martes, 23 de junio de 2015

FESTIVIDAD DE SAN PELAYO EN EL RECUERDO

En esta ocasión mi  cita con el recuerdo quiero de que sea   de manera  emotiva y entrañable, sencillamente porque voy a hablaros del patrón de nuestro pueblo, San Pelayo. Es evidente que el nombre de este santo tiene connotaciones muy especiales para quienes estamos vinculados originariamente  con Mozos de Cea. Dudo si alguna persona que tenga este vínculo y  que por cualquier circunstancia no se encuentra el 26 de junio en el pueblo,  no le recorrerá por su mente en algún momento de ese  día   un "gusanillo" mezcla de la nostalgia y querencia por el  patrón. Seguro que sí. Y ahora vallamos al quid de la cuestión que como ya os digo   es  rememorar tiempos lejanos relacionados con la fiesta patronal del pueblo. Tiempos que coincidieron con   la etapa de mi niñez y de los principios de mi adolescencia... ¿alguien no está al tanto de que  este hecho existencial mío transcurrió   a mediados de la década de los sesenta y comienzo de los setenta?- del siglo pasado, claro está-  Pues eso, que por aquellos remotos años, como es lógico también tratábamos de celebrar a lo grande la festividad de San Pelayo. De entrada, el sacerdote que oficiaba en el pueblo, Bernardo Pérez Gil, ya nos hacia entrar en ambiente, aunque éste fuera religioso, con la típica novena al santo. Por lo cual, nueve días seguidos, cada noche al finalizar el rosario, nos iba leyendo por capítulos la vida y obra del santo. Después de cada lectura, la mozas cantoras de entonces, con Avelina (Vina) llevando la voz cantante, entonaban el típico repertorio de cantos religiosos para esta ocasión.
 
Si la iglesia preparaba su particular vísperas del patrón, en los hogares del pueblo a su manera también lo hacían. No cabe duda de que el día de San Pelayo por entonces resultaba un punto de inflexión ya que se posponían todo tipo de  asuntos familiares para antes o después de su celebración. Era un día clave, sin duda. A lo que íbamos, que a los hogares del pueblo también se les preparaban para su decorativo acondicionamiento: puertas, ventanas, paredes, suelos...todo había que tratar de embellecerlos de manera especial por que el hecho de celebrar el día de San Pelayo así lo requería. A las  ventanas se les solía dar una capa de un producto  color rojo al que llamaban "mazarrón". También a las paredes correspondía embellecerlas a base de   un buen encalado, para este fin se utilizaba    una especie de cal blanca a la que popularmente se la nombraba como "gis". Antes de entrar a la cocina y las  habitaciones, había una parte interior de la vivienda, especie de zaguán,  que se la conocía como "casafuera". En alguno de los hogares, el suelo  de la misma al no estar  pavimentado, la tierra era quien lo cubría, pero aún así había que adecentarlo también.  Para este objetivo se utilizaba una especie de barro arenoso que se recogía en una charca que hubo tiempo atrás en el término que se conoce como las Santanillas.  Con un estropajo de esparto untado en ese lodo arenoso se embadurnaba el suelo hasta dejarlo muy aseado. Por lo tanto el hogar estaba sugerentemente acondicionado para celebrar la festividad del patrón como se merecía.
 
Aunque las estrecheces económicas eran el denominador común en la mayoría de los hogares del pueblo, tal como ya os he indicado otras veces, para esta ocasión había que hacer  de "tripas corazón"  y embarcarse en gastos extras. Por lo tanto, a los arrieros que por aquellos años venía a vender al pueblo, Revilla y Narciso por supuesto, se les compraba  mercancía acorde con la especial  celebración: caja de pastas, algún que otro dulce y licores. El resto de los alimentos que formaban parte del especial  ágape festivo pertenecían todos ellos a la de crianza propia: el pollo más cebado o el conejo se solía sacrifica para la causa. Y algún privilegiado que disponía de corderos, este pobre animal también era víctima proclive para el festín. El guiso de la carne de todos estos animales se conocía popularmente como "el tajadeo". Y no veas como se esperaba con cierta ansia   que apareciera sobre nuestras mesas ese suculento tajadeo, por qué después de estar casi todo el año a base de cocido de garbanzos y los tropiezos  correspondientes, todos ellos derivados del cerdo, ¡ qué quieren que les diga...! La  verdad es que  después del día del patrón, el pollo y el conejo aparecían en nuestra mesa  de pascuas a ramos. Y por cierto,  era costumbre el día de San Pelayo estrenar una determinada prenda de vestir, o dos. Eso siempre dependiendo de lo pudiente que fueras.  

Como ocurre en la actualidad también por entonces la imagen de San Pelayo era sacada en procesión. Muchos años atrás, tengo entendido que los cuatro mozos que lo "paseaban" por la calle a  hombros eran los que correspondía a la quinta de aquel año. Se ve que por entonces habitaba en el pueblo  una considerable cantidad de jóvenes que podían cumplir como exigía la tradición. Aunque esta circunstancia no se daba por la  época en que yo os hablo,  si que había suficientes jóvenes de diversas quintas dispuestos a sacarlo en procesión. Recuerdo que todos los años  ese día la misa era oficiada por cuatro sacerdotes que se engalanaban con los atuendos correspondientes para este evento religioso: Mariano (Villavelasco), Gregorio (Villazanzo), Lucinio (Renedo) y Bernardo (Mozos), como veis todos pertenecían al ayuntamiento de Villazando.  Está claro  que por aquella época  había un censo considerable de sacerdotes en ese Ayuntamiento, todo lo contrario en la actualidad. El volteo de campanas,  la intimidadora  explosión de los cohetes, los acordes melódicos de los músicos, el emotivo himno  de San Pelayo, etc. acompañaba aquella procesión, la cual vista y sentida desde mi condición de niño me resultaba muy emocionante. Supongo que ahora desde mi condición de persona adulta tal emoción la sentiría desde una perspectiva más bien distinta.  

PROCESION DE SAN PELAYO ( I )




(En esta imagen-fotografía se puede observar la procesión de San Pelayo. La fotografía según mis deducciones, por alguna de las personas que aparecen en ella,   creo no equivocarme que  está sacada en la década de los años cuarenta del siglo pasado. Como podéis observar muchas son  las personas que acompañan la procesión y además muy bien alineados . La verdad que cuando vi por vez primera esta fotografía me impactó por la cantidad de personas que aparecen, en comparación con el reducido acompañamiento de las procesiones actuales. Y seguro prácticamente la totalidad de los presentes vivían de forma permanente en el pueblo. Por cierto, la fotografía está sacada cuando pasa la procesión por la calle Mayor. ¡No veas la transformación que esta calle ha experimentado desde el año que se sacó esta fotografía hasta la actualidad!. No sé vosotros, pero yo considero que esté documento fotográfico tiene un de enorme valor histórico y humano.)




Lo que no admite duda alguna es que la contratación de una orquesta, o cualquier otro medio que amenice musicalmente los festejos,   resulta transcendente y necesario. Es obvio que si no hay quien  amenice armoniosamente la fiesta, resultaría incompleta y poco satisfactoria la celebración del patrón. De ahí el por qué siempre estuvo, y está presente la música en forma de: orquesta, charanga o discoteca móvil. En aquella época los mozos acostumbraban a contratar cada año para este fin a la orquesta Hermanos  Fernández, de Villahibiera (León).  Antes de que esta orquesta dispusiera de automóvil propio,  recuerdo como  toda la chavalería y los mozos íbamos a esperar a estos músicos a la carretera. Venían la víspera por la tarde  en el   coche de línea,  denominado "el Prioro" . Los instrumentos musicales que traían y equipo de audición  se les acercaba hasta el pueblo en un carro tirado por una pareja de vacas. No siempre fue la orquesta Hnos. Fernández quienes amenizaron musicalmente la fiesta de San Pelayo, en alguna ocasión fueron contratados otros músicos para este evento. Uno de ellos fue Abundio, tocaba la batería y la dulzaina, era natural de Villazanzo. También otro acordeonista que venía de Sahagún y no faltó el músico autóctono de Mozos de Cea, como fue, y aún sigue siendo natural de pueblo, Eradito García, que tocaba el Saxofón. La verdad que el repertorio melódico de estos tres citados aunque  era bastante limitado, resultaba suficiente para amenizar las verbenas nocturnas y el baile vermut de los dos días   que duraba la celebración del patrón. Por cierto,  lo tradicional era que la celebración del baile  transcurriera  en los prados ubicados en el "Campo del río". Alguna que otra ocasión cambió su ubicación, sobre todo cuando se construyó el teleclub ya que éste pasó  a celebrarse  en los prados de la "Herencia". Como mandaba la tradición, el día  San Pelayín, los mozos acompañaban a los músicos en la popular diana matinal. La diana ciertamente resultaba muy importante porque, sirviéndose de ella, se iba casa por casa del pueblo con el fin de conseguir un dinero  que ayudara a sufragar los gastos relacionados con la contratación de la orquesta. Era costumbre también obsequiar tanto a los mozos como a los músicos, con una copa de licor, aunque lo normal era de aguardiente del Truébano, y alguna pasta.
 
PROCESION DE SAN PELAYO ( II)

 

 

(En esta imagen-fotografía sacada en 1970 se puede observar el comienzo de la procesión de San Pelayo.  En ella   se pueden  ver los cuatro sacerdotes  de los que ya os hablé, y que oficiaban la misa del patrón, salir juntos    de la iglesia para acompañar la procesión. Van secundados por sus dos monaguillos. El de la izquierda es Miguel Angel y el de la derecha quien esto escribe, o sea Rafael. También se observa en la imagen, a varias niñas sonrientes. En primer plano aparece Teresa y a su izquierda, a la derecha en la imagen,  María Luisa, Lucita, Leonila, Esperancita, Mari (mi prima de Santamar), Maricruz, María Jesús Morán y Ernestina. Y al fondo saliendo por la puerta de la iglesia aparecen varias mozuelas: Esther, Nieves, Avelina, Engracia, Clara...hay alguna otra más que ante la duda de quien se trata, omito el nombre)

Los que también formaban parte de la parafernalia en torno al patrón,  eran aquellos   vendedores que ofertaban su mercancía para la ocasión. Como por ejemplo un señor al que apodaban "Cañonín", que curiosamente era también de Villahibiera, y que vendía sus típicos cucuruchos de nata. Sólo tenía esta clase de helados. También venía en ocasiones con su bar ambulante un señor de Sahagún; a éste le apodaban "el judío". Recuerdo que en relación a su bar,  de vez en cuando sonaba una especie de eslogan a través del sonido de megafonía que se utilizaba para el baile y decía lo siguiente: "Verde nació la naranja/ el tiempo la dio su color/ pero el bar del judío no cambia ni pá Dios.".  El que no faltaba cada año puntual a su cita era un señor al que recuerdo  ya bastante abuelete, creo que era natural de Codornillos. Venía con su puesto de golosinas variadas y juguetitos de plástico. Vendía también petardos, por una peseta te daba tres de estos mini artefactos explosivos, que no veas como la gozábamos por entonces los niños oyendo tan estruendoso sonido. Y como era lógico también se apuntaban para la venta de su mercancía, los arrieros citados, Narciso y Revilla, aunque obviamente en esta ocasión, no para mercadear con su género de ultramarinos, si no para la venta de refrescos y cervezas. Y en alguna que otra ocasión, pocas,  aparecía alguno de esos "tomboleros" con sus escopetas de feria para que afinaras tu puntería  y te llevaras el regalo correspondiente. Como veis feriantes y vendedores ofertando sus artículos para la ocasión no faltaban. Y nosotros los niños, que al cabo del año  no teníamos la posibilidad de tener a nuestro alcance todo ese género para uso y disfrute infantil, a pesar de que disponíamos de muy poco dinero para su aquisición, estábamos  la mar de contentos. Era suficiente observarlos para sentirnos felices.
 
 
PROCESION DE SAN PELAYO (III)
 
 
 
 
(Es evidente que en esta imagen se puede observar la procesión de San Pelayo más actual, no en vano la fotografía está sacada en el año 2002 y en la misma calle que la primera fotografía, o sea en la calle Mayor también. Pero entre ambas existe una diferencia abismal. No sólo por el color, si no por la estética transformación que han  experimentado   todas las casas  que originariamente  estaban ubicadas en esta calle, que como se puede apreciar  aún no se encontraba asfaltada por entonces. Quizá sea ésta circunstancia lo único que tiene en común ambas fotografías. Luego también esas dos filas de coches aparcados en ambos lados de la calle, es la demostración irrefutable de la evolución del tiempo. Por cierto,  ahí se puede ver al Sr. Alcalde Félix Pacho  portando el pendón ayudado por Aventino de Lucas. Ambos vestidos de traje y corbata, tal  como requiere la tradición festiva  en estos casos.)

Aparte de los actos religiosos y verbenas correspondientes, había algún que otro evento más. Uno era   el tradicional campeonato de bolos.  Obviamente el ganador no recibía tan suculento  premio en metálico como lo hace actualmente el   que se lleva  el primer premio del Campeonato de bolos leoneses "Villa de Mauzos". Por entonces el ganador recibía un pollo y  alguna que otra vez cuando la comisión organizadora se estiraba, un cordero era el galardón. Y ya que me he referido al pollo, aprovecho deciros que todos los años se celebraba la popular  rifa del pollo, por lo tanto el portador del boleto premiado se lo llevaba para su corral, o  cazuela. Lo que tampoco faltaba cada año era el tradicional partido de futbol: Santamar, Villamartín, Villazanzo,  fueron algunos de los pueblos contra quienes se jugó por aquellos años, cuando los jugadores de Mozos de Cea, todos ellos autóctonos, vestían su elegante camiseta roja y pantalón azul. Yo personalmente no viví ese momento, pero cuentan las personas mayores que el día de San Pelayo solían organizarse  espontáneos  "aluches" a nivel popular. Supongo que coincidiría con aquellos años en que la lucha leonesa  estaba muy arraigada en  las costumbres de Mozos de Cea y pueblos alrededores. Hoy lamentablemente esa arraigo apenas existe, motivo por el que los corros de lucha leonesa brillan por su ausencia. También cuentan que por San Pelayo se organizaba la carrera de cintas en bicicleta. Yo la verdad que no recuerdo tal evento, pero es seguro que existió porque de ella nuestros mayores hablan con certeza. Por cierto,  para los niños  se organizaba el juego de romper los pucheros; ya sabéis: con los ojos cerrados y palo en mano y a tratar de romper el  puchero que colgaba de una cuerda para  llevarte el  premio o regalo  que  de adentro hacia el  suelo caía.

En  este amplio testo he tratado de dar algunas breves pinceladas  que rememorasen experiencias y momentos vividos personal y colectivamente  años atrás el día de San Pelayo. Otro ejercicio de nostalgia como tantos, sin más. Es obvio que a medida que transcurre el tiempo vamos añadiendo recuerdos a nuestra vida, y cuando la nostalgia nos tira un poco del corazón o del sentimiento, solemos hacer uso de ella oralmente o en forma de escrito como en este caso. Pero bueno, aparte de reminiscencias patronales, lo importante es que se siga celebrando la festividad de San Pelayo  porque es la esencia y la identidad de un pueblo. No importa que alguna de sus tradiciones festivas merced a la lógica e inevitable evolución se hayan transformado, reitero que lo importante es que continúe celebrándose. Lamentablemente allá por la década de los ochenta del siglo pasado, por desgana y desinterés de quienes incumbía organizar los eventos correspondientes a la fiesta patronal, la celebración de la misma se basaba únicamente en misa y procesión del santo. Triste y desolador panorama resultaba aquello, sin duda. Algunos de los jóvenes que se encontraban ese día en Mozos de Cea, iban buscando diversión a otros pueblos donde se celebraba también la festividad de San Pelayo,  con los importantes y alegres festejos que está ocasión requiere. En fin; que como todo cambió felizmente para mejor, en Mozos de Cea, actualmente  se puede disfrutar con alegría y mucha diversión la fiesta del día de su patrón. Por lo tanto, quienes tengáis la oportunidad de estar presentes este día en el pueblo, que lo disfrutéis al máximo.

Antes de el saludo final, os dejo aquí la letra del himno a San Pelayo que se cantaba en Mozos de Cea . Supongo que la mayoría sabréis su entonación. Pues entonces manos a la "garganta" y a entonarla con emoción.
 
Himno a San Pelayo
 
Con voz de gloria y cariño
cantar queremos tu palma
      que con fuerzas no de niño} bis
prendiste fuego en tu alma.}
 
Tu fe predicaste a gritos
venciste del cruel la saña
Pelayo mártir de Cristo
con gozo te recuerda España.
 
Despreciaste las bombas del mal
de Satán al ministro a vencer
y aunque niño supiste luchar
y aclamaste con gritos tu fe.
 
Los caminos de Cristo al mirar
saturados de luz y de amor
no dudaste un momento seguir
y por ellos llegaste hasta Dios.
 
 
 
 
 
 
Lo dicho, que disfrutéis a tope de la fiesta patronal.
 
Saludos a toda y a todos.
 
 
 
Rafael
 




 

1 comentario:

  1. con respecto a Abundio, decirte que era de Velilla, y que tocaba el tamboril, la dulzaina, o chifla...

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