por razones obvias.  Lo que no cabe duda es que en su momento fueron de gran ayuda para conocer el sitio exacto de donde se hallaba una pequeña  porción de terreno el cual era propiedad de un determinado agricultor. Estoy hablando de antes de llevarse a cabo la concentración parcelaria, la cual se realizó  en 1975.  Antes de este año cada labrador disponía, tanto en  propiedad como alquilados,  varios  terrenos dispersos por todo el "pago"  de Mozos de Cea. La mayoría de estos terrenos tenían una extensión agrícola muy reducida.  Por entonces estaban vigentes  las    medidas agrarias  como el celemín o medio celemín, también la fanega o media fanega, el cuarto, etc. todas ellas de reducida capacidad. Supongo que quienes conocían  los nombres del paraje no les suponía dificultad el encontrar  el lugar exacto    de donde estaba situada cada reducida porción de terreno que cultivaba  tan disperso, y aparentemente  perdido,  en ese  solitario y extenso  páramo. De ahí lo útil que les  resultó siempre los diferentes nombres  de todos estos términos a  aquellos labradores que realizan por entonces  las fatigosas labores agrícolas, a base de tracción animal: mulas, machos, vacas... La antítesis de la forma en que hoy se llevan a cabo las faenas agrícolas, por esa variada maquinaria tan sofisticada con que cuentan, la cual hace que los labradores de hoy en día para nada se fatiguen; es más, plácidamente trabajan con aire acondicionado y escuchado música dentro de las modernas y acomodadas cabinas de sus tractores.  ¿Saben cual era la música que escuchaban por entonces aquellos antiguos labradores de Mozos de Cea? : el sonido de las cigarras, o chicharras como popularmente se las conoce allí, cuando apretaba con saña  la canícula en los meses de verano. ¿ Y el  aire acondicionado? yo creo que se lo proporcionaban tanto el viento que soplaba del Cierzo o  del Gallego (por cierto cuando venía el viento desde esta última parte citada era el mejor momento de aventar los cereales según proclaman por aquella lejana época los expertos labradores) 
 
Ahora escribiré en por orden alfabético todos los nombres que conozco  de los parajes que se encuentran ubicados en Mozos de Cea:

PARAJES DE MOZOS DE CEA

Antocil.                              
Camperallana.
Campo Camposilla.
Cantamilanos.
Corrales.
Detrás del cementerio.
Detrás de las casas.
El anillo.
El alto Valdescapa.
El bardal.
El campín.
El calvario viejo.
El camino ancho.
El camino Velilla.
El campo del río.
El campo frío.
El caño del tío Andrés.
El carretero.
El carricio.
El cesto.
El chopo.
El colodrillo.
El desmonte.
El esgañadero.
El espinón.
El hoyo.
El horcajo.
El juncal.
El navazo.
El picón de Villeza.
El palomar.
El plantío.
El raposo.
El repartimiento.
El río.
El solanillo.
El tiso.
El trespadillo.
El vallejo hondo.
Fuente Antana.
La arzuela.
La campera el caño.
La cañada bajera.
La cañada el roblón.
La cañada las merinas.
La casilla.
La cerrada.
La cota.
La cruz de los caminos.
La era abajo.
La era el alto.
La granja del tío Emilio.
La loma de tolancina.
La mata el vaquero.
La olmeda.
La pocica.
La reguera calera.
La reguera de los gochos.
La reguera el valle.
La teja*
La varga de los criados.
La viña del maestro.
Las adoberas.
Las ariyuelas.
Las arriondas.
Las baratas.
Las barreras.
Las brasas.
Las cadenas.
Las calles.
Las canalizas.
Las cárcavas de Tomorisco.
Las eras.
Las matas de Velilla.
Las quemadas.
Las resillas.
Las santanillas.
Las senaras.
Las terreras.
Los altos.
Los arrenes.
Los campos de Castro.
Los caños.
Los carboneros.
Los crespos.
Los eros.
Los hoyos.
Los leñares.
Los melgares.
Los pinos del tío Walérico.
Los prados de la herencia.
Los sillares.
Los rompidos.
Mesteruelo.
San Millán.
Santerbás.
Soteruelo.
Suertes nuevas.
Tolancina.
Tomorisco.
Toraldo.
Tornecaza.
Tornestales.
Tornucos.
Torriyuelo.
Uncalada.
Valdebarrera.
Valdelamín.
Valdemar.
Valdezalces.
Vallesajo.
Villeza.

(* Respecto al paraje denominado La teja, se trata de un monte comunal de roble y pino cuya extensión llega hasta  Riocamba y que pertenece a 3 pueblos: Velilla, Castrillo y Mozos. Todos los años  el 8 de junio se celebra el "Día de las aguas". Ese día por tradición desde tiempos inmemorables los vecinos de estos tres pueblos se reúnen en sana convivencia en el monte La Teja para adecentar  manantiales, pozos, corrientes del valle y cualquier otro acuífero que sirva de abrevadero para los animales. Una vez terminada las labores, como manda la tradición, todos reunidos se comen cada uno la merienda que se han traído; aunque bueno, los últimos años lo que allí se come son  las chuletillas, que allí mismo asan,  de los corderos que les regala un pastor de Renedo que tiene alquilado los pastos de ese monte. En definitiva, aparte de esa conmemoración festiva y tradicional de los vecinos de estos tres pueblos que comparten un monte en común, lo que tratan es de que sigan vigentes los derechos que tienen de propiedad y explotación de este monte) 

Estos son todos los nombres de los parajes del pueblo que yo personalmente conozco. Como arriba he comentado, quizá exista algún que otro nombre más el cual ahora desconozco cual puede ser. Si algunas de las personas que lean este texto conocieran el nombre de alguno más le agradeceré que me lo haga saber, simplemente  para añadirlo a la lista de los aquí expuestos. Les comento que la mayoría de todos estos parajes más o menos se donde están ubicados. Aunque muchos  de ellos   sólo puedo hacerme una vaga idea de donde están con exactitud su ubicación, probablemente con un  alto índice de error. En  la zona del  monte Tomorisco  están situados varios de ellos y obviamente esa  zona como todos sabéis  es  un robledal, por lo tanto  el paisaje estéticamente para su contemplación ofrece una bonita panorámica. Supongo que la mayoría de vosotros es la primera vez que oís, o leéis, alguno de estos nombres que aquí  he dejado escrito; como también no tendréis ni la más remota idea de donde pueden estar situados. Esto mismo me pasa a mí personalmente el no tener ni remota idea de donde están situados  alguno de ellos. Aunque pienso que   lo más primordial es que continúen perteneciendo siempre a este pueblo, el nuestro,  para que indefinidamente formen parte de su acervo agrario y cultural, sin importarnos demasiado ese desconocimiento que tenemos  sobre  el  punto exacto del   páramo  donde pueden  encontrarse situados muchos de ellos . Hoy ya conocéis sus nombres por lo tanto   ahora en adelante no os resultará ni extraño ni  raro cada vez que escuchéis que alguien nombra  alguno de estos parajes ubicados en Mozos de Cea. 

A  todas y todos mis saludos

Rafael.



 
 
 
 
 
 

lunes, 3 de noviembre de 2014

HISTORIA EN BLANCO Y NEGRO (2ª Parte)

 
 
 
EQUIPO INFANTIL DE MOZOS DE CEA CLUB DE FUTBOL
 
(1968)
 
 
 
 
 
 
De pie: Maxi, Pedrín, Carlos, Nanín y Jesús. Agachados: Javier, Miguel Angel, Moisés (q.e.p.d.) Rafael y Tinín.
 


Como  ya os comenté en el anterior texto, aquí os dejo publicada esta  fotografía donde aparece el segundo equipo en edad infantil. Ya os hablé de que este equipo jugó contra el equipo mayor de Mozos de Cea, al cual ganó por 3 a 1. También conocéis la razón de el porqué se organizó este partido y en qué lugar del pueblo se jugó, así  como otros  detalles del mismo,  por tal motivo huelga  escribir cualquier  otro comentario al respecto para no resultar repetitivo. También os hablé de que este uniforme nos lo regaló la misma persona que se lo regaló al equipo de los mayores. Quien haya leído el anterior texto, sabrá de quien se trata. Supongo que como habrá ocurrido con las camisetas y pantalones del equipo mayor lo mismo habrá sucedido con este atuendo del equipo infantil, por lo tanto habrá desaparecido; aunque bueno, yo personalmente conservo el pantalón. La camiseta desgraciadamente no se donde puede estar. Y la verdad que me gustaría haber conservado las dos prendas, pero se ve que la camiseta se "evaporó" sin saber cómo, ni porqué. El color de la camiseta era blanco, pero tenía dibujado una C y una V grandes ambas  en rojo, así como los cinco aros olímpicos también en rojo. El pantalón era negro con dos bandas amarillas a cada lado. En esta ocasión  faltaban algunas camisetas y pantalones, así como el jersey   del portero para completar los 11 atuendos que componen el uniforme del equipo. Fueron un total de 8  camisetas y 7  pantalones las que había. Para compensar esa falta de atuendos, nos regalaron unas rodilleras , dos de las cuales las luce en sus rodillas el que jugaba de portero con el equipo infantil aquel día. Como habréis visto está presente en esta foto sujetando un balón entre sus manos. Se trata de Moisés Modino Bueno que tristemente falleció a consecuencia de un  accidente laboral en octubre de 2004. Él era uno de los 3 jugadores que sobrepasaban  la edad infantil, como ya os comenté,  y que jugó con los chiquillos  para completar el equipo. Los otros dos fueron Maxi y Nanín, (Abreviatura de Emilianin, hijo de Emiliano y Brígida)  ambos presentes en la fotografía. Os contaré una anécdota que no tiene relevancia alguna de este partido, para recordar, sin más. Al  acabar el encuentro, como el equipo de los chiquillos había derrotado al mayor, empezaron a cantar las mozas con recochineo  (con mi hermana Duaret llevando la voz cantante)  aquello de   "A la bín, a la ban, a la bin, bon, ban, los de la estrella, los de la estrella y nadie más" (la estrella se referían a  la C y V y los aros dibujados en la camiseta)  Yo creo que este cántico en plan "toca pelotas" iba dirigido con segundas   al "Maestrín". Como éste andaba   "tirando los tejos" a una de las mozuelas del pueblo, de ahí ese cántico tan animoso y burlesco a la vez.
 
El uniforme completo de los mayores, así como el balón, lo guardaba una persona en su casa y obviamente lo sacaba cuando era necesario vestirlo; bien como en el partido citado, o  cuando se jugaba contra otros pueblos. La persona encargada de guardarlo era Santiago Morán. El mejor y más"jugón" por entonces de Mozos de Cea. Todo una notoria  figura futbolera en aquellos tiempos, sin duda. En parte un poco porque los demás éramos un tanto torpones, hasta que con   el tiempo,  a base de darle patadas al pelotón, era casi la única forma de divertirnos por aquella época,  fuimos mejorando y  cogiendo nuestra  particular  manera de entender y jugar al futbol. A lo que iba,  el uniforme  de los mayores se guardaba en casa de Santiago, en cambio el de los pequeños se acordó que cada uno se llevara su pantalón y camiseta a casa en propiedad. El problema fue que no había para todos. Hete ahí que las cabezas pensantes, creo que "mirando por sus intereses" decidieron que se repartiría entre los que  supuestamente jugaban mejor al futbol. Ellos mismos iban valorando quien era el mejor de forma escalonada. A mí no me tocó directamente  atuendo alguno. Tuve que ganarme la octava camiseta, que no el pantalón porque faltaba, en un mano a mano con Angel Tejerina. Un partido de uno contra uno y se lo gané. Me dieron la camiseta. Y ahí se acabó el reparto. Lamentablemente algunos se quedaron sin nada. Tiempo después  no se cómo llegó a mi poder ese pantalón que aún conservo. Por cierto, sólo teníamos por entonces un balón de cuero  y lo apreciábamos como una autentica joya. Lo hinchábamos con la típica bomba de inflar bicicletas o con la que  se utilizaba para inflar los neumáticos de las ruedas de la máquina de segar los cereales.   Ahora pienso que  el material con que  habían confeccionado aquel balón  dejaba mucho que desear porque con frecuencia andábamos inyectándole aire con esos artilugios citados.  Cuando se pinchaba, a menudo también, nosotros mismos poníamos el parche y luego alguien lo llevaba a  Villanzanzo por que  en ese pueblo había un zapatero remendón  para que  le cosiera las costuras por donde se le había hecho el arreglo del pinchazo.  Os podéis imaginar como estaba el balón, todo recosido. Está claro que si querías que te dejara un marca en la cara, o frente, sólo era cuestión de que le golpearas  con la cabeza en el sitio exacto donde le habían zurcido las costuras.

 La verdad es que este uniforme blanco y negro no tuvimos la oportunidad de lucirlo en muchas ocasiones ante otros pueblos. Tan sólo recuerdo una ocasión de vestirlo, y ahora dudo si    hubo alguna  más. Poco tiempo después de regalarnos el uniforme estábamos deseosos de exhibirnos con él en otro pueblo. Por acuerdo unánime decidimos ir a jugar contra los chiquillos de Villazanzo. Pueblo idóneo para que vieran in situ nuestro elegante uniforme. Y ahí que nos presentamos un domingo a la tarde, sin previo aviso. Toda una incómoda  sorpresa resultó para ellos nuestra inesperada aparición. No les apetecía para nada jugar al futbol. Eso sí, nos  invitaban a jugar a pelota a mano a cambio. Pero nosotros no queríamos jugar a la pelota, sólo estábamos empeñados en jugar al futbol para lucir nuestro uniforme. Y al final por tanta insistencia acabaron cediendo y decidieron jugar. Nosotros la mar de contentos porque al fin íbamos a lograr el objetivo de que nos vieran  todo conjuntados. Imagino que no debieron impresionarlos a tenor del resultado, porque nos ganaron de paliza: 8 a 0. Creo que si no nos metieron más   es porque se aburrieron, digo yo. Y es que las dos "jugones" que tenía por entonces Villazanzo, como eran Jesús Mariano y Amador, ellos dos solitos bastó para apalizarnos. Recuerdo que el arbitro era uno chico de Villazanzo,  era el hijo de  aquel señor que fue hace muchos años el alguacil del ayuntamiento, de nombre Albano. Este arbitro un poco compasivo con nosotros, por ver si podíamos al menos meterles un gol,  decidió pitar un penalty inexistente contra los de Villazanzo. Cierto que hubo tibias protestas del equipo local, pero el penalty lo tiramos. Hasta tres veces seguidas lo lanzamos, porque en cada fallo del lanzamiento el arbitro se encargaba de volver a repetirlo por supuesta irregularidad del portero,  pero ni con esas pudimos meterles un gol. Un desastre  total en toda regla.  Lo   único que nos quedó como satisfacción o consuelo personal tras las derrota, fue el  exhibir nuestro uniforme deportivo. Unos cuantos años después, creo que nos resarcimos de aquella sonrojante derrota, ya que también un domingo a finales de julio a la tarde volvimos a jugar contra ellos. Pero esta vez ya luciendo nuestro uniforme rojo y azul. Ya no estábamos en edad infantil. Aquel día en su propio campo, les endosamos un 9 a 1. Aquel partido fue otra historia bien distinta. La clave estuvo en que sus dos mejores "jugones" por un buen marcaje  fueron totalmente anulados. La verdad es que  siempre hubo por entonces una fuerte rivalidad entre estos dos pueblos. Partidos que no llegaron a terminarse y se suspendían  por discusiones de una determinada jugada  entre  jugadores de ambos equipos. Partidos que nos acusaron de robárselo por que el árbitro les anuló goles marcados   legalmete. Como por ejemplo el que jugamos con ellos el segundo día de San Pelayo en 1973. El partido se jugó en la eras. El arbitro del mismo era Adolfo Fernández, que falleció hace años y era un minero jubilado de Asturias,    padre de los hermanos Fito, Javi, Lucas y David. Totalmente casero su arbitraje. Barriendo para casa, sin duda. El partido lo ganamos por 3 a 2, pero el polémico arbitro asturiano les anuló dos goles, yo creo que marcados legalmente, pero... De nada sirvieron las protestas de el equipo contrario. No subieron al marcador. Al final del encuentro,  indignados seguían protestando y discutiendo con el arbitro; pidiéndole  explicaciones de el por qué había anulado  los dos goles marcados legalmente. De nada sirvieron las protestas:  la supuesta  injusticia arbitral estaba cometida y el partido concluido y  ganó  el equipo de Mozos de  Cea y punto.   Por lo tanto  el trofeo San Pelayo  se quedó en Mozos. Estoy de acuerdo que por ética y por justicia se merecían ellos el trofeo, pero los partidos hay que ganarlos, no merecerlos. Y desde luego la imparcialidad e injusticia arbitral ha formado, y forma parte consubstancial del futbol desde tiempos inmemorables. Acaso desde el mismo momento en que se empezó a arbitrar los partidos de futbol.   En fin; que todos estos hechos y anécdotas relacionadas con el futbol inter-pueblos  es lo que se ha ido quedando en la memoria    como una  sana, dura y nostálgica rivalidad de aquellos lejanos años del siglos pasado y  que por razones obvias no creo que tal como sucedió por entonces podrá volver  a repetirse.

Como he citado  el equipo de Villazanzo y he escrito algún comentario acerca de él, creo que resulta oportuno dejaros aquí la fotografía de una alineación  de este equipo. Varios  de estos jugadores  presentes en la fotografía jugaron por aquellos años contra nosotros.

 
VILLAZANZO C. F.
 
 
 
 
 
Como no conozco los nombres del equipo al completo, no escribiré ninguno. Aunque sí puedo indicaros que los dos últimos que están de pie, de izquierda a derecha, son los dos "jugones" que nombré; o sea:  Amador y Jesús Mariano.
 
 
A todas y a todos mis saludos.
 
Rafael