domingo, 26 de junio de 2016

DE NUEVO LA FESTIVIDAD DE SAN PELAYO EN EL RECUERDO

Por aquí seguimos otra vez, con más de los mismo; o sea el recuerdo en estado puro para no cambiar. Sin más dilación, vayamos directos al asunto que como de costumbre viene siendo un ejercicio de nostalgia. Obviamente hoy  en    Mozos de Cea se  celebra el día de su patrón San Pelayo. No me cabe la menor  duda de que resulta ser ésta una fecha   muy especial, y muy significativa a su vez,  para la gran mayoría de personas  cuya procedencia es de  Mozos de Cea; como es mi caso. En mi opinión, siempre subjetiva por supuesto,  la fiesta del patrón crea una especie de nexo entre todos los que hemos nacido en este pueblo. Y a mí en particular además me hace rememorar ese pasado vinculado a la fiesta patronal que hoy se celebra. Por esta razón  me apetece acudir  a la memoria con el fin de  escribir   recuerdos   que guarden  estrecha relación con   la antigua celebración festiva y lúdica del día de San Pelayo. Pero resulta que el año anterior por estas mismas fechas, ya os escribí toda aquella  añeja parafernalia  que  rodeaba  a la fiesta del patrón en los remotos años de mi niñez y adolescencia. Por consiguiente, no voy a volver a escribir esas mismas vivencias y anécdotas  de entonces para no resultaros cansino. Si a alguien le apetece volver a releer cuanto escribí al respecto el pasado año, que busque el archivo que corresponde a  junio 2015  y  allí mismo podrá  volver a  reencontrarse con aquellos recuerdos vinculados  a la fiesta patronal de Mozos de Cea que yo, y unas cuantas personas más que siguen este blog, los vivimos in situ por entonces.







(Esta imagen nos muestra una antiquísima  procesión de San Pelayo. Según mis cálculos, por algunas de las personas presentes en la fotografía, deduzco que está sacada en la década de los años cuarenta del siglo pasado. Está tomada la fotografía en el momento que la procesión cruza la Calle Mayor. Como podéis comprobar, los cambios que ha experimentado esta misma calle desde que se sacó esta fotografía hasta la actualidad, son notabilísimos. Es obvio que estéticamente tiene mejor presencia, pero como es lógico, la estética es quien ha ido eliminando progresivamente su genuina  naturalidad. Lo que nadie me podrá negar es que esta fotografía se trata de un emotivo documento visual histórico relacionado con Mozos de Cea)
 
Pero bueno, alguna anécdota más,  o vivencias  relacionadas con el día del patrón por aquellos remotos años, sí que quiero escribir nuevamente, ya que por olvido o por desconocimiento no pude hacer que   constaran en el anterior párrafo. Como por ejemplo, la perversa costumbre que teníamos los niños, y algún que otro mozalbete, de hacerles una especie de  broma de mal gusto  a las mozuelas  del pueblo, o las forasteras que también éstas  venían a disfrutar de la fiesta. Como ya os comenté, lo habitual era que el baile del día de San Pelayo se organizará en los prados que están situados en el termino "El Rio", justo en frente del antiguo, y ya en desuso, transformador de la luz.  Un baile  que  habitualmente era amenizado por la orquesta Hermanos Fernández , naturales de Villahibiera. Pues bien, mientras las jóvenes parejas, y otras no tan jóvenes,  daban rienda suelta a su cuerpo al ritmo melódico que imponía  la orquesta, muchos de nosotros nos dedicábamos  a lanzar a las melenas  de las mozuelas unas   bolas pequeñas que estaban  cubiertas de pinchos. Estas bolitas  a las que popularmente las conocíamos como "gangas" nacían de  en una planta cuyo nombre real  desconozco y que la verdad   cuando las tenías en las manos,  se adherían unas a otras   con gran facilidad y consistencia. Recuerdo que  con ellas  acostumbrábamos a hacer alguna que otra   figura como si de plastilina se tratara. Cuando se adherían a la melena de las mozuelas, la verdad es que las costaba dios y ayuda poder desprenderse de ellas por que se enredaban en su pelo de forma terrible.   Horas antes de que comenzara el baile acopiábamos  el suficiente cargamento de aquellas bolitas para que no faltasen durante el transcurso de la verbena.    Por cierto, esta fechoría siempre acostumbramos a perpetrala durante la noche. Había que aprovechar  la oscuridad para  no ser descubiertos. Es evidente que  mientras  unos,  y unas  por supuesto, aprovechaban  aquella placentera y tentadora oscuridad para lo que todos imagino que sabréis, o sospecháis; los otros se dedicaban, o nos dedicábamos, ha hacer  esta putada a las mozuelas. En fin; una forma puñetera  de diversión  que tocaba por entonces. Sin más.  
 
Y ya que estoy hablando de asuntos musicales, voy a comentaros que cuando se celebraban aquellos bailes del año catapún,    en algún momento de los mismos,  la orquesta  durante unos momentos paraba de tocar, porque  siempre surgía de imprevisto algún  espontáneo con ganas de mostrar sus dotes interpretativas a los presentes   y  pedía a los músicos  que le dejaran el micrófono para   interpretar  a capela alguna canción.  Lo normal era que los músicos accedieran a su petición,  así de paso ellos descansaban un rato antes del horario que les correspondía. Espabilados que eran los tunantes. Confieso que yo fui uno de aquellos espontáneos . Además opino que con mucha querencia al micrófono, porque  si no me equivoco, creo que fue en  tres  ocasiones,- en años distintos- , cuando me dio por cantar... ¿o dar el cante?.  Supongo que esa querencia venía motivada   por la obsesiva ilusión  que tenía  por entonces de ser una estrella de la canción, con lo cual, aprovechaba la coyuntura   con estos intentos melódicos y la cabeza llena de pájaros.     Por cierto, yo no fui  por entonces el único espontáneo con micrófono en mano. Virgilio Pérez,en cierta ocasión nos mostró sus dotes interpretativas   cantando a capela  una canción de Luis Lucena que lleva por título "Borracho". ¿Y la jovial Lola Pacho?..., parece que ahora mismo  estuviera viéndola en ese momento de   interpretar  durante aquel San Pelayo de 1968 aquello de "Yo canto a mi madre/ que dio vida a mi ser.." Ya saben la famosa canción eurovisiva   "La, la, la ..." de Massiel. Esta claro, que espontaneidad, desinhibición y ganas de agradar con nuestro cante al personal allí presente, no debió faltarnos por aquellos remotos años.





(En esta imagen podéis observar uno de esos  momentos que os he comentado y que no es otro que el de darle  rienda suelta a la espontaneidad y ponerme a cantar con el propósito  de deleitar al publico allí presente, aunque dudo que lo consiguiera. La fotografía corresponde al año 1972 y está  sacada  junto a la pared de la escuela; la  que se hallaba frente a la casa de Fermina. Recuerdo que en el momento de sacar la foto estaba tratando de interpretar una especie de monólogo  donde quería parodiar a   un aprendiz de torero. "Arsá y olé", era el título de este monólogo cuyo autor e intérprete del mismo era  un famoso humorista de los años sesenta, cuyo nombre artístico era Manolito Díaz.)



Y siguiendo con el tema anecdótico referente al patrón, según me comentaron algunas personas del pueblo, que el día de san Pelayo era costumbre que la mayoría de los mendigos que por entonces solían pedir limosna puerta por puerta en los   hogares de cada  pueblo  a donde llegaban, se reunían todos ellos frente  al edificio de la escuela, el cual como ya sabéis fue tristemente  derribado, y esperaban pacientes, y supongo que hambrientos, a que las familias y los parientes que les acompañaban,   acabaran de ingerir la copiosa y especial comida del mediodía para ir luego a cada  casa  pidiendo las sobras.   Imagino que por tratarse de un día tan significativo,  estoy convencido que mostrarían un derroche de  generosidad  aquellos hogares,   motivo por el cual se  les obsequiaría con una abundante ración  de suculentas sobras. Como ya os he comentado, hablo sobre este asunto por boca de otras personas, porque yo  no conocí in situ esta circunstancia. En cambio, si que llegué a conocer a algunos de aquellos mendigos que por aquellos remotos años pedían puerta por puerta en los hogares de Mozos de Cea. Lo normal era que se le diera como limosna un pedazo de  hogaza de pan, o una cebolla. Y es que la mayoría de hogares tampoco podía ofrecerles mucha más ayuda que ésta por la precaria situación económica en que se encontraban. Estoy seguro que para los mendigos cualquier tipo de comida que se les entregara era una bendición para ellos por la situación de indigencia total en que se encontraban. De entre aquellos mendigos recuerdo a uno cuyo nombre de pila era Marcial pero le apodaban "Siete cepas". Nunca supe con seguridad el porqué le adjudicaron ese mote. Este señor estaba supuestamente lisiado de una pierna y caminaba apoyado en   una muleta de madera. Digo lo de  supuestamente porque según la rumorología popular, más de una persona le había visto caminar sin problema alguno con la muleta al hombro una vez que él se creía que estaba  fuera del alcance de la vista de cualquier persona . Igual era cierta esa rumorología  y  el granuja representaba el papel de lisiado   con el fin de  generar más compasión para que esto repercutiera en favor de las limosnas a recibir. Seguro que por entonces la picaresca asociada a los mendigos estaba a la orden del día. Por cierto, también hubo por aquellos remotos años una señora dedicada a la mendicidad a la que apodaban "La pega". Yo no la conocí, pero alguien me contó que con esta señora había que estar con "ojo avizor".  Al parecer,  aparte de pedir limosna, se dedicaba también a robar. Al  labrador que se  descuidaba, le birlaba cualquier   aparejo  que utilizaba para enganchar a los animales de tracción; como por ejemplo: las cornales, el sobeo, las maromillas, el estrinque, etc. Una vez que ya se había hecho con    " la pieza", rápido se largaba para otro pueblo por que en él siempre  hallaba el labrador de turno dispuesto a comprarle a bajo precio ese aparejo robado.  ¡Anda que no era astuta  la señora ésta!. Aunque imagino que la malvada razón de verse obligada a  actuar así estaría  condicionada  por   las penurias de la vida que lamentablemente la había tocado sufrir. "El herrero pino"; "Maribego"; "Boriles"; etc. fueron  los   apodos con que popularmente se les nombraba a algunos  otros mendigos que durante  el pasado lejano  recorrieron   nuestro pueblo, y otras localidades colindantes,  practicando la mendicidad. Según tengo entendido, durante  aquel continuo transitar de los indigentes por Mozos de Cea, se dictó una especie  de norma, a la que se llamó "El pan de los pobres" y que consistía en dar obligatoriamente cobijo durante la noche a los mendigos. Cuando  cualquiera de ellos se encontraba de noche en el pueblo, si no quería dormir a la intemperie, necesariamente tenía que ir  a donde el alcalde para que éste le designara la casa que le correspondía  para poder pernotar en ella.   Lo normal es que durmiera en el pajar, o en la cuadra  sobre el  típico jergón (colchón fabricado con paja de cereal o lana de mala calidad) y al cobijo  del  calor que desprendían los animales que  allí se encontraban encerrados.





(Otra procesión bastante antigua de San Pelayo nos muestra  esta imagen. En 1970 fue sacada la fotografía en el momento en que los cuatros sacerdotes que acostumbraban a oficiar la misa del día del patrón, salían de la iglesia para comenzar la procesión. Una fotografía parecida a ésta dejé publicada el pasado año cuando escribí el texto con la misma temática nostálgica que el que hoy he escrito. Aunque la imagen del año anterior está en blanco y negro y ésta en cambio como podéis ver aparece en color. Imagino que ambas fotografías fueron sacadas de forma sucesiva, de ahí que aparezcan las mismas personas en poses idénticos. Aunque bueno, alguno de los aquí presentes no están en la anterior, como por ejemplo Isabel, Erasmina y su hermana Segunda, Maria...En fin; cuestión de ver ambas y hacer comparaciones.)


Bueno,  aquí  han  quedado publicadas nuevas anécdotas con relación a  la festividad de San Pelayo, patrón de nuestro pueblo.  Sin duda que se trata de más  recuerdos que han sido liberados  de la memoria  y de este modo    podrán ser   agregados  a los otros que con anterioridad  escribí en su momento,  y como indico arriba,  siguen permanentes en el archivo correspondiente de este blog . Espero que os haya resultado amena la lectura de estos nuevos recuerdos; como también espero y deseo que quienes estéis  hoy día de la celebración de San Pelayo   en el pueblo, que consigáis disfrutar  en   toda su plenitud la festividad del patrón.

Supongo que nunca está de más volver a leer el himno que se canta en Mozos de Cea en honor a San Pelayo. Por consiguiente, abajo os dejo  el himno escrito;  por si a alguien  en silencio,  o en voz alta, le apetece entonar:
 
HIMNO A SAN PELAYO
 
Con voz de gloria y cariño
cantar queremos tu palma
           que con fuerzas no de niño   } bis
      prendiste fuego en tu alma. }
 
Tu fe predicaste a gritos
venciste del cruel la saña.
Pelayo mártir de Cristo
con gozo te recuerda España.
 
Despreciaste las pompas del mal
de satán al ministro al vencer
y aunque niño supiste luchar  
y aclamaste con gritos tu fe
 
los caminos de Cristo al mirar
saturados de luz y de amor
no dudaste un momento seguir
y por ellos llegaste hasta Dios.
 
 
 
 
Saludos a todas y a todos
 
Rafael

 

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