sábado, 1 de junio de 2019

ADOBES

Regresamos donde siempre para hablaros en esta ocasión de esas tradiciones, la cuales, como tantas otras ya han desaparecido. Una de las que lamentablemente desaparecieron en el tiempo fue la   de fabricar adobes. Para ser sincero, os comento que no tengo ni la más remota idea  en que fecha, y debido a qué circunstancias,  se fabricaron los últimos  adobes en Mozos de Cea en algunos de los antiguos lugares que estaban destinados para este cometido. Lo único que conozco, aunque no aseguraría el cien por cien de veracidad, es que la primera construcción que se hizo en el pueblo y  que no se utilizó el adobe  fue la cuadra donde guardaba sus vacas por entonces  Juan Rodríguez (Juanito). Recuerdo que las paredes e interior de esta cuadra  fueron construidas con bloques.  La verdad es que por aquellos años resultó todo una novedad la utilización del bloque ya que   toda la vida se había empleado el adobe en el pueblo. Si no me falla la memoria, y en estos casos es fácil que lo haga, creo que fue a principio de la década de los setenta cuando fabricaron las paredes con bloques de la mencionada  cuadra. Esto fue el pistoletazo de inicio para que progresivamente otros vecinos fueran utilizando tanto el bloque, como el ladrillo, a la hora de  construir   nuevos edificios  o la rehabilitación de los antiguos. Este hecho, hizo que la fabricación del adobe fuera relegándose hasta el punto de hacerla desaparecer por completo. Pero antes de su desaparición, la presencia del  adobe en el pueblo  se hizo necesaria y de vital transcendencia para aquellos tiempos en que la precariedad con que se disponía de  recursos económicos  generaba una situación de supervivencia al límite.
 
Y ahora desde la memoria os hablaré de todo ese proceso que requería  la fabricación del adobe; así como los materiales necesarios y los lugares habituales donde se los fabricaban por entonces. Vayamos por partes. Que yo recuerde los lugares de costumbre para su fabricación eran en especial  dos y  se conocían como "Las adoberas de arriba",  y "Las adoberas de abajo" (aún se siguen nombrando a ambos términos con este nombre ). Ambas están próximas una de la otra y  supongo que la mayoría de vosotros sabréis que estos dos términos están situados muy próximos a donde se encuentra actualmente  la antena de Moviestar.  Recuerdo  que las adoberas  que estaban situadas en la parte de arriba tenían más actividad y allí   era donde se fabricaba la mayoría de los adobes por que el agua de la lluvia que caía durante el año  quedaba estancada  en las charcas o pozos situadas en el interior de ese recinto y  parte de ella se conservaba casi todo el año dentro de esas concavidades.  Y si no me equivoco, creo  que la tierra  de este sitio era más abundante y  de mejor calidad para la fabricación del adobe que la que se hallaba dentro del terreno de la adobera de abajo. Otro de los lugares donde habitualmente se desarrollaba esta actividad era en el paraje conocido como Valdezalces. Como en este paraje hay varios manantiales, esto facilitaba el que hubiera    agua en abundancia, razón por lo cual no existía problema alguna de fabricar allí los adobes durante todo el año. En algún que otro paraje del pueblo de forma  circunstancial se desarrolló esta tradicional actividad; como por ejemplo en el término conocido como "El Horcajo". Esto se debió  a que el albañil Abundio Modino, natural de Velilla de Valderaduey, construyó con adobes  un corral para encerrar la ovejas en el Alto Torriyuelo. El  propietario del corral  era, y sigue siendo, Matías Lazo, que, junto a su hermano, Serapio Lazo, ya fallecido, fueron los artífices de  la fabricación de los correspondientes  adobes para la construcción de este rústico edificio para la protección  del ganado lanar.





(Aquí en esta imagen aparece el corral que nombro arriba y que no es otro que "El corral de Matías". En el Alto Torriyuelo se encuentra ubicado esta pequeña edificación construida totalmente con adobes y algún que otro material autóctono, a excepción de la teja. Este corral, edificado en 1963, es una prueba  verídica que  acredita que  en tiempos remotos  se utilizó el adobe    en Mozos de Cea )

 

 
Y ahora os comentaré más o menos, y desde los recuerdos  que tengo "archivados"  en la memoria,  con sus márgenes de error claro está, como era el simple proceso de la fabricación del adobe. En principio  con la azada, u otra herramienta de símiles características,   había que cavar la tierra necesaria para hacer una cantidad considerables de adobes. Una vez cavada, creo recordar que se la golpeaba o machacaba para que ésta quedase lo más suelta y fina  posible. Sobre el montón de esa tierra convenientemente preparada, se vertía una cantidad propicia de aquella paja que anteriormente había sido  molida a base de haberla pasado por encima  de ella cientos de veces  con el trillo en la era;  lo normal que fuera  del  trigo de donde procedía esta paja. Y bien, antes de verterla sobre la tierra, si no recuerdo mal, había que acribarla para que desaparecieran la mayor parte de sus  impurezas. La razón de utilizar la paja era afín  de darle más consistencia al adobe y que éste no se agrietara.  A base de mezclar  tierra, agua y paja, y de remover constantemente esa mezcla se conseguía elaborar la masa que sirviera para la fabricación del adobe. Por cierto,  era bastante normal que algunos de los que removían aquella mezcla, se calzaran   botas de goma y se metieran  dentro de  la misma para efectuar mejor esa labor. Una vez ya convenientemente elaborado  el barro, a éste  había que darle forma de adobe. Para este fin se empleaba un artilugio de madera que se conocía popularmente como "amacal". Se trataba de un molde de madera de forma rectangular con el fin de darle la tradicional forma y aparentemente "medida  estándar"  a los adobes.  Se colocaba el susodicho molde sobre el suelo y se la iba rellenando hasta sus bordes de aquel barro, y como remate, y  a fin de  dejarle una  mejor presencia al adobe, se solía pasar por toda  la parte de arriba del molde  la paleta mojada en agua. Esta tarea se repetía una y otra vez   hasta que el montón de barro se terminaba. Los adobes recién hechos quedaba sobre el suelo extendidos  en espera de su secado. Cuando una parte del mismo estaba seca había que darle la vuelta par lograr el mismo objetivo. Una vez completamente secos se solían apilar unos encima de otros, aparentemente en forma de pirámide. Lo normal es que esperaran en esta posición unos días antes de  que fueran cargados en el tradicional carro tirado por una pareja de vacas y  luego transportados  hasta un  lugar de  la casa para  darles la utilización correspondiente. Por entonces como ya he indicado se empleaban para todas las obras que se realizaran   dentro de la vivienda o fuera de ella, en especial para construir  paredes y tapias. También solían emplearse para edificar  fuera del núcleo urbano, como eran los corrales de ovejas de las que ya os he hablado en infinidad de ocasiones; así  como también para la fabricación de palomares, o más bien palomar por que en el pueblo yo sólo he conocido uno.  Éste aún sigue en pie, aunque a mediados de los ochenta el exterior de su  pared circular de adobe fueron dos  albañiles del pueblo, Tomás Cuesta y Mario González, quienes  lo recubrieron  con ladrillos. También con adobes fueron  edificadas  las tradicionales casetas situadas en diferentes términos del pueblo. Una de ellas era la popular "Caseta del Tío Epifáneo",  situada en un viñedo, si no recuerdo mal estaba ubicada   en el término conocido como "El Anillo".  También en su día estuvo en pie  la  "Caseta de Julio" . Situada  ésta   junto la era de  y un  viñedo, ambos de su propiedad, y muy próxima  al cementerio. Estos pequeños edificios su dueños las utilizaban para guardar todo tipo de herramientas y enseres de labranza. También comentaros que el adobe es un buen aislante térmico que retiene tanto el frío como el calor. La mayoría de nosotros conocemos sobradamente que en el pueblo durante los meses de verano cuando aprieta la canícula de lo lindo,  en el interior de  una vivienda construida con adobes,  no se sufre excesos de calor  por ese efecto  aislante contra el calor que posee  el adobe. Y por propia experiencia lo hablo. Es obvio que las vivienda que están  edificadas  con los modernos y sugestivos  materiales de construcción, cuando aprieta el calor, la temperatura que se halla en  su interior se asemeja a la de un horno. Otra negativa experiencia personal que también he vivido. ¿Y quién no?





( Esta imagen nos muestra la forma tradicional de como antiguamente se fabricaba los adobes. Bien podría ser una fotografía sacada en Mozos de Cea en plena faena de la fabricación del adobe en cualquiera de las dos adoberas arriba citadas, pero obviamente no lo es; además, aquí el molde donde dar forma a los adobes, es completamente diferente al que se utilizaba en el pueblo. Como podéis observar este de la imagen se asemeja a una escalera, con lo cual puede formar varios adobes a la vez, en cambio en  Mozos de Cea el molde, o la "macal"  servía para fabricar solo una a la vez. Con lo cual era evidente que se tardaba más en elaborar la cantidad de adobes requerida. )

Quiero comentaros también que los denominados  "edificios públicos" en Mozos de Cea fueron construidos en su día con el adobe también. Me estoy refiriendo a la escuela, el cementerio y la casa rectoral;  bueno también habría que catalogar como edificio público el frontón, en el argot popular trinquete,  situado en su día en la Calle Cascajera. La escuela como es bien sabido fue derribada en el otoño de 1995, por tanto lamentablemente no queda señal alguna que indicara que   su construcción fue hecha con adobe. Lo mismo sucede con el trinquete que  progresivamente  acabó  convirtiéndose en ruina por su falta de utilización y  por el abandono. Sus ruinas desaparecieron a principio de la década de los ochenta cuando comenzó la canalización de las calles para meter el agua dentro de los hogares.  El cementerio, cuya construcción data de 1955, originariamente sus  cuatro paredes fueron construidas todas ellas con adobe. Pero a consecuencia de  las inclemencias del tiempo, se  fueron    deteriorando y  al final por imperiosa necesidad en años sucesivos se fueron rehabilitando esas cuatro paredes y hoy en día  los bloque   han suplantado al original adobe. Referente a los  adobes utilizados para la construcción de las paredes originales del  cementerio vecinal , quiero comentaros que fueron fabricados por todos los vecinos del pueblo. Cada uno de ellos tuvo que fabricar por obligatoriamente   la cantidad de adobes  que  le fue asignado, y la cual fue impuesta por mandato  del Concejo vecinal, presidido entonces  por el alcalde pedáneo Epifáneo Cuesta Rodríguez.  Y por último la casa rectoral, o también conocida popularmente como "La casa del cura". La casa actual,  fue construida en el mismo solar que estuvo la antigua casa rectoral cuando ésta fue derribada. Todos  los adobes  empleados para la construcción de la nueva casa rectoral,  se obtuvieron de la misma  forma que  se empleo para el cementerio. Fue en 1951 cuando el vecindario en pleno concejo, presidido por Alejandro Pacho,  aprobó la construcción de la nueva casa rectoral. Por cierto cuando se daba la casualidad de que algún vecino no podía fabricar los adobes por tener que asistir a otras obligaciones, solía   mandar a otra persona que realizara esta labor, previo pago acordado, claro está.  Fueron dos albañiles quien construyeron la nueva casa rectoral, uno de ellos era natural de Sahelices de Río. Solían ser uno, o dos, los peones de entre los vecinos del pueblo quien ayudaban a diario a estos dos albañiles. A pesar de que en 1952 estuvo prácticamente terminada la casa rectoral y presta para ser habitada, únicamente un solo sacerdote la habitó, este fue el párroco natural de Villalebrín, Bernardo Pérez Gil, que según mis cálculos fue  la friolera de aproximadamente 36 años. Casi nada. Y ahí sigue la casa rectoral, de momento en pie, pero no se hasta cuanto tiempo. Me temo que si nadie pone remedio acabará en ruinas. Síntomas  de que termine en esta situación,   en la actualidad da muestra muy obvias de ello.  Y es una pena que acabe en ruinas,  por todo  lo que esta emblemática casa   representa para el pueblo, tanto en el plano emotivo como histórico   y sobre todo   por el esfuerzo y el sacrificio económico que les supuso a todos  aquellos antiguos vecinos del pueblo su construcción . ¿Culpables de su destino en ruinas? Yo creo que  la dejadez, la indiferencia, el abandono, la testarudez, etc.     de unos y otros. Y en especial la del obispado de León por sus   intereses egoístas y mezquinos. Obviamente, la iglesia habría que considerar edificio público, el cual lleva varios siglos en pie, pero como se ve, el clero siempre ha tenido, y sigue teniendo, un gran poder económico,  de ahí la razón por la cual estos edificios  en la antigüedad fueron edificados con un material de mayor consistencia que el adobe. Razón por la cual continúan en pie después de tantos siglos de haber sido edificados.




( En esta imagen se puede apreciar una pared de adobe,  que bien se pudiera catalogar como uno de los últimos vestigios de este material de construcción que quedan en Mozos de Cea. Además también se puede observar con notoriedad la forma en que antiguamente construían las paredes de los edificios en el pueblo.  Aparte del adoben, también utilizaban maderos de roble empotrados en la pared en diferentes posiciones  para darle más consistencia a la misma. Esta pared, también se pude observar que su color no es el que tiene originalmente el adobe, se le ha dado una especie de barniz oscuro. Esto se debe a que su propietario, Matías Lazo, en el año 2015, ayudado por Maxi (Villadiego) rehabilitaron esta pared, para su mejor conservación y a su vez darle una estética original, razón por la cual se la dio esa capa del citado  color. Yo creo que la rehabilitación de esta pared de adobe estuvo influenciada en gran parte por que ese mismo año la Calle de La Era, donde está ubicado este edificio, fue asfaltada y colocada sus aceras. Comentaros también que Matías y Maxi para dar el capeado necesario a esta pared, tuvieron que elaborar de forma tradicional el barro. Como se ve, ambos se las apañaron perfectamente para conseguir esa paja idónea para su elaboración; que por otra parte, confirma que ha sido la última vez que en Mozos de Cea se elaboró de la manera tradicional una masa de barro para darle su utilidad correspondiente.)



Por otra parte, comentaros que cuando las paredes de los edificios y las  tapias construidas con adobes se deterioraban por las inclemencias del tiempo, por entonces era habitual "capearlas" con barro. Este barro    se elaboraba con el mismo material y  en  las mismas condiciones  que el empleado para la fabricación del adobe. Pero está tradición del capear las paredes, tanto como la de fabricar adobes, pasó a mejor vida, tal como  indico al principio. Además hoy en día sería harto complicado fabricarlos  como antiguamente al faltar unos de sus principales materiales como es  la paja  tal como se la utilizaba por entonces . Resulta  casi imposible conseguirla por que   que ya no se emplean en las eras los tradicionales trillos tirados por los animales de tracción, mulas y vacas,  para moler la mies y proporcionar esa paja ideal para el cometido citado.  Y las  que dejan las cosechadoras tras el segado, me da a mí que  son inservibles. Quiero también comentar   que apenas se ven  en el pueblo , y creo que también en los otros pueblos colindantes situados en la ribera del Cea o del Valderaduey y más allá de éstos, viviendas   que muestren su exterior construido con adobe. Casi todas ellas, por estética o para mejor conservación,  han sido cubiertas sus paredes exteriores  de adobe con ladrillo u otros materiales de moderna construcción. Alguna que otra pared  por causa del abandono y olvido, muestra su originaria construcción de adobe, pero  ya están muy  deterioradas o en semi ruinas. Pero esta circunstancia, por muy lamentable que resulte,  sin duda es señal inequívoca de que en la antigüedad en  Mozos de Cea, y los pueblos colindantes,    utilizaron  un  recurso natural  para la construcción de sus viviendas como fue  el adobe  y el cual posibilitó que los edificios construidos con este material formaran una especie de patrimonio arquitectónico histórico y autóctono. Patrimonio de gran transcendencia, pero como se ve, por diversas razones,  se trata de ocultarlo tras el ladrillo, o en su defecto borrarlo y con ello borrar a su vez parte de su intrínseca identidad. Y en mi opinión, por mucho  que el progreso y las  moderneces  se hayan impuesto y con ello el pasado quedé relegado, siempre resulta de vital importancia saber de donde realmente venimos.    Y esta es más o menos la realidad del adobe, contada desde mi punto de vista, claro está. Supongo que cada uno de vosotros lectores tendréis también vuestro particular punto de vista, así como opinión acerca   del adobe, ese material de construcción de viviendas que ha estado presente en todos los continentes y en todas las civilizaciones desde la antigüedad.

Espero que les haya resultado amena la lectura de este nuevo texto. Si es así, objetivo cumplido.

Largos días y placidas noches a todas y a todos. Y a poner cada uno de su parte todo cuanto nos posibilite hacernos feliz.


Rafael.



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1 comentario:

  1. Qué pena que no se siga haciendo "adobes". Es natural, muy, muy aislante y lo más barato que se pueda buscar. ¿alguién da más?

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